4.Los ebrios no mienten

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Al llegar a casa Thea y yo nos pusimos a cocinar porque las dos coincidimos en que moríamos de hambre.

—Entonces es más complicado de lo que imaginaba—comento la chica al contarle sobre mis dilemas con Andre.

—Básicamente —respondí mientras revolvía el pollo en la sartén —¿Y tú tienes pareja?¿Pretendiente? –pregunte mientras apagaba la estufa para luego acércame a ella quien por ahora solo estaba sentada mirando el lugar.

—Bueno pues pareja no pero si un algo y pues creó que lo conoces, es tu cuñado—dijo y yo abrí los ojos como un par platos.

—Por dios ¿Tengo cuñado?—pregunte sorprendida y ella solo comenzo a reír.

—Claro que lo tienes tonta —respondió con obviedad.

—¿Cómo se llama?—pregunte intrigada.

—Kai, él y Andre tienen casi la misma edad. Kai es adoptado pero aun así los dos trabajan en la empresa aunque él por ahora esta en un viaje de negocios—explicaba sí que tome una silla y me acomode a su lado para seguir escuchando.

—¿Desde cuándo te gusta?—pregunte ahora mientras dejaba caer mis codos sobre la mesa y acomodaba mi cabeza entre mis manos.

—Pues desde que entre a trabajar ahí y eso fue como desde hace dos años —me explico y yo me volví a sorprender, mi relación mas larga había sido de un año.

—Wow eso es mucho tiempo ¿A qué te refieres con un algo?—pregunte curiosa y llámenme cursi pero a mi me encantaba el cliché. Jefe y empleada. 

—Pues hemos tenido encuentros pero de ahi nada —dijo para luego suspirar.

—¿Solo sexo?—pregunte enarcando las cejas

—Básicamente–respondió así que fruncí el ceño

—Y durante eso ¿Has salido con otras personas?—pregunte curiosa

—Nop —dijo remarcando la p.

—Pues dicen que el sexo sin compromiso alivia el estrés–solté pero en aquel momento me miró con los ojos entrecerrados.

–¿Dicen? ¿Acaso eres virgen? –Pregunto curiosa.

—Si y creo que lo seré hasta los cuarenta —respondí porque era claro que mi meta a largo plazo no era acostarme con Andre, y creó que el de él tampoco porque por lo visto prefería a las chicas de enormes pechos y con grandes traseros y pues yo estaba viva.

—No seas tan pesimista que tal que en una de estás Andre termina siendo tu media naranja —dijo así que hice una mueca de disgusto.

—No, lo dudo, ¿no se si has escuchado eso de que entre el uno y el dos hay una infinidad de números?–pregunte por lo que ella asintió con la cabeza —pues pasaran esa infinidad de números y él y yo jamas nos enamoraremos —solté con obviedad.

—Eres tan pesimista — comentó mientras negaba con la cabeza.

—Basta ya no hay que hablar de esto mejor comamos que estoy que muero de hambre —dije así que cada quien se sirvió y comenzamos a comer en silencio.

Cuando terminamos nos pusimos a limpiar el desorden que habíamos hecho ya que la señora de limpieza solo venía tres veces a la semana como Andre ya me había dicho antes.

Al terminar Thea me dijo que ya debía irse porque tenía asuntos por resolver así que tras despedirnos y de verla irse apague todas las luces de la parte de abajo y me fui a mi habitación corriendo para darme una ducha y poder dormir un rato.

Matrimonio por contrato|NO EDITADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora