Querido Dios - Parte 15

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Capítulo 15

Querido Dios

Ahora que se ha terminado el Festival de Mayo déjame decirte que nunca tuve un día semejante en mi vida.

En cuanto supe que Candy sería una de las chicas del Espíritu de la Flor en el festival, decidí ser el presidente del mismo con la esperanza de pasar más tiempo con ella. Hablé con la hermana Grey, quien por supuesto, se sorprendió, me dijo que era tarde para eso pero hablar un poquito acerca de mi padre me ayudó mucho y me convertí en el presidente... ¿Puedes imaginarme como el presidente del Festival de Mayo?... Sé que es lo más gracioso.

Ayer en el zoológico, cuando supe que a Candy no le era permitido participar en el festival no podía creerlo, no estaba de acuerdo. Inclusive fui a hablar con la Hermana Grey otra vez, para pedirle su autorización de que Candy participara. Le dije que yo quería ver a todos los estudiantes ahí pero ella no deseaba escuchar nada con respecto a Candy... Bueno, después de todo no puedo culparla, ni siquiera yo, nunca la he llamado de la forma en que mi cariño -pequeña pecosa- lo hizo. Me siento orgulloso de ella... tuve que hablar nuevamente sobre mi padre para conseguir el permiso solo para la noche del festival. Creo que eso es mejor que nada, también sabía que Candy escaparía del cuarto de meditación como lo había hecho antes.

Lo primero que hice esta mañana fue buscarla por todas partes, pero no estaba en ningún lado en que pudiera encontrara... inclusive fui al salón de baile, como si fuera posible que ella estuviera ahí sin ser descubierta. Pero era el último lugar en el que no la había buscado en toda la escuela. Entonces encontré a Eliza, la chica que rescaté el otro día de su caída al hoyo. Como si ella no fuera la que me dijo que yo era el peor tipo en toda la escuela, que ensuciaría su mano, ¡Ella quería bailar conmigo! Creo que se convirtió en una de mis admiradoras. Me divertí al decirle que era muy malo para bailar, que tenía el mal hábito de pisar los pies de mi compañera... incluso la llamé "jovencita". Lo más gracioso fue que ni siquiera se dio cuenta que estaba burlándome de ella... Chica tonta...

Después de abandonar el salón de baile, como ya no había otro lugar para buscar a Candy, decidí ir a descansar subiendo a un árbol cerca de "Su Colina de Pony". Esperaba verla si escapaba e iba por ahí. Ni siquiera imaginaba que estaba en el mejor lugar en el mejor momento... había un jovencito corriendo debajo de mi árbol, secretamente seguido por Eliza. Casi me caigo del árbol cuando el chico se quitó la máscara que cubría sus hermosos ojos verdes y la peluca que escondía su suave cabello rubio. Oh Dios, suena raro, yo hablando sobre el cabello y los ojos de un muchacho... Pero no era un muchacho, era ella... Candy disfrazada como Romeo... Eliza la vio y yo sé que no le agrada y que haría cualquier cosa para lastimarla, igual que su hermano... Estaba mirando a Eliza retirarse y entonces volteé mi cabeza para que ver lo que Candy estaba haciendo y ¡Oh Dios! Ella estaba en ropa interior... Ni siquiera esperaba verla de tal manera algún día pero ahí estaba ella... Sus torneados y delicados hombros estaban desnudos, deben ser tan suaves... quería acariciarlos con pequeños besos... pude ver la forma de su joven pecho respirando rápidamente debido a la prisa por cambiarse, y el sol atravesaba su blanco fondo de gasa, permitiéndome adivinar cuán hermoso era el resto de su cuerpo que no podía ver bien pero podría dibujarlo fácilmente. Fue la más hermosa vista que jamás hubiesen tenido mis ojos. Dios, perdóname por hablar así pero no puedo ocultarte lo que sentí cuando la vi ahí... Podría pasar el resto de mi vida mirándola... Estaba tan hermosa, me sentí tan desamparado, mirándola pero sin que se me permitiese tocarla, besarla, hacerla mía, ser suyo... Inclusive ahora, reviviendo ese momento puedo sentir el deseo creciendo dentro de mí... ¡Suficiente de soñar Terry! Cuando finalmente se cambió de Romeo a Julieta, me sentí como Romeo cuando vio a su Julieta por primera vez... Comprendí que estaba lista para irse, dejarme ahí como si nada en esas condiciones, no sabía qué decir, como detenerla, qué hacer, así que comencé a reír... Me escuchó y me miró sorprendida, confundida y asustada... Yo sabía que se preguntaba qué tanto había visto. Para hacerla reír y lograr que la situación pareciese divertida en lugar de bochornosa le pregunté "¿Quién dice que el hábito no hace al monje?" Me preguntó si la había visto... SI LO HICE... ella es tan pura, tan dulce... No quería abochornarla más, así que le dije "Tranquilízate, te vi pero no te miré"... (¡Como si fuera posible no mirar una belleza como ella!). ¡Y ella me llamó grosero! ¿Por qué? ¿Por no mirarla?

Creí que era el momento de cambiar de tema, así que salté del árbol y le dije que Eliza había descubierto su "Romeo". Mi amor pecoso era, por supuesto, muy inteligente y previamente había tomado sus precauciones arreglando su cama como si durmiese. Estaba feliz porque tendría todo el día para pasarlo con ella. Le propuse ir a la Colina de Pony. La tomé de la mano y corrimos hasta ahí. Estábamos felices. Éramos libres... ¡No había nadie más en todo el mundo además de nosotros! En la colina empezamos a platicar. Dijo que se sentía muy bien. Estaba conmigo y se "sentía muy bien"... yo también me sentía muy bien, era tan placentero... estando con ella. Sentí como si pudiera hablar con ella sobre cualquier cosa y ella comprendería. Compartí con ella un recuerdo que he guardado en mi memoria durante años sin compartirlo con nadie... El picnic que tuve con mis padres. El único recuerdo feliz que tengo de mi vida hasta que conocí a Candy... Ahora tengo muchos... dijo que algún día ese recuerdo me bastaría. Al principio no comprendí lo que significaba pero entonces, ella agregó que ella en cambio no tenía ninguno (refiriéndose a sus padres). Sí, Candy... ni ángel pecoso... tuvo una vida peor que la mía y siempre mantiene una sonrisa, y me consuela. Yo soy el hombre ¡Yo debería consolarla a ella! Entonces se escuchó una muy bonita música proveniente del festival. Quería bailar con ella, llamándola princesa Julieta. Ella aceptó y en un instante estaba en mis brazos... Estábamos bailando... Era un momento mágico, y ella estaba como soñando despierta pensando en algo. Pensé que estaba pensando en mí, tanto como yo estaba pensando en ella, le pregunté si le pasaba algo. ¡La respuesta fue como si me cayera encima un balde de agua fría! Simplemente me paralizó y rompió mi corazón en miles de pedazos... ¡Ella estaba pensando en Anthony! ¡Otra vez! La empujé, cayó en el pasto. La pedí que dejara de compararnos... ¿Cómo puedo competir con un chico muerto? Desearía que estuviera vivo... Entonces podría competir con él. Le grité que él estaba muerto que se había caído de un caballo y que lo muertos nunca regresan. Quería herirla de la misma forma que ella me había herido... Empezó a llorar diciendo que yo no le gusto... Habría preferido que simplemente me matara ahí mismo... ¿No le gusto? Y respondí que estaba bien, que a mí tampoco me gusta una chica que vive pensando en un muerto y la dejé ahí llorando. ¡Dios no sabes cómo la amo! Sí, admito que Terrence Grandchester, el peor tipo de la escuela, el "chico malo" que nunca siente otra cosa además de rabia está ENAMORADO. Y el objeto de su afecto se empeña en compararlo con un chico muerto. Me sentí tan mal dejándola en ese estado. Lo único que dijo fue que la primera vez que había bailado con Anthony tocaban esa música y la empujé. La hice llorar. Apuesto que este Anthony nunca la hizo llorar... estoy seguro de que la amó tiernamente, justo de la forma en que ella merece ser amada; seguramente el no fue un bruto como yo. Comprendí que estar celoso de Anthony y tratarla de ese modo no me ayudaría a ganar su corazón. Quise hablar con ella, para disculparme. No estaba en la Colina de Pony, imaginé que podría estar en la fiesta protegiéndose con su disfraz nadie la reconocería. La vi con sus amigos, no pude atreverme a acercarme; entonces vi a Eliza hablando con su amiga. De inmediato entendí que tenía algo en mente así que empecé a correr con todas mis fuerzas hacia el cuarto de meditación. Escalé las paredes justo a tiempo para esconderme en la cama. Pocos minutos después escuché algunos pasos en las escaleras. Yo tenía razón; Eliza venía hacia el cuarto con otras chicas, no sabía quiénes eran, no podía reconocer sus voces. Esperaba que se fueran pero Eliza quería ver a Candy a fin de asegurarse de que ella estaba en su cama. Me arriesgué a mostrarle mis manos y brazos, gracias a Dios esta Eliza y su amiga son lo suficientemente estúpidas que no saben la diferencia entre las manos de un chico y una chica... Ellas se fueron y mi Tarzán pecosa apareció y se sentó en la ventana. Sus amigas se sorprendieron de verla ahí. Pero Candy no estaba tan sorprendida. Como si no la hubiese hecho llorar una hora antes me sonrió justo después de que salí de las sábanas riendo libremente y dijo que se lo imaginaba. Le dije que algo así podría suceder y le pedí que la próxima vez tuviese más cuidado. Ella dijo "Gracias Terry" sonriendo. Estoy feliz de que al final todo de arreglara y de que ella ya no estuviera molesta. Dejamos a Candy en el cuarto de meditación antes de que las hermanas vinieran a visitarla. Me sentí muy mal de dejarla ahí sola. Pero ya casi anochecía y yo tenía el permiso para que ella saliera durante ese momento. Se lo recordé a la hermana Grey quien finalmente le permitió abandonar el cuarto de meditación. Candy se unió al final del festival, estaba feliz con sus amigos, la vi desde lejos.

Se hace tarde, debo dormir... Sé que quisiera soñar con... Candy.

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