Pagina Ocho

92 18 0
                                    

Querida Casie:

Hoy he llorado. Muchísimo. Como nunca. Durante horas. Sin descanso. Fuerte y alto.

Me rompí con brusquedad. Como una camisa al desgarrarse. Me rompí de forma tosca. Dura. Casi dolorosa. Sin elegancia. Como una bomba.

Mi familia miraba. Tíos, tías y abuelos. Y yo lloraba.

Me había cortado la punta del dedo con el cuchillo mientras comía, y todo había saltado por los aires.

Un corte me puso al límite.

Era quebradiza, frágil. Estaba llena de agujeros y me derramaba.
No importaban mis intentos para ser dura y fuerte.
Estaba herida de muerte. La tristeza desgarraba mi interior.
No importaba ser fría e indiferente. Estaba destrozada.

No pude lidiar con mi mierda. No agarre mis piezas juntas. Explotaron.
Fue liberador. Llorar y llorar. Con tanta pena. Tanto dolor. Era hasta poético.

El corte no dolió tanto. No lo suficiente como para llorar así.

Simplemente... Todo se derrumbo en torno a mí. Todo mi castillo de naipes se cayó estrepitosamente.

Y lloré. Sin decir una palabra.

Callada.

Querida CasieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora