Antes
Un terrible escalofrío recorrió su columna. Era una de esas noches donde no había estrellas, ni siquiera luna que iluminará el camino. El cementerio francés se cubrió en penumbras, las baldosas sueltas crujían detrás de sus pasos, lentos e inseguros. El imperioso aire de otoño la hizo tiritar de frío y detrás de ella ningún sonido se escuchaba.
Todo estaba en una calma aturdidora...
El sonido de cristales rotos aceleró su corazón. Caro miró aterrada de un lado a otro, pero ahí no había nadie sólo sepulturas y ángeles de mármol con lágrimas en los ojos.
- ¿Hola?- preguntó a la nada- ¿Hay alguien ahí?
Pero nadie respondió...
Caro nunca había tenido miedo de visitar a los muertos, ellos eran sus cómplices, ellos formaban su mundo. Para alguien como ella que tenía ese don de observar aquello que es invisible para el mundo, el miedo no estaba presente en lugares como este, pero aquella noche, mientras caminaba entre las sepulturas iluminadas solamente por las farolas rotas de las calles, su corazón parecía querer salirse de entre sus costillas.
-¿Hay alguien ahí?- volvió a preguntar y lo hacía porque quería una respuesta, lo hacía para encontrar entre tanta oscuridad, a la persona que buscaba.... Pero el chico del cementerio no respondió- ¿Stephané? ¿Estás aquí?
Carolina caminó un poco más mirando a su alrededor, tenía la sospecha que las almas se estaban escondiendo y no precisamente por ella. A su alrededor se sentía una atmósfera pesada, algo no estaba bien, ella lo sentía porque tenía un horrible dolor de cabeza y un presentimiento de estar siendo observada...
¿Mamá?
Se escuchó detrás suyo. Carolina se volvió con el corazón en un puño, había sido la voz de un niño, se había escuchado tan cerca de ella que su piel se habia erizado de miedo- ¿Hola? - repitió- ¿Quién eres?
Y entonces algo en su cuerpo se tensó de golpe, unas risas se escucharon más adelante del camino.
Risas, de niños en mitad de la noche
Tragó saliva y se echó a correr por los senderos, mucho mas al fondo del cementerio, hacía lo desconocido, a las sepulturas de hace siglos, de décadas y años olvidados.
Jamás había sentido tanto terror hasta que escucho que la seguían. Cuando corrió no sólo fue ella quien lo había hecho, alguien detrás suyo la estaba siguiendo. Asustada se escondió detrás de una enorme estatua de una mujer llorando sobre su propia lápida, su espalda resbaló sobre la piedra y tocó su corazón lleno de miedo...
...venez, venez, venez ... (1)
Caro abrió los ojos aterrada. Era la voz de una mujer, estaba cantando. ¿ Qué idioma era ese? La voz era profunda, armoniosa y melancólica. La canción era entonada con tanta nostalgia que el corazón de Carolina se partió por la mitad.
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El Chico del Cementerio
ParanormalHay seis chicos perdidos en el bosque. Tú eres uno de ellos. #FloresMarchitas