Mírame, observa mi rostro y mis ojos.
Verás un mar de amor y pasión,
un deseo ardiente, una mirada de emociones y sentimientos.
Encontrarás en mi mirada un
nombre ..... Tu nombre "
El matrimonio no siempre es por amor✖️
Los primeros 5.Capítulos son...
Llevábamos un buen rato de viaje y aún no llegábamos al lugar donde Andre quería llevarme, le había preguntando a donde nos dirigíamos pero se negó a responder. Dijo que era una sorpresa y me pidió que dejara de preguntar así que lo hice.
Deje caer mi cabeza sobre la ventana y me dedique a ver el paisaje mientras pensaba en todo lo que había sucedido pero poco a poco mis párpados se fueron cerrando hasta que caí en un profundo sueño.
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—Alaska—escuche a alguien llamarme mientras me movían ligeramente así que sólo gruñí en respuesta—Alaska—volvieron a llamarme así que lentamente abrí los ojos.
—¿Ya llegamos?—pregunte con voz soñolienta mientras me frotaba los ojos.
—Si—respondió Andre con una sonrisa la cual le devolví. Se quitó el saco y se subió las mangas de la camisa hasta los codos y bajó del auto para poder abrirme la puerta, baje y lo que vi rompió mis Expectativas.
Nos encontrábamos en una playa pero en la orilla de esta el agua tenía pequeños destellos neón, pequeñas luces azules. Era hermoso no tenía palabras para describir lo bello que era, estaba tan maravillada por esto ya que en verdad era hermoso y estoy segura que era especial porque vamos estamos en Seattle aquí nunca o casi nunca ocurren estas cosas.
—Andre esto es bellísimo—dije con una enorme sonrisa mientras volteaba a verlo.
—Sabía que te gustaría—dijo mientras metía sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón—¿Ya te sientes mejor?—Sonrió.
—Claro que si—asentí y después regresé mi mirada al frente. Comencé a caminar pero por cada paso que daba los tacones se me atoraban en la arena así que sin pensarlo dos veces me los quite y los arrogue a un lado. Corrí hacia la orilla y en el momento que el agua fría toco mis pies un pequeño escalofrío me recorrió haciéndome reír.
Mire a Andre quien se había posiciona a mi lado hace unos minutos y le sonreí maliciosamente por lo que el me miro confundido, lo jale del brazo obligándolo a entrar pero me detuve cuando la marea estaba por encima de mis rodillas
—Yo aún tenía los zapatos—se quejó así que reí.
—Deja de lloriquear—le dije para después con mis manos aventarle agua al rostro, cerro fuertemente los ojos por lo que comencé a reír más que fuerte hasta que de pronto el agua cayó en mi rostro y ahora era Andre quien reía así que aproveche para lanzarle más agua y fue así como nos adentramos en una pequeña guerra que ninguno gano ya que yo salí corriendo y Andre tras de mi.
Corría y corría lo más rápido que podía y él no me alcanzaba por lo que yo reía.
Frente a mi había un tronco por lo que me detuve e intente cortar pero todo fue muy rápido no se cómo pero en vez de que Andre cayera sobre mi yo caí sobre. Nuestro rostros estaban más que cerca, nuestra narices se rozaron, yo lo miraba con una sonrisa al igual que él a mí. Lo atrapé mirando mis labios y antes de poder hacer algo, Andre comenzó a romper el espacio que quedaba entre nosotros pero antes de que nuestros labios chocarán yo voltee el rostro haciendo que él besara mi mejilla y para que no se formará un incómodo momento comencé a reír y él me siguió la corriente, se acostó a mi lado y miramos el cielo.
El cielo y las estrellas, se veían más que hermosos en este lugar, era un paraíso, era mi paraíso.
—No me canso de decir que es hermoso—comente.
—Es tan hermoso como tu—dijo así que sonreí mientras volteaba a verlo.
—Basta—le dije porque podía sentir mis mejillas enrojecer, él abrió la boca para hablar pero lo interrumpí—Solo quiero mirar en silencio—le pedí así que me miro por unos segundos y después volvió a mirar al frente—pero se que soy hermosa—bromee y él soltó una carcajada y yo lo acompañe.
Estuvimos ahí durante unos largo rato hasta que decidimos que sería bueno volver.
Durante el trayecto de regreso a casa ninguno hablo simplemente nos lanzamos miradas y sonrisas.
Al entrar a casa ambos nos miramos nos dimos las buenas noches y nos dirigimos a nuestras respectivas habitaciones.
Me di una ducha y al terminar me prepare para dormir.
Me tire a la cama y comencé a pensar en todo; no puede evitar sonreír como estúpida porque creo que muy en el fondo de mi corazón si sentía algo por Andre.
Cerré los ojos pero comencé a escuchar mi celular sonar así que me pare de la cama para ir por el. Al tomarlo entre mis manos en la pantalla aparecía un mensaje del número desconocido así que algo dudosa lo abrí.
"Cuando las luces se apaguen juguemos un poco"
Leí y maldición minutos después las luces se apagaron, alcé la mirada y ahí estaba ese hombre parado en el marco de la puerta. Mi pulso se aceleró, pequeñas gotas de sudor frío comenzaron a caer por mi frente, el hombre se quedo unos minutos ahí y después se dio la vuelta y comenzó a caminar. No se si por estupidez o instinto lo seguí, él bajó lentamente las escalera y yo tras el, entro a la cocina y yo también. Se sentó en una de las silla de la barra y yo simplemente me pare frente a él y lo mire.
¿Qué haces estúpida?
—¿Recuerdas a Sofía? Esa pobre chica que tú y tus amigas detestaban y molestaban tanto—dijo mientras miraba el cuchillo que está sobre la barra. Su rostro estaba cubierto por una mascara negra que en la parte de los ojos tenían círculos blancos pero a pesar de eso podía notar cada que su mirada viajaba.
—No—respondí y mire su movimiento, el cuchillo estaba a su alcance así que lo tomó.
—Si la recuerdas porque es imposible olvidar a una chica a la que molestaste durante años simplemente por ser hija de una de tus empleadas y no tener tanto dinero como tu—dijo con la mirada en su dedo el cual pasaba sobre el cuchillo—Eres una mierda Alaska—me dijo.
—Todos lo somos—me defendí.
—Exacto pero tu más pero bueno no nos salgamos del tema, esa chica intentó suicidarse pero no lo hizo porque recordó que el karma existe pero el karma es una estupidez para mi, ella no busco venganza pero yo se la daré—soltó. No entendía nada de esto.
—¿Ahora eres el justo?—pregunte irónica.
—No, yo soy el que busca venganza, sangre, dolor no justicia–explicó mientras se ponía de pie y sin esperármelo lanzo el cuchillo y este rozó mi mejilla haciendo un ligero corte—Yo seré el que te hará infeliz, él que te matara, él que te llevara a la locura—dijo y ese fue mi shock total solo que en vez de quedarme inmóvil comencé a gritar—Ten cuidado—fue lo último que le escuche decir.
Esto debía ser solo un mal sueño
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