28.El amor renace

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No sabia quien se creía Sierra para juzgarme

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No sabia quien se creía Sierra para juzgarme. Ella no me conocía y pese a quien le pese yo amaba a Andre y él sabia que lo ocurrido había sido un error.

—¿Quién eres tu?—Le pregunte a la chica que estaba parada en medio de la sala cuando entre a casa.

—Soy Charlotte la secretaria de su esposo, él me llamo por lo de ventana y yo ya he llamado a alguien—Respondió con una sonrisa.

—Bien ¿Y por qué aun sigues aquí?—le pregunte descortés.

—Estaba apunto de irme—explico con el ceño ligeramente fruncido.

—Ah–respondí seca —¿Y mi esposo? —pregunte.

—En su habitación—dijo así que asentí y comencé a caminar hacia la habitación de Andre.

—Hola—lo salude mientras entraba. Él simplemente estaba parado junto a su cama mirando por su enorme ventanal.

—No podemos seguir así—dijo serio cruzado de brazos volteando hacía mi.

—¿A qué te refieres?—pregunte confundida mientras me acercaba a él.

—Has cambiado mucho, ya no eres igual ahora eres muy dura contigo misma—soltó.

—Yo no soy dura conmigo misma—dije molesta.

—Claro que lo eres esa es tu manera de superar lo ocurrido—dijo apuntándome haciéndome enfurecer más.

—Y la tuya es el trabajo—reproché.

—No pero me he dado cuenta que tu prefieres estar sola—dijo ahora también molesto.

—No—negué para después soltar un suspiro e intentar calmar mi enojo

—Entonces ¿Qué es lo que te sucede?—dijo mientras tomaba mis manos.

—Tal vez dos meses en sueño te cambian—dije mirándolo con lagrimas en los ojos.

—Tienes que dejarlo ir tienes que permitir que la Alaska de antes vuelva a tu vida—dijo mientras tomaba mi rostro entre sus manos.

—No puedo, ella ya ha sido muy lastimada.

—Ya no lo será más, corazón.

—¿Estás seguro?.

—Si, te lo juro–respondió para después envolver en sus brazos.

—Lo intentaré—susurre contra su pecho.

—Todo volverá a ser como antes—dijo.

—Nada volverá a ser como antes—respondí mientras apartaba mi rostro de su pecho y lo miraba. Se acerco a mi y me beso tal como lo hacia hace tres meses cuando el amor emanaba.

El beso comenzó dulce y lento pero poco a poco se convirtió en un beso cargado de pasión sin ser vulgar.

Hasta que yo lentamente comencé a bajar mis manos a su pantalón y lo desabroche pero él me detuvo

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Hasta que yo lentamente comencé a bajar mis manos a su pantalón y lo desabroche pero él me detuvo.

—¿Estas segura?—pregunto mientras me apartaba un poco de su cuerpo.

—Han pasado casi tres meses te necesito—respondí así que él sin dudarlo me atrajo de nuevo a su cuerpo y comenzó a besarme.

Se deshizo de mi blusa seguido del sostén y me dio un leve empujón hacia la cama haciendo que cayera acostada por lo que yo solté una tonta risilla.
Se quito la playera y se coloco sobre mi. Comenzó a besar mi abdomen lentamente y al llegar al botón de mi pantalón lo desabrocho y me lo quito junto con mi ropa interior seguido se quitó su pantalón al igual que su bóxer.
volvió a mi besando lentamente una de mis piernas y al llegar a mi sexo lo beso haciendo que me mordiera ligeramente el labio y arqueara la espalda.
Beso mis labios de nuevo y en ese momento de un solo empujón me penetro.
Las embestidas comenzaron lentas pero poco a poco se volvieron mas más duras y rápidas. Mis gemidos eran bajos y discretos.
El succionaba y mordía la piel de mi cuello mientras yo pasaba mis manos por su espalda y ahogaba pequeños gemidos.

—Naomi

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—Naomi

Matrimonio por contrato|NO EDITADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora