Capítulo XV

1.6K 96 6
                                    


-Por qué no me llamaste si estabas así? Preguntó con un tono preocupado y dando dos o tres besos en mi cuello que me provocaron los más lindos escalofríos.

No contesté, solo quería quedarme así para siempre, estaba tan calmada.

-Te puedes quedar conmigo hoy? Murmuré. No sabía por qué lo había dicho en realidad, sólo me salió.

-Qué?! preguntó sorprendido, bajando sus manos a mi cintura y clavando su mirada en mí. Podía ver en ella algo de emoción.

-Si te quieres quedar esta noche. Necesito algo de compañía. 

Sus ojos se iluminaron. Tenía miedo que sea como todos los demás hombres y que mal interprete mi propuesta. Pero sabía muy bien que Gonzalo no era así.

-Obvio que sí, pero... mañana hay clases Bian. Dijo secándome una lágrima que había quedado en mi mejilla.

-Pondré la alarma una hora y media antes si quieres

- No me molestaría si no la pones, eh!- Dijo sonriendo

-Mamá me matará si te encuentra aquí en la mañana, no te gustaría quedarte sin vecina, o si? Pregunté con un tono un poco provocador

Apoyó mi cuerpo suavemente contra la pared y  puso el suyo pegado a mí, colocó sus manos en mi rostro y me dió un tierno beso haciéndome caricias lentamente. Sus besos cada vez eran mejores, o a lo mejor era Gonzalo el que cada vez me gustaba más. 

Cuando se separó de mí apoyo su frente en la mía mirándome fijo, lo que me provocó una sonrisa.

-Me gusta que te rías, es por eso que estoy acá, no quiero verte así nunca más. Hace tiempo no veía una sonrisa tan linda como la que ví el día que llegue al barrio y sería una pena que la desperdiciaras.

Pegué mis labios de nuevo en los suyos como un símbolo de lo mucho que me había gustado lo que dijo. Para alguien que hace horas tenía ganas de desaparecer, escuchar esto era mejor que cualquier cosa en el mundo. Mis manos se fueron a su cabello (el cual amaba con todo mi ser) y las suyas estaban tocando la piel de mis caderas ya que mi pijama se había levantado un poco, provocándome algo que nunca había sentido, ni con Agustín. Me aparté de él y miré su rostro, se veía cansado.

- Tienes sueño?  pregunté

-Sólo estoy cansado, entrené tres horas y media hoy. Respondió apagándose al final, como si no tuviera fuerzas ni para hablar. Jugaba jodidamente bien al fútbol y eso me volvía mucho más loca por él. -Pero puedo quedarme hablando toda la noche si quieres- 

-No, tienes que dormir. Dije un poco preocupada ya que se veía realmente agotado y sus ojos se estaban cerrando solos. 

Se veía incómodo, era obvio, no sabía si sacarse la ropa o qué ya que tenía miedo que yo pensara que él pretendía algo más. 

Se sacó su buzo y lo dejó en la punta de la cama, sólo se quedó con una musculosa blanca que marcaba sus músculos de una forma impresionante. Por suerte tenía puesto un pantalón no muy apretado, por lo que decidió dormir con eso.

Estaba armando la cama y él se encontraba detrás mío clavando una mirada fulminante sobre mí como admirando mi cuerpo, no lo culpo, ya saben como era de corto mi pijama. Me acosté en mi cama y puse la alarma una hora y media antes de lo normal. Él se acostó al lado mío mirándome, la cama era chica por lo que tenía sus piernas casi sobre las mías

-Estás mejor?

-Si, mucho. Gracias, en serio- dije mirándolo a los ojos

-No tienes por que agradecerme. Haría esto mil veces más Bianca. Susurró poniendo su cabeza en mi pecho, abrazándome y  acurrucándose como un bebé. 

Nos quedamos en silencio por unos minutos hasta que él logró romperlo con la pregunta que estaba rogando que no hiciera.

-Qué te hace poner así? No deberías estar sufriendo así Bian. Sabes que puedes contarme si quieres, realmente necesito saberlo, me preocupa mucho y sólo quiero ayudarte- dijo trazando círculos en mis abdominales.

-Puedo contártelo otro día? Por favor...-  Realmente no quería pensar en eso de nuevo.

-Claro. Te esperaré todo lo que necesites.

Después de unos minutos ya estaba dormido, el cansancio se notaba en su rostro y sus piernas parecían dolerle ya que no paraba de moverlas. Yo me quedé jugando con su cabello por un rato hasta quedar completamente dormida junto a él.


BIANZALO-Simplemente único.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora