Capítulo 34

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POV JAMIE

Después de aquella primera noche en mi departamento, las cosas entre los tres no podrían haberse puesto mejor.

En esas dos semanas de reposo que tuve que guardar, tanto Dakota como Dul se dedicaron a tratarme como un rey. Y yo no podría estar más feliz.

Dul los primeros tres días llegaba cerca de las 8 de la mañana a levantarnos a ambos con muchos besos y con toda la ternura que se puede derrochar de un cuerpecito tan pequeño. Pasábamos el día juntos, con Mel (aunque a veces ella salía a recorrer Vancouver) y Zepp.

Ni hablar del amor que Zepp y nuestra pequeña ya se tenían, crearon un lazo perfecto y se notaba a leguas que Zepp también había caído rendido por ese pequeño terremotito de rizos rubios.

La más feliz con toda la situación era Dul, ya que según me contaron ella y Dakota, en su departamento en Nueva York no pueden tener animales. Así que poder tener por fin una mascota, que más encima se deja hacer de todo, es casi un regalo del cielo.

Pasadas las dos semanas que había exigido el doctor de reposo, fuimos a la consulta y resultó que no tuve que hacer mucha rehabilitación con la pierna. Lo que pensamos que había sido una gran fractura sólo había alcanzado el grado de esguince. Si me pusieron yeso, fue por precaución y para que pudiera sanar más rápido.

Así que sólo me recetaron usar vendas durante el día y hacer pequeños ejercicios en casa. También decidieron que podía quitarme las ventas de las costillas, porque según el doctor habían sanado como por arte de magia, es como si nadie pensara que tres semanas atrás tuve un accidente de auto.

Yo no podría estar más feliz, porque siendo sincero, pensé que la rehabilitación duraría meses. Lo que significaba que no podría jugar o cargar a mis princesas hasta después de cumplido todo ese periodo, pero gracias al de arriba nada de lo que había imaginado sucedió.

Dakota se mantenía en plan "mamá gallina" en lo referente a mis ejercicios, estaba encima de mí verificando si los había hecho y siempre que podía me ayudaba con ellos.

Dul pasada una semana de mi reposo terminó por irse permanentemente al departamento, así que le arreglamos la habitación de invitados para ella.

Ahora estaba aquí, viendo a mi princesa dormir antes de irme a hacer lo mismo. Estábamos ya grabando la última semana de la película, y al ir en contra del tiempo las cosas en el set estaban más locas de lo normal.

Me acerco hasta donde descansa mi princesa y dejo un beso en su frente.

-Buenas noches, mi amor.- digo bajito para no perturbar su sueño.  

Y me voy, no sin antes prender una pequeña lamparita para que cubriera la habitación de una luz tenue.

Junto la puerta un poco y voy en busca de Dakota, la dejé repasando el guión en el living así que camino derechito hacia allá.

Lo primero que veo es a Zepp recostado en la alfombra, y mientras voy subiendo mis ojos me encuentro con una muy dormida Dakota que está acurrucada en el sillón con todo el guión arrugado en su regazo.

Es increíble que hasta dormida sea perfecta esta mujer.

Sonrío y me acerco hasta su lado para tomarla en brazos, no me preocupo por la pierna porque el doctor no dijo nada sobre cargar pesos. Aparte, ya la siento como nueva desde que me dio el pase para poder volver a grabar.

La levanto lo más lento que puedo para no despertarla y al tenerla entre mis brazos, Dakota acomoda su cabeza en mi pecho acurrucándose y aspira fuertemente mi aroma.

Destiny [T.1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora