Página Veintitrés

82 18 0
                                    

Querida Casie:

Antes solía enamorarme todo el tiempo. Constantemente. Varias veces al mes, o a la semana. Miraba a un chico, él me miraba, y mi cabeza se llenaba de ilusiones y esperanzas. Imaginaba que me besaba, que me quería, que nos enamorabamos.
Podía mirar a los chicos sin sentir que me asfixiaba. No era una prueba de fuego. Solo era mirar un chico.
Ahora no puedo. Es como si cayese por una ventana abierta. Como si estuviera yendo al mismísimo matadero. Es una lucha que no quiero librar, pero que al mismo tiempo anhelo.

Sé que ningún chico quiere tenerme enamorada de él. Lo sé.
Por eso nunca volveré a enamorarme. Nunca volveré a mirar a un chico.
Tendré que conformarme con leer libros, o ver películas.

Ahora vivo en mi cabeza. Ya no soy parte del mundo. Todo lo que deseo, lo imagino en mi cabeza y es como si fuera realidad. Puedo volar si quiero. Besar al chico guapo que siempre veo en la biblioteca. Hablar con él. Saber que libros le gustan. Cuantos años tiene. De donde es. Donde vive.
Es absurdo, pero soñar con él es lo único que puedo hacer.
Sé que nunca se fijaría en mí. Nadie lo haría. Pero me concedo eso. Soñarle.
Nunca le miro. Porque me da miedo. Miedo. Pánico. Él odiaría si le miro. Le repugnaria.

Querida CasieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora