La fiesta de cumpleaños

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Luke permanece sentado con la vista fija en el suelo mientras Sam y Maggie van de un lado para otro colocando las últimas cosas por el local. Aún queda una hora y media para que empiece la fiesta de cumpleaños de Penni oficialmente, pero querían pasar un rato a solas como en los viejos tiempos antes de que se uniera toda la gente. Penni todavía está en su casa, esperando a que vayan a buscarla. Luke no se mueve, casi ni pestañea. Se encuentra en un estado de quietud que bien podría identificarse con la meditación, pero su mente está bastante lejos de estar en blanco. No puede seleccionar un único pensamiento en el que fijarse, un sentimiento al que prestar atención. Demasiado. Demasiado tiempo, demasiado silencio, demasiadas cosas que contar y que ni siquiera se cuenta realmente a sí mismo.

Sammy se sienta abruptamente a su lado en el banco corrido.

-Eh, ¿qué tal marinero?

-¿Marinero? - Luke le dedica una amplia sonrisa y le dan ganas de vomitar. Es asquerosa la habilidad que tiene para poder cubrirse a sí mismo las espaldas, para fingir.

-Podíamos haber hecho una fiesta de cumpleaños temática. "El mar" - dice Sam haciendo un gesto expansivo con las manos, como enmarcando el título. - Penni tendría que venir vestida de sirena.

-¿Y también tendría que avanzar arrastrándose por el suelo?

Sam ríe con ganas, aunque a Luke no le hace gracia. No es gracioso hacer todo lo posible por mantener las cosas como están, cuando bajo la fachada los cimientos se tambalean.

Sam apoya la cabeza en el hombro de Luke, en un gesto de afecto y cansancio. Luke se siente como si en realidad no se hallara allí. Como si su mente hiciera siglos que no sigue a su cuerpo.

-Me he dado cuenta de que este año casi no hemos quedado juntos. Os echo de menos, aunque no os lo diga - susurra Sam moviendo incómodamente la mandíbula sobre el hombro de Luke.

Luke solo sonríe con tristeza en los ojos y en el alma. Está tentado de mencionar la universidad y todo el esfuerzo que eso supone, está a punto de usarlo como excusa, porque es perfecto. Pero está demasiado cansado para adornar una vez más su verdad con palabras ambiguas que podrían pertenecer a cualquier persona.

Qué fácil es estar en silencio. Qué fácil y qué doloroso cuando lo único que quieres es que alguien te arranque las palabras de la garganta para no tener que pronunciarlas tú.

-Sam, yo... - "yo quiero hablar. Necesito que hablemos. Quiero que hablemos como lo hacíamos antes, cuando el tiempo libre era para llenarlo, no como ahora que los horarios nos imponen un cierto nivel de intimidad. Hay tantas cosas que quiero que sepas... que necesito que sepas. Hay cosas que ni yo mismo comprendo. No entiendo lo que pasa. Ni en mi cabeza, ni en mi corazón ni en nada. Solo estropeo todo, o quizás es todo que me estropea a mí. No lo sé, pero es como si el problema se hubiera hecho tan grande que ya ni siquiera sé que todavía estoy dentro de él. Los límites se han desdibujado y ya no sé cuál es la salida y cuál la entrada a este infierno personal que he tildado de limbo en mi mente. No estoy bien, pero no sé cómo dejar de estar mal. Es como si ya no fuera yo mismo, como si la persona de hace unos años y la persona que soy ahora ni siquiera fueran parientes. Y tengo miedo. Pero todavía tengo más miedo de decirlo en voz alta, porque entonces ya no habrá marcha atrás. Entonces será real."

-Chicos - exclama Maggie poniéndose enfrente de la pareja - ¿por qué no llamáis ya a Penni para que venga?

Luke suspira, aunque no sabe a ciencia cierta si es de alivio o de decepción. Ya se ha acostumbrado a dejar pasar las oportunidades como si no estuvieran al alcance de su mano.

Die young! (Niall Horan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora