Querido Dios,
¿Qué diablos estoy diciendo? "Querido Dios" GRACIOSO... Estoy escribiendo todo esto para nada. Probablemente ni siquiera existes. Y si existes, estoy seguro de que me odias. ¿Sabes qué? ¡No me importa! No me importas, no me importa Susana, ni mi deuda, no me importa el teatro y ¿¡Adivina qué!? No me importa mi vida buena para nada. Al final, eres Tú quien decide lo que voy a vivir y yo continuo orando. ¿Para qué mantengo la esperanza? ¡Para nada! ¿Debería estar agradecido por estar vivo? Bueno pues no lo estoy. Odio mi vida, odio a Susana ¡Y te odio! ¿Iré al infierno por lo que acabo de decir? Demasiado bello, no creo que el infierno pueda ser peor de lo que es mi vida ahora mismo.
Visito a Susana cada día; ¡Es tan linda que la odio! Lo único que hace es mirarme con ojos amorosos y suplicantes ¡como un cachorrito! Espera algo de mí que nunca podré darle, mi amor. Desearía que Candy no me hubiera enseñado nunca a amar... no sabía que tenía la capacidad de amar... de amar tanto. Y no sabía cuánto podría doler. Candy se fue llevándose mi corazón, dejándome morir en el dolor. Nunca pensé que pudieras castigarme tanto. Mi castigo es mayor al que Zeus le dio a Prometeo. Un águila picoteaba su hígado, el mismo que se renovaba cada día, esto es nada comparado con mi dolor. Cada mañana me levanto con un nuevo corazón; lleno de esperanza después de los sueños de la noche anterior; y entonces recuerdo que no hay esperanza para mí y eso rompe mi corazón en millones de pedazos. Duele tanto que preferiría que mi corazón fuera devorado por un águila. Cada día... cada día vivo la misma pesadilla.
Ahora Susana será dada de alta del hospital y tendré que vivir con ella. No tengo a donde escapar. ¿Qué fue lo que hice mal para ser castigado? ¿Es porque dejé a mi padre, porque juré que nunca sería como él? ¿Es por eso que he llegado a ser como mi padre? Herí a Candy y elegí el deber sobre el amor... el amor de Susana es mi prisión, este es mi infierno.
¡Ah! Y si quieres saber, dejé el teatro y sí, en este momento estoy borracho, No puedes reprochármelo ¿O sí? Aún si lo haces, créeme, no me importa. ¡Alejaste a Candy de mí! ¡Tú me hiciste esto!
Quizás yo soy a quien deberían culpar. Soy tan estúpido que llegué a pensar que sería feliz por primera vez, que sería amado y amaría libremente. Terrence Grandchester está maldito ¿Cómo se me olvidó?
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Querido Dios
RomanceEntremos a la mente de Terry. Este es el Diario personal de Terry, que yo escribí con mi amiga mrscage.