Antes
La espesura de la vegetación se hacía cada vez más densa en medida que los cinco chicos se adentraban más al inmenso bosque.
Sebastián miró con los ojos entrecerrados al cielo, era difícil de observar con tantos árboles cubriendo sus cabezas, pero podía jurar que una tormenta se avecinaba. Miró de reojo a sus compañeros, la mayoría iba delante de él bueno, excepto All, ella se quedaba demasiado. Aveces parecía estar agotada, entonces él se limitaba a preguntarle cómo se sentía a lo que ella a menudo contestaba con una simple sonrisa y seguía caminando.
Lo entendía. Nadie que acabará de perder a un ser querido estaría de buen humor, ni siquiera él, que no tenía vela en el entierro, se sentía de buen humor. Delante de ellos estaba Veronica, la chica se estaba peleando con la espesura de las ramas y las espesas ramas que se enredaba en su cabello oscuro. La miró mejor, físicamente se parecía a All y a Carolina, claro a diferencia de que All tenía los ojos claros y ella los tenía oscuros, además de que entre las tres Carolina tenía el cabello más castaño que negro y la cara salpicada de pecas. Pero si bien todas ellas podría ser primas, aunque todas fueran tan distintas de las otra...
– ¿Quieren moverse?– les llamó la atención Mariana– Aún tenemos mucho por caminar.
Con una mueca de disgusto Sebas obedeció tomando del brazo a su amiga, All se limitó a seguirlo mientras su mirada se perdía en la salida de ese lugar. Su semblante estaba decaído y misteriosamente preocupado, Sebas observó que volteaba cada dos minutos a verificar el camino, como si temiera perderse...
– ¿Estás bien?– le preguntó al oído, sus dos grandes ojos verdes lo miraron como si no entendiera su pregunta, luego se volvió de nuevo al bosque, evaluando todos los lados. Parecía estar aterrada. –¿All?
– Necesito ir al baño– le contestó sin pena, Sebas la miró avergonzado y la soltó despacio mientras se giraba hacia sus compañeros que ya les llevaban una ventaja considerable.
–¡Chicos!– les gritó, el primero en voltear fue su líder, Sam– ¡Tenemos que tener un descanso de 5 minutos!
– ¡Ya te dije que no Sebastián!– reiteró Mariana mirándolo con fastidio, Sebas ni siquiera la miró, estaba atento al chico pecoso que le preguntaba con la mirada, Sebastián volvió a hablar:
–Por favor...
–Sólo voy a ir al baño– informó a sus espaldas Alondra, Sam desplazó su vista a la chica y luego a Sebas, suspiró profundamente y asintió mientras se descolgaba de los hombros su mochila.
– Cinco minutos.
Mariana bufó indignada pero no siguió protestando, en su lugar imito a su compañero y se descolgó su mochila mientras se sentaba en el suelo. Verónica seguía mirando un mapa barato y ya con años encima, Samuel se acercó a ella.
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El Chico del Cementerio
ParanormalHay seis chicos perdidos en el bosque. Tú eres uno de ellos. #FloresMarchitas