Página Veinticuatro

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Querida Casie:

¿Que hago mirando la lluvia si no llueve?
¿Que mierdas hago soñando con él chico de la biblioteca, si él nunca va a quererme?
¿Que hago soñando con ser feliz, si nunca lo seré?

Todos necesitamos soñar. Hasta yo. La chica más mala y más tonta y más fea. Porque si no me tiraría por la ventana.

He dejado de ir a la biblioteca.

Él chico guapo siempre está allí, y no quiero enamorarme de una fantasía. De un sueño. No quiero caer en lo mismo.

“Ya sabes, creo que el problema reside en que no pienso en ti, sino en contigo, y eso, pensar en algo imposible, es como si pretendiera olvidar algo que no existe.”

No puedo verle más. Se acabó.
Nunca he hablado con él, y ya siento las mariposas estomacales. (Hijas de puta.)

Tengo que parar. No puedo ilusionarme. No. Es algo por lo que no pienso pasar. No. No. No.

No ir a la biblioteca es como un castigo. Como una penitencia. Por querer ver al chico guapo. Por querer que me quiera. Por querer quererle. Es absurdo.

Sé que no es algo real, que no le amo de verdad, que solo es un enamoramiento, una atracción. Pero no puedo dejar que pasé. Aunque solo sea una mínima ilusión. No puedo. Es imposible. Imposible.

Soy tonta.

Querida CasieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora