2.Gemidos

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A L A S K A

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A L A S K A

Subir al auto y adentrarnos a un silencio bastante incómodo no era para nada divertido.
Llevábamos un largo rato de viaje pero aún así no llegábamos a nuestro destino y por un instante hasta creí que me llevaría a un lugar baldío y me asesinaría pero tras un largo rato y cruzar casas enormes al fin se aparco frente a una de ellas y por un instante miró a la nada mientras yo miraba por la ventanilla la enorme casa.

—Baja—me ordeno aún mirando al frente

—¿Que?—pregunte confundida

—¡Que bajes!—grito así que de mala gana lo hice y en ese momento el acelero dejándome ahí tirada.
Por mi cabeza comenzaron a pasar miles de cosas que podría hacerle pero todas ellas eran malas. Cosas raras pero malas, "cálmate Alaska" me decía a mi misma sino iría tras su coche y a él le causaría algún tipo de accidente.

Comencé a mirar a mi alrededor y de todas las casas en la que él se había detenido era la más linda.

Me froté los brazos abrazándome a mi misma por culpa de la fuerte brisa y de las pequeñas gotas de agua que comenzaron a golpear mi piel así que sin más opción camine hacia la casa, toqué la puerta y al cabo de unos minutos una mujer abrió

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Me froté los brazos abrazándome a mi misma por culpa de la fuerte brisa y de las pequeñas gotas de agua que comenzaron a golpear mi piel así que sin más opción camine hacia la casa, toqué la puerta y al cabo de unos minutos una mujer abrió.

—Hola ¿Qué se le ofrece?—pregunto con un tono dulce en la voz.

—Emm pues es que mm ...—comencé a decir pero no tenía palabras para explicar que mi estupido esposo me había dejado ahí tirada —¿Esta es la casa de Andre?—pregunte para asegurarme.

—Si así es ¿Usted quién es?—pregunto algo curiosa.

—Me llamo Alaska —respondí y ella hizo una expresión de sorpresa.

—Ohhh que tonta lo olvidé, pase señorita el señor Blecher dijo que vendría también mencionó lo de la boda pero ahora ¿Dónde está él?–pregunto mientras se apartaba de la puerta para que yo pudiera pasar.

—No lo se —respondí y ella me miro con pena, la verdad no entendía porque.

—Permítame llevarla a su habitación—propuso rápidamente cambiando de tema así que yo solo asentí a esta— el señor mandó a poner todo para usted, el armario esta completamente lleno y le a mandado a pedir otras cosas para su uso personal—me explicaba mientras comenzábamos a subir las escaleras.

Matrimonio por contrato|NO EDITADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora