Destiny [T.1]

Capítulo 9

Octubre, 2013.

POV DAKOTA

-Mami. Mami...maaaaami.- Escucho una vocecita lejana y como alguien me mueve lentamente.-Mamitaaaa.- Esperen, ahora esa vocecita lejana ya no es tan lejana...de hecho, está en mi oreja.- ¡MAMÁ!

Me despierto de un salto y tengo la cara de mi bebé a cinco centímetros de la mía. Me desperezo y ella me sonríe.

-Dul ¿cuántas veces te he dicho que a mamá no se le debe despertar así?

-Eh...¿muchas?- su voz es bajita y se sonroja.

-¿Y por qué lo sigues haciendo?

-Es que, te hablé muchas veces y no me contestaste.-se mueve de un pie a otro y hace un puchero.- Tuve un sueño feo.

Sus ojitos se llenan de lágrimas y eso basta para que mi corazón se rompa. Le dejo rápidamente un lugar en la cama y ella se lanza a acurrucarse en contra de mi cuerpo.

-Ya mi vida, solo fue un sueño feo. Mami te cuida.- reparto besitos por su frente y dejo mi nariz ahí, huele a mi bebé, me encanta.

Poco a poco los sollozos de Dul se calman y comienzo a cantarle una canción hasta que se duerme. Amo a esta pequeña, es mi vida, lo mejor que me pudo pasar.

Sigo acariciando rítmicamente su cabello hasta que poco a poco caigo en el dulce país de los sueños otra vez.

***
A la mañana siguiente, luego de preparar a Dul para un nuevo día y desayunar, cruzo al departamento de mi mejor amiga Kate para dejarle a la pequeña. La lleno de besos antes de irme corriendo.

Tengo una reunión con Universal para saber todo lo referente a la película y no debo llegar tarde. Como puedo tomo un taxi y luego de indicarle la dirección, llamo a Matt para que no olvide ir a buscar a Dul a casa de su hermana cuando llegue del trabajo. No sé hasta que hora dure la reunión y Dul tiene clases en dos horas.

Llego finalmente a mi destino y cancelo el taxi. Me bajo y miro mi reloj, voy con 5 minutos de ventaja, así que entro tranquilamente y pregunto en recepción el lugar al que debo dirigirme. Una vez que me lo indican, tomo el ascensor y presiono el piso al que debo ir.

Al bajar, me encuentro con una joven sentada detrás de su escritorio, me mira con una sonrisa y antes de que pueda decir nada, ella toma la palabra.

-Buenos días, señorita Johnson. Pase, por favor, la están esperando. Primera puerta a la derecha por ese pequeño pasillo.- dice señalando hacia un costado de donde se encuentra.

Le devuelvo la sonrisa y le doy las gracias antes de comenzar a caminar. Muy bien Johnson, detrás de esa puerta está tu futuro, tómatelo con calma.

Abro la puerta, e instantáneamente tengo tres pares de ojos mirándome. Me sonrojo porque aún a pesar de los años, ser le foco de atención me sigue incomodando.

La primera en romper el silencio es una señora a la que reconozco como la autora del libro.

-Oh santo Dios, eres idéntica a Ana.- su voz es más un chillido de emoción que una voz normal.- ¡solo que eres rubia! ¡Ya siento que te quiero niña!

Sus palabras acompañadas de su sonrisa, me hacen ver que de verdad siente todo eso por mí y automáticamente me relajo.

-Hola Dakota, toma asiento, por favor.- lo hago y la señora a la que reconozco como la directora continúa. Debe estar por sus cuarentas.- Soy Sam Taylor-Johnson. Ella como sabrás es E.L. James y él Dana Brunetti.

Saludo a todos ahora si más formalmente y noto el cariño automático que desprenden. Eso solo logra emocionarme más por comenzar todo esto. Siento que será un lugar muy cómodo para trabajar.

La reunión pasa entre que me explican un poco de que va la peli y la trama (cosa que a mi parecer sobraba, porque bueno,  todos sabemos de que va Cincuenta Sombras. Y el que dice que no lo sabe, miente.) y en que me explican un poco cada cláusula del contrato.

Cuando intento descubrir quien será el Christian de mi Ana, me responden que prefieren hacer eso un poco misterioso, y que solo me dirán el día en que tengo que conocerlo. Es decir, estaré completamente ciega por al menos, dos semanas más. Casi lo logramos Dakota, casi.

Tampoco es que esté desesperada por conocerlo, pero me habría gustado mentalizarme un poco con el hombre que dentro de unas semanas me vería desnuda, ya saben, como para no llegar en frío el primer día y que las cosas no fueran raras. Pero bueno.

Luego de aclaradas todas las dudas sobre el contrato y demás, nos despedimos y acordamos comunicarnos por correo si es que surge algún cambio desde aquí al día en que comencemos a grabar.

Salgo de allí con mi ánimo por las nubes, todo esto no podría ir mejor. Vuelvo a tomar un taxi y me dirijo a casa, extraño a mi bebé.

Apenas llego, lo primero que me recibe es el sonido de las carcajadas de Dul mientras Matt le hace cosquillas en la panza. Estos dos se llevan de maravilla. Me acerco y los saludo uno por uno.

-Hey peque ¿cómo te fue hoy con tus clases? ¿Y cómo es que ya estás de vuelta? Me fui por...-levanto mi muñeca para observar mi reloj.-...tres horas y media, y se supone que a ésta hora sigues en clases. 

-Bien mami, el profesor me hizo hacer sumas y como las hice bien, me regaló una carita feliz ¡mira!- se apunta a un costado del pecho y veo que tiene un sticker pegado ahí. Sonrío, pero necesito respuestas al por qué ya está de vuelta en casa, y se lo hago saber.- ¡Ah! Es que la profesora de lenguaje estaba enferma, así que se suspendió su clase de hoy. Llamaron del cole y Matt fue a buscarme.

Suspiro con tranquilidad. Por un momento pensé que algo había pasado. Algo grave.

-¡Muy bien princesa! ¡Eres muy inteligente!- digo luego de respirar con tranquilidad por lo anterior. Me lanzo a darle besos por la cara y la abrazo contra mi pecho como cuando era pequeña y se dormía acurrucada ahí.- Te amo, Dul. Mucho.

-También te amo, mami.- me responde dejando un beso gigante en mi mejilla.

Matt nos saca una foto antes de hacer un odioso "aw" que mata por completo nuestro momento madre-hija, así que como castigo lo mandamos a cocinar mientras nosotras seguimos abrazadas y tranquilas en el sillón. Se va refunfuñando lo que sólo nos hace reír más a Dul y a mí.

Tengo una tonta sonrisa de orgullo en mi cara que me es imposible borrar. Mi vida está tomando un buen rumbo, y le agradezco mentalmente al cielo por darme ésta gran oportunidad.