Querida Casie:
Ridley y yo nos encontremos a medio camino.
Supongo que no hacia falta decir nada.
Yo me estire, él se agacho, y nos besemos. Increíble. El mejor beso de toda mi vida —el segundo—.
Así nos quedemos mucho rato. Besándonos.
Luego Tori y las chicas se rieron tanto que nos dio vergüenza.
Ridley es muy simpático con ellas. Algo tímido también, pero muy dulce.
Somos novios. Oficialmente. Seriamente.
Will esta enfurruñado. No le gusta que salga con chicos.
Yo le digo que no pasa nada, que él sale con chicas —millones de chicas—, y nadie le dice nada.
No me escucha. Dice que solo soy una niña. Su hermana pequeña.
Ridley le tiene miedo. Y a papá. Dice que le miran cono si quisieran castrarle.
Yo me río, pero sé que es verdad.
Ridley besa muy bien. Aunque es muy tranquilo y calmado, es muy apasionado. Cuando me besa siempre acabamos con las mejillas rojas y las respiraciones agitadas.
Por fin siento que estoy viva. Que las risas, los besos, son lo que dan sentido a la vida. Lo que la hace real. Lo que le da sentido. Todo eso que nos llevaremos a la tumba y lo que recordaremos al ser viejos.
“Nos pasamos el tiempo sin vivir en absoluto, y entonces nuestra vida se concentra en un solo instante.” Oscar Wilde.
