Querido Dios - Parte 10

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Capítulo 10

Querido Dios,

Un día estaba descansando en el pasto mientras fumaba, yo creía que estaba solo y entonces escuché una voz diciendo: "¡¿Qué estás haciendo ahí, Terrence Grandchester?!". ¡Era la Madre Superiora quien me había descubierto fumando dentro de los límites de la escuela! ¡Iba a tener que discutir con ella otra vez! Me giré de inmediato y a quien vi no era la Madre Superiora, ¡Era Candy! Me sorprendí de ver que era ella, imitó perfectamente la voz de la Madre Superiora. ¡Ella es una bromista también! Yo estaba feliz de verla. Tenía sus manos en su cadera con una mueca en su cara. Se ve muy hermosa cuando se enoja, se ve hermosa cuando sonríe... pero creo que ya te lo he dicho antes... es solo que no puedo controlarme. Le dije que por un segundo había creído que realmente era la Madre Superiora y le ofrecí un soplo de mi cigarrillo. Rechazó mi ofrecimiento y dijo que le hiciera el favor de dejar de fumar en su Colina de Pony; mientras decía eso tomó mi cigarrillo y lo arrojó al césped para destrozarlo con su bota. .. Estaba empezando a sentirse cómoda conmigo, me cuida lo suficiente para preocuparse por mi salud. Ese pensamiento me hace sentir feliz. Entonces extrajo algo de la bolsa de su uniforme y me lo entregó, diciendo que era para mí. ¡Ella me dio un regalo! Nunca me sentí tan feliz en mi vida. Pero por supuesto, debía ser yo mismo: "¿Una armónica?" - Pregunté -, ella dijo que era su instrumento favorito. "Así que tu favorito. ¿Qué quieres, que te dé un beso indirectamente?" -, durante un momento se molestó y me mandó callar y entonces le respondí que no se enojara, que era una broma y que tocaría la armónica si ella quería. Entonces se tranquilizó, dijo que a veces digo y hago cosas imposibles. Yo empecé a tocar la armónica y ella se sentó a mi lado escuchándome. Ese fue un momento muy bonito. Yo estaba tan feliz. Me dio un regalo y no discutimos, tuvimos una conversación normal y se siente bien. Esta chica es para mí. La campana sonó; se levantó diciendo que debía ir a clases y se despidió diciendo que yo también debía ir "¿Entiendes?" -Remarcó -, luego agregó que debía recordar: "En vez de fumar toca la armónica. Adiós"; y corrió hacia la escuela. ¡La vi alejarse y no pude menos que pensar que ella simplemente es muy atrevida! Arrebató el cigarro de mi mano, me dio una armónica en su lugar. Debería tocar la armónica, la armónica que ha tocado sus labios... la broma que hice, yo era el que quería conocer el sabor de sus labios, ya que ella no la usaría otra vez porque me la regaló... ¡Algunas veces puedo ser un tonto! Esa chica me hace perder la cabeza, estoy empezando a pensar cosas sin sentido.

Querido Dios

Una tarde estaba aburrido y brinqué la barda para ir a un bar en el centro con el fin de beber. Me emborraché... Sé que es malo beber, pero me ayuda a olvidar y disminuye el dolor dentro de mí. Lo irónico es que la resaca al siguiente día es asesina... ¿Por qué me gusta hacerme sufrir de esa manera? Caminaba borracho por la acera, al parecer algunos malhechores me vieron mientras estaba dentro del bar y notaron que yo era un chico rico con muy buen gusto y, ya que me vieron borracho, pensaron que podrían asaltarme y llevarse mi dinero... con lo único que no contaban fue que yo los resistiría, yo no les permitiría que se llevaran mi dinero. Así que empecé a pelear con ellos, tratando de detenerlos de tomar mi dinero. Uno de los asaltantes me hirió en la pierna con una navaja. El dolor era tal que me caí, pensé que me desmayaría tan pronto uno de los tipos me atacara nuevamente, tomando ventaja de mi súbita debilidad. Entonces llegó un hombre, salió de la oscuridad y me los quitó de encima. ¡Era mi ángel guardián! Porque, tu sabes lo que habría sucedido si él no hubiese llegado, me habrían golpeado aún más y me habrían asesinado de tal forma que no los identificara si la policía se involucraba. El hombre era alto, de pelo rubio y largo y con lentes oscuros, ¡A mitad de la noche! Probablemente él sentía todavía el sol... Ok, eso fue desagradable. El salvó mi vida y yo estoy pensando en la razón por la que usa lentes oscuros a mitad de la noche. Me trajo de vuelta al colegio y brincó la barda conmigo para ayudarme a llegar a mi dormitorio, por la ventana. Caminé hasta mi cuarto a pesar del dolor de mi pierna hiriéndome con cada paso que daba. Finalmente entré a mi recámara y caí en el piso, entonces escuché una voz... preguntando quién estaba ahí. ¡No podía creer lo que escuchaba, era su voz! ¿Qué diablos (lo siento) estaba ella haciendo en mi cuarto? La miré levantarse de su cama, ponerse una bata y correr hacia mí. "Terry" -dijo-, escuchar su voz mientras sentía semejante dolor fue como si sus palabras colocaran un delicioso bálsamo sobre mi herida. ¡Entonces descubrí que estaba en el cuarto equivocado! ¡La cama estaba en el lado equivocado! ¡Estaba en el dormitorio de las chicas! ¡Oh Dios mío y tenía que entrar justo en el cuarto del objeto de mi afecto! ¡Ella tiene el mismo número de cuarto que yo! Estaba feliz, estaba enojado, porque me vio en un estado tan lamentable, borracho, herido... me maldije a mi mismo miles de veces. ¿Por qué siempre estaba mostrando mis debilidades antes esta chica? ¿La primera vez que la vi yo estaba llorando, y ahora, me ve devastado? Pero ella nunca ha dicho nada acerca de haberme visto llorar, no quiere herirme, es una chica muy linda y esa idea solo logra que me derrita aún más por ella. Le dije que había cometido un error, que él había abierto la ventana equivocada por mí. Ella encendió la luz y vio que estaba herido, me preguntó si había estado tomando así que soplé sobre su rostro, entonces me alejó molesta. ¿Qué carambas estaba haciendo? Estaba tomado y herido y aún así sentía la necesidad de abrumarla. Entonces fue a traer una pequeña toalla y limpió mis heridas. Platicamos y le expliqué lo que había sucedido. La forma en que me miraba era como si se preguntara por qué yo era tan mediocre como para salir y emborracharme en medio de la noche y entonces ser atacado... ella vendaba mi pierna un poco fuerte y le pedí que fuera más amable, me contestó que estaba haciendo lo que podía, que yo estaba herido; le pregunté si acaso se estaba vengando y la llamé "Pequeña Pecosa". Delicadamente me dijo que no era "Pequeña Pecosa" sino "Tarzán Pecosa", que no lo olvidara pues yo mismo la había bautizado. Es tan dulce. Entonces le agradecí por hacérmelo recordar. Se sorprendió y se sonrojó. No tienes idea de que hermosa estaba. Mi dolor seguía allí. Le pedí que me permitiera descansar para irme después. Fue al baño y regresó usando un abrigo rojo diciéndome que no tenía lo que necesitaba y que... ¿Saldría a conseguirlo? Le dije que no podría, que la descubrirían, yo no necesitaba nada, pero ella no me escuchaba. Puso algunos cojines debajo de mí y me cubrió con una cobija mientras me decía que no debía perder tanta sangre y que por suerte ella no era del tipo de dama que se desmaya. Mencioné su nombre en medio del dolor y me pidió que la esperara, que no me moviera y que me portara bien. Saltó por el balcón y se fue. Dormí por un rato y cuando desperté ella no estaba allí. Me sentía un poco mejor, así que me levanté para averiguar si podría caminar y comprobé el buen trabajo que había hecho Candy al vendar mi pierna. Fue una buena enfermera. Pero no podía esperarla, podría meterla en problemas, así que salté por el balcón y fui a mi cuarto a pesar del dolor. Cuando estuve allí, solo me dejé caer sobre mi cama con mis ropas puestas, no tuve fuerza para desvestirme.

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