Capítulo XLVII

1.2K 79 21
                                    

Narra Bian

Aún recuerdo cuando pasó, miles de cosas se reflejaban en mi mente como un único recuerdo que no podía olvidar. Me dolía el cuerpo y mi cabeza ardía como el mismísimo infierno, yo sabía que pasaría de una vez por todas, sabía que moriría. Lo último en que pensé fue en papá, por eso no me aterraba tanto de pase, sé que el me estaba esperando, sólo comencé a relatar algo en mi mente que todavía lo puedo recordar con certeza "Hace un tiempo que no hablo contigo, pero no te preocupes, sólo estaba un poco triste. Perdón por mis cicatrices recientes, no me siento muy bien últimamente. Mamá me obligó a asistir a un psicólogo por mi comportamiento en el último tiempo, éste me dijo que tome medicinas, pero dudo que ayuden. Me siguen preguntando acerca de cuando falleciste,y duele recordarlo.Todavía te amo, sabes? y también te extraño más que a nada. Es difícil seguir pensando en todo esto , porque hay sangre por todos lados y mis ojos se están cerrando de a poco, no puedo respirar papá. Estoy yendo a verte, por favor, abre la puerta."  

También me acordé de vos, si, de vos Gonzalo. Mi única salvación en este mundo, te extraño tanto y sé que ahora te extrañaría aún más pero siempre estaré contigo, nadie te hará daño porque ahora puedo cuidarte mucho mejor que antes.

Apenas cerré mis ojos pude oír el chillido de la ambulancia que se iba apagando de a poco, y luego fue como quedarse dormida, no sentí más nada, hasta hoy. 

Cuando tocó mi mano en la sala de terapia intensiva mi piel se erizó como siempre y mi corazón pareció tener memoria de aquella mano masculina del pasado y comenzó a acelerarse."Hola Bian" oí  al segundo, esa voz, como podría olvidarla? aún tengo mariposas en el estómago cada vez que dice mi nombre. También escuché su llanto, odio eso, quería despertarme y sólo decirle que deje de llorar. Luego dijo algo que provocó que decidiera quedarme en este mundo, nunca pensé que alguien contestaría todos mis miedos, él sólo comenzó a nombrar todo de mí, lo que me gustaba, mis inseguridades, las cosas que me molestaban pero que nunca pensé que las recordaría así (como podría imaginarme que cada vez que comíamos pizza el estaba pendiente de eso?) cómo es que nunca me dí cuenta que cuando estaba distraída él estaba observándome analizando todo de mí para conocerme, sí, aunque yo nunca lo hubiese pensado, en este mundo SIEMPRE pero SIEMPRE hay alguien que quiere hacerte bien. Él es mi otra mitad, no soy yo si no está Gonzalo, simplemente no puedo."Debo irme, por favor abre los ojos hermosa" Dijo en mi oído. Estaba desesperándome el hecho de que mi cuerpo no respondiera a mis llamados, quería abrir mis ojos o simplemente mover mi mano o los pies para que se tranquilizara pero no podía. Sólo lo sentí alejarse y rompiendo en llanto como nunca.

Luego de ésto percibí un gran alboroto alrededor mío y volví a quedarme dormida por unas cuantas horas más, mi cabeza aún ardía.

                                                                          ***

-Bian? Puedes verme? Exclamó mamá apenas logré abrir mis ojos una milésima, parecía que hubiese estado pendiente de esto por horas. Aún no lograba verla con claridad, sólo reconocía su voz.

Después de unos minutos mis imágenes se fueron aclarando, parecía estar en una habitación diferente a aquella en la que me visitó Gonzalo, ésta parecía mucho más tranquila. Allí estaba mamá (que por cierto llevaba una sonrisa de emoción y no dejaba de acariciar mi rostro por un segundo) mis hermanas, Bruno y Micaela quien se lanzó sobre mí apenas se dio cuenta de la situación. 

-Qué hora es? Pregunté con voz ronca y provocando la risa de todos los que estaban allí.

-Creo que dormiste bastante pulga. Exclamó con felicidad Bruno desde la punta de la cama, acariciando uno de mis pies con cariño.

- Y Paio? Pregunté rompiendo el silencio, en serio quería verlo, se convirtió en alguien muy importante para mí en este último tiempo.

-Esta dormido en el pasillo, no se ha movido de allí desde que llegaste. Iré a despertarlo. Respondió Ludmila.

Al segundo Paio entró con desesperación a la sala, aún tenía los ojos pegados pero no paraba de sonreír. Le devolví la sonrisa como pude e inmediatamente se acercó a mí con rapidez.

-No vuelvas a dormirte, por favor. Suplicó mientras apoyaba su frente contra la mía.

-Te quiero mucho. Susurré en voz baja.

-Yo también Bian.

-Me duele la cabeza. Murmuré al intentar levantarme, en verdad sentía que iba a explotar en cualquier momento.

-Iré a llamar al médico, sé que es imposible pero quédate quieta. Afirmó Bruno antes de salir de la habitación.




BIANZALO-Simplemente único.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora