Querida Casie:
Elisa me ha llamado. Sí, mi antigua mejor amiga.
Me ha dicho que tiene ganas de verme. Que siente todo lo que pasó con Emma y las otras. Que no tenía ni idea de lo que me hacían y que ya no las habla.
Sigue siendo amiga intima de Fatima. Les iba bien. Tiene novio. Universitario. Quiere presentarmele.
En el primer momento quise gritarle. Muy fuerte. Quise insultarla y decirle que ya era tarde para retomar amistades.
... Pero luego... Tuve una revelación.
Las personas pueden irse. Y luego pueden volver. No pasa nada.
De hecho, de alguna manera, nunca se van del todo.
Se quedan dentro de nosotros por siempre. Lo bueno y lo malo. Haciéndonos ser quienes somos. Quietos en nuestro corazón. Escribiendo nuestra historia.
Mi niego a creer que las personas que amamos se van. No. Se quedan en nuestros recuerdos, dentro de nuestra forma de ser y pensar. Influyendonos de alguna manera.
Elisa fue parte de mí. Cuando me dejó pensé que había dejado de serlo, pero era mentira. Elisa seguía siendo parte de mí. Siempre lo sería.
Nosotras persiguiendo al chico guapo de quinto. Riendo por tonterías. Contando secretos. Corriendo y hablando con la E. Descalzas en el parque. En guerras de agua. Inventando juegos. Huyendo de perros feroces. Creciendo. Usando rímel y tacones al mismo tiempo. Compartiendo ropa y dándonos consejos de como aplicar el maquillaje. Siendo las mejores amigas del mundo.
Aquello no podía simplemente desaparecer. No. Me negaba a pensarlo. Siempre lo llevaría conmigo, y nunca olvidaría lo que fuimos. Nunca. Elisa podía volver, yo la querría como siempre.
