Páginas Cincuenta y seis

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Querida Casie:

Escribí estas cartas para evitar que la joven Casie —no sé de que edad exactamente—, no fuera infeliz. Para evitar cometer los errores que me llevaron a sentirme triste.

Ahora... No tienen mucho sentido. Soy feliz. Feliz. Feliz. Y no quiero evitar mis errores. Quiero recordarlos, y seguir aprendiendo de ellos para siempre.

Eso es de lo que se trata la vida. De dar palos de ciego hasta encontrar el lugar correcto. Esta implícito darte contra la pared un par de veces —muchas veces—. No pasa nada. No tiene que ser perfecto. Nadie dijo que fuera fácil.

Vas a sentirte triste muchas veces. Llorarás y odiarás la vida a ratos. Te enfadaras y querrás cambiar todo y volver atrás. Perderás personas. Se romperán muchas relaciones. Se fastidiaran unos cuantos buenos momentos, y lloverá en el mejor día de tu vida. Pasará. Claro que sí.

Pero el sol siempre, y no olvides, siempre, se levanta fuerte y brillante en el cielo. Las cosas mejoran. Las lágrimas se secan. Las sonrisas pueden volver a ser sinceras.

Habrá momentos en que estas palabras te parezcan vómito de arco iris. Estoy segura de ello.

Fui pesimista una vez. Todo fue negro en mi vida durante muchos días con sol.

Pero al final, cuando aprendí las lecciones, acabe viendo que la única manera de vivir es vivir esperanzado. Amando. Aunque puedas perder el corazón y te duela a rabiar.

La única verdad es que nos encanta. Nos encanta la esperanza. La ilusión. Esa sensación de vértigo y ese tirón placentero en el estomago cuando estamos cayendo.

Te estrellaras muchas veces. Muchas. Y dolerá. Mucho. Muchísimo.

Pero no hay mayor dolor que el medio al dolor.

Vuela. Arriesgate. Aunque duela. Deja que duela. No hay nada más horrible que no sentir nada.

A veces flotaras. Sentirás que el aire en tu cara te abruma y te ahoga de felicidad.

En algunas partes no estarás viviendo.

En la vida ahí de todo. De todo. Tiempo para aburrirse. Ese nunca se acaba. Sigue contigo y sin ti, y por nadie.

No te preocupes. Sé que encontrarás esa sensación de locura.

Mirame. Me conoces. Sabes hasta que punto he sido desdichada. Hasta que punto me he odiado. Y mirame. La esperanza me salvó. Y soy feliz ahora.

No es tan difícil en realidad.

Una buena canción puede hacerte ver lo que eres; infinito.

Nos gusta complicarnos la vida. Siempre tenemos un dolor por algo. Nunca tenemos la felicidad absoluta.
He conocido a niñas de ocho años con mal de amores. ¡Como si fuera importante a esa edad!

Pues de eso se trata. La mayoría de las veces es nuestro propio problema; nuestro pesimismo.

Disfruta los pequeños momentos. Esos que nadie nota pero que son nuestro pan de cada día. Y sé feliz. De verdad, sé feliz. Y no por nada, y no por nadie, sino por ti. Por tus ganas.

feliz.

FIN.

Querida CasieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora