Capítulo XXVIII

1.3K 85 5
                                    

-Ey, Gonzalo! Abre la puerta de una vez! Se oyó desde el pasillo

Me desperté sobresaltado, ella seguía durmiendo con un brazo enrollado a mí. Era raro que yo me haya despertado antes que ella, nunca logro despertarme con nada pero creo que el hecho de que algo podía pasarle o dañarla me hacía estar nervioso y atento por todo,ahora que sabía de su pasado.

Inmediatamente saqué suavemente su brazo de encima mío para no despertarla y me dirigí a la puerta a abrirle a Ramiro.

-Se puede saber que haces? Hace una hora que estoy llamándote hermano, me estabas preocupando.  Exclamó algo nervioso

-Habla más bajo por favor. Supliqué mientras frotaba mis ojos con los puños. 

-No me digas que has traído a alguien en mi cama, no lo puedo creer, es un asco.  Dijo entrando al cuarto para investigar la situación.

-No la despiertes Ramiro, está dormida.

-Es Bian?! Preguntó asombrado. Creo que con la que menos pensó que pasaría una noche era con ella. -Estás loco, pero me alegro que sea ella. Sólo que no se juega con ella hermano, es buena chica.

-Lo sé, es increíble. Contesté sin sacarle los ojos de encima, se veía hermosa así.

-Lo increíble es verte así. Bromeó -Creo que dormiré en el sillón.

-Gracias, te debo una. Dije acompañándolo hacia la puerta.

Seguramente ella me odiaría por no haberla despertado, pero se veía tan bien así que no me perdonaría arruinar este momento. Me volví a acostar a su lado y me acomodé contra su espalda, abrazándola por atrás. Todavía seguía dormida pero al sentirme sus manos apretaron mucho más fuerte mis brazos.

Sólo pude dormir cinco minutos, mi cabeza no paraba de pensar en que estaba ocultándole cosas y que yo podría causarle mucho mas daño del que ella ya llevaba. Quisiera entender quién carajo podría hacerle mal a alguien como Bian, cómo es que su padre no pudo quererla? cómo pudo soportar verla llorar por su culpa o arruinar su infancia cortándose las venas? Cómo es que nadie se da cuenta que cuando ríe a carcajadas sigue estando vacía por dentro? Ella sólo necesita que la escuchen, tan difícil es? A veces creo que yo soy el único que puede detectarlo y no entiendo por qué, pero lo que si sé es que es la única que con sólo una caricia me hace erizar la piel o me hace un vacío en el estómago. 

Se hicieron las ocho y yo seguí allí mirándola, podría seguir haciéndolo por mil horas más pero creo que esto traería problemas en su casa así que decidí despertarla para irnos. Comencé a darle algunos besos en su mejilla lo que hizo que se moviera un poco.

-Bian, tienes que levantarte. Susurré

Sus ojos se abrieron rápidamente, haciéndole una mirada desesperada a la habitación.

-Qué hora es? Preguntó sentándose rápidamente en la cama.

-Las ocho dormilona.

-No puede ser! Mamá me matará, seguro Ludmila llegó sin mí y habrá desatado un millón de preguntas! 

- Ella sabía que estabas conmigo, probablemente te debe haber cubierto inventando alguna excusa, quédate tranquila. Dije sacándome las frazadas de encima.

-Por qué no tienes la voz ronca? No quiero imaginarme que hace tiempo que despertaste y no me avisaste. Contestó tirándose sobre mí.

-Algo así. Créeme, no podía hacerlo, estabas tan cómoda que daba pena despertarte. Confesé sin poder aguantarme en darle un beso.

-Ya es hora, vamos a casa. Interrumpió.

Después de salir de la casa esquivando jarras y botellas tiradas por todos lados, empezamos a caminar hasta el barrio. 

Al llegar la acompañé hasta la vereda de su casa y la traje junto a mí para darle un último beso.

-Te voy a extrañar. Dijo dulcemente.

-Yo más Bian. Contesté -Aunque te iba a proponer algo para que no me extrañes.

-Dime

- Mis padres no están hasta la semana que viene, puedes venir a casa esta noche a comer, sé cocinar aunque no lo creas. Afirmé sonriendo

-Definitivamente quiero ver eso. Bromeó -Allí estaré vecino. Contestó antes de caminar hacia la puerta


BIANZALO-Simplemente único.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora