Los labios de Niall dibujan una sonrisa, pero Sam mantiene sus ojos clavados en las pupilas de él.
-¿Qué? – dice ella con un hilillo de voz.
-¿No te atreves? Bésame. No tengo mononucleosis, te lo juro – Niall levanta una mano solemnemente - ¿O es que tienes miedo?
-¿Miedo de qué? – Contesta rápidamente ella. No, no va a dejar que él la intimide. Pero lo único que se le ocurre hacer es intentar mantener el máximo tiempo posible una conversación, porque el silencio implica algo que le produce terror.
-Vamos, sé que te gusto. Si no, ya me hubieras mandado a la mierda hace tiempo.
Sam baja la mirada y Niall se apunta mentalmente un punto a su favor.
-No te voy a besar sólo porque me hayas retado. No soy como tú. Para mí besar a alguien sólo tiene sentido si la otra persona también siente algo por ti. – Explica ella, con las mejillas sonrosadas, aunque Niall no sabe que se debe más a sus propios sentimientos que al alcohol.
"Sabes perfectamente lo que siento por ti, si no, no estaría aquí pidiéndote un beso". Eso es lo que la parte serena y racional de Niall hubiera pensado, y más tarde dicho, pero esa parte de su cerebro está bañada en alcohol.
-No me vengas con esas, Sammy. ¿Qué eres, una calienta braguetas? – Esas palabras escapan de la boca de Niall con una furia y una violencia desconocidas. Y al momento hieren en lo más profundo de su ser a Sam, que lo mira frustrada, desesperada por desaparecer de esa mirada que la hace sentir algo sucio y feo.
Le entran ganas de llorar. Sammy no puede creer que el Niall del que lleva tanto tiempo prendada le acabe de decir semejante barbaridad. Pero aprieta los puños ante la mirada expectante del rubio, y se traga sus lagrimas. Agarra con fuerza su copa y sin pensarlo dos veces vierte todo el contenido sobre el hombre que acaba de humillarla.
Niall pega un respingo y se agarra al sofá de piel. Aguanta las consecuencias de sus actos sin moverse, apretando los labios. Sabe que se ha pasado y se arrepiente. Ha acabado con todo, la magia, su oportunidad. Y sólo porque quería lucirse delante de ella. Porque el alcohol le ha arrancado las palabras que debería haberse tragado, aunque sabe que no tiene perdón.
El pelo de Niall está pegajoso, al igual que su empapada camisa, anteriormente blanca, ahora ligeramente rosácea. En otra situación Sam hubiera admirado el torso de Niall a través de la ceñida y transparente camisa mojada, pero ahora sólo quiere irse de allí, desaparecer de la vista de ese monstruo. Ella quiere gritarle, insultarle, pero sabe que si abre la boca será para llorar. Por eso se limita a mirarle a los ojos con rabia y con desprecio, ocultando su dolor. Deja la copa vacía encima de una mesa cercana, pues incluso los cubitos de hielo y la pajita han caído fuera, y se dispone a irse. Le da igual notar el duro suelo contra sus pies descalzos, quitarse de en medio es su máxima prioridad, los zapatos pueden esperar.
Pero él no va a dejarla escapar, por eso atrapa con agilidad una de sus manos y tira de ella fuertemente.
Sam gruñe y cae encima de Niall, que todavía tiene la pajita enredada en el pelo. Este rodea con sus brazos a la chica, impidiendo que escape, apresándola contra él.
-¿Qué haces? – Grita Sam, intentando deshacerse de ese abrazo de oso, revolviéndose en el sofá, respirando con dificultad contra el hombro de Niall.
-Vengarme – aclara este, y ella se da cuenta de que toda su ropa va a quedar hecha un desastre.
No lo puede evitar, toda la tensión, el estrés, los nervios, la tristeza… todas las emociones deciden que ya no pueden aguantar más dentro de su corazón y salen repentinamente por sus ojos. Sam se encoje y se retuerce entre los brazos de Niall, e intenta impedir que sus incontrolables lágrimas huyan del lugar dónde deberían permanecer, sus ojos. Niall oye un pequeño sollozo y se le encoje el alma. Aparta sus brazos, liberándola, acariciando suavemente la piel de sus codos. Pero ella no se mueve, tanto ha ansiado el separarse de él y ahora que puede permanece quieta, llorando amargamente contra su hombro, mareada por el extraño olor a fresas, alcohol, sudor y colonia.
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Die young! (Niall Horan)
FanfictionUna fiesta. Un chico y una chica. Podría ser la historia de cualquier persona, pero es la de Niall Horan y Sam Sandlers, separados por los sueños que él logró alcanzar. Mullingar, como telón de fondo un bar, música alta y recuerdos. Sentimientos que...