20.Giros inesperados

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—Yo

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—Yo ..perdí su reloj favorito—mentí mientras me limpiaba las lagrimas así que Andre me miro y suspiro.

—Le compraremos otro, corazón–dijo con una sonrisa así que asentí. Sabia que tenía que decirle pero no podía no ahora.

—Lo siento—le dije mientras bajaba la mirada al piso.

—¿Por qué te disculpas, Cariño?—pregunto mientras me tomaba del rostro obligándome a mirarlo.

—Yo no lo se—dije apartando sus manos de mi—Creo que..que me recostare no me siento bien—fue lo último que dije antes de subir.

No me sentía bien, todo estaba mal, sabía que tenía que hablar pero tenía miedo de que él no lo entendiera, de que me odiara, no podía ni quería perderlo en verdad todo esto era complicado.

Miraba como de costumbre el techo intentando pensar en lo que haría pero no tenía idea de como le diría lo del embarazo y lo de Kai. Por un lado estaba lo del embarazo tenía miedo de su reacción ¿Qué tal si el no quería un bebe? y del otro lado todo era un caos.

—Corazón, tengo que irme surgieron unos problemas en la empresa—dijo Andre entrando a la habitación encaminado hacia mi así que me senté.

—Claro—dije mientras el besaba mi frente. 

—Regreso pronto, cenaremos juntos—dijo y estaba apunto de salir pero lo llamé.

—Andre.

—¿Si?—pregunto mientras volteaba a verme.

—Eh, estaba viendo un ¿documental?¿Reporte? y..y decían que la mitad de los hombres reaccionan  mal ante un embarazo ¿tu que crees?—pregunte con "sutilidad".

—Pues yo creo que esos hombres son unos estúpidos un bebé es una gran alegría ¿Por qué ese interés?—yo negué rápidamente para luego sonreír por lo que soltó una pequeña carcajada–nos vemos al rato—dijo antes de salir asi que deje caer mi espalda en la cama y comencé a pensar de nuevo hasta decidir que debía decirle sobre el embarazo no lo de kai, porque estaba segura de que no se molestaría porque como dijo un bebé es una gran alegría.

Como tenía que decirle hoy mismo preparar una cena se me hizo un detalle bonito así que comencé a arreglar todo lo que haría. Cocinaría algo sencillo por el hecho de que la cocina no era mi punto fuerte así que sin perder tiempo comencé a cocinar y arreglar.

Sencillo pero romántico.

Al terminar eran las siete y todo estaba espectacular, estaba feliz de que al fin le diría sobre el embarazo y ahora sabía que él lo tomaría bien.
Me di una ducha y me coloque algo sencillo para volver abajo y esperar a Andre.
Al dar las ocho comencé a preocuparme sobre el que no llegará así que le llame pero él no atendía a mis llamadas.
Las nueve y mi paciencia lentamente se comenzaba a agotar.
Las diez y una punzada de dolor y enojo nacía en mi.
Y a las once al fin me di cuenta que me habían dejado plantada en mi propia casa pero me dispuse a esperar un poco mas.
Las doce y aún seguí ahí sentada. Miraba a mi alrededor y no podía evitar sentir ganas de matar a Andre y mis deseos de asesinarlo se cumplieron minutos después cuando él llego al parecer normal.

—Eres un imbécil—le dije deteniendo su paso seguro hacía las escales. Andre se detuvo para luego encender las luces.

–No pude volver—dijo mientras me miraba con indiferencia.

—Eres un imbécil—recalque mientras me acercaba a él.

—Y tú una maldita perra mentirosa—soltó furioso haciendo que la sangre me hirviera.

—¿Qué rayos te sucede?–le pregunte intentando mantenerme cuerda.

—¿¡Qué me sucede!? o ¿¡Qué te sucede a ti!? —grito más que furioso. Ya no lograba entender nada—¡No me pensabas decir lo Kai!—maldita sea.

—Andre—intente hablar pero él me interrumpió.

—Pudiste habérmelo dicho hoy y no lo hiciste—dijo furioso.

—No podía.

—¿Entonces no pensabas decirme?

—Lo siento, Se que estuvo mal pero cuando tu te acostabas con Anette jamás te dije nada—solté sin pensar.

—Son cosas muy distintas, tu no me querías y yo no te quería y pienso que estábamos mejor así, hay que dejarnos de malditas niñerías–soltó y eso realmente me dolió. Intento darse la vuelta y retomar su camino pero lo detuve.

—Claro que no, yo te amo.

—Pero Creo que prefieres a Kai—dijo furioso así que comencé a llorar pero a él parecía no importarle.

—Andre—dije entre llanto.

—No Alaska se supone que tu y yo no íbamos a tener ningún tipo de relación esto solo era por dinero. Vivir con un maldita niña a cambio de dinero, solo era eso–aclaro.

—Eres un maldito imbécil—dije furiosa.

—Si lo sé pero verás que las cosas son mejor así porque ahora puedes acostarte con Kai las veces que quieras así que volveremos a lo de antes—dijo mirándome con una expresión neutra.

—Es lo que piensas de mi que soy una maldita Zorra ¿no? Pues déjame decirte que estás en un grave error yo soy diferente y lo sabes pero jamás e suplicado así que si quieres volvemos a lo de antes, acuéstate con quien se te pegue la gana que yo tengo cosas más importantes con las cuales lidiar que con tu puto orgullo porque por sí se te olvida hay gente que nos detesta —dije intentando escucharme totalmente fuerte para que él creyera que en verdad esto no dolía—pero recuerda que yo no fui la que dijo que volviéramos a lo antes y también recuerda que soy humana y cometo errores—dije antes de comenzar a caminar a las escaleras para entrar a mi antigua habitación.

Cerré fuertemente la puerta y comencé a llorar. Se suponía que esto no debía pasar, todo dolía tanto emocionalmente como física ya que mi vientre comenzaba a doler así que intente calmarme por mi bebé. Si Andre quería que volviéramos a lo de antes eso haría no soportaría sus malditos insultos por un estúpido beso que jamás debió pasar, él quería esto así que esto sería. 

—Naomi

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Naomi

Matrimonio por contrato|NO EDITADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora