Capítulo 1

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En el amor y la muerte, las palabras no son más que un estorbo.

Miguel Garnett.



Maggie miraba el reloj impaciente, desvió ligeramente la mirada a su compañera del costado, esta le hizo una seña con los ojos y Maggie volvió a poner atención a las manecillas del reloj. Hace ya un buen rato que ninguna de ellas presta atención a la clase de historia, es increíble como el tiempo pasa tan lento sobre todo en las clases más aburridas.

──Señorita── Maggie sintió la voz de la maestra tan cerca de ella, tan clara que le hizo volver a la realidad en solo un instante──. Veo que le interesa que acabe pronto mi clase ¿no es así?

La muchacha se mordió la parte interna de la mejilla obligándole a torcer los labios.

──Solo un poco── confesó sin miedo. El resto de la clase soltó una carcajada al ver la franqueza de su compañera. Carla, quien estaba a su costado hizo un extraño ruidito con la lengua.

──Comprendo, si tan solo me podría decir de qué manera se conformada una legión de soldados romanos, consideraría la posibilidad de dejarla salir minutos antes── hizo una pausa para darle la oportunidad de pensar──. No lo sabe, ¿verdad?

Maggie negó con un ligero movimiento de cabeza.

La maestra le volvió la espalda y avanzó al pizarrón, acariciándose las palmas de las manos. En ese instante el timbre sonó y puso en alerta a toda la clase, en especial a Maggie y Carla, quienes intercambiaron una mirada de satisfacción.

──En vista que nadie puso atención el día de hoy── comenzó a hablar la maestra, quien a pesar de su baja estatura y su cuerpo regordete, infundía respeto entre todas las alumnas──. Para la próxima clase, traerán un ensayo de cincuenta páginas sobre los principales ejércitos romanos y como estaban conformados cada uno de ellos.

Todas en el aula comenzaron a protestar pero guardaron silencio en cuanto la profesora se dio la vuelta y con tan solo su mirada amenazó que si no cumplían con su trabajo les tocaría algo peor. Cada una de las alumnas comenzó a marchar fuera del aula algunas enfadadas por el enorme trabajo que les habían dejado y el corto plazo para cumplirlo, mientras que las demás solo reían y trataban de disfrutar del mágico momento que producía el sonido del timbre anunciando el fin de semana.

Carla tomó del brazo a Maggie pero en cuanto se disponían a salir, una voz autoritaria les paralizó.

──Espero que haga el mejor ensayo de la clase señorita Guillen, usted y su compañera.

Carla volteó con furia dispuesta a contraatacar pero fue detenida de inmediato por su amiga, quien le piñizcó ligeramente en el brazo para que guardara silencio.

──No se preocupe maestra── dijo Maggie──, haremos nuestro mejor esfuerzo.

La muchacha acomodó los auriculares y subió el volumen al máximo, compartió un auricular con su amiga y ambas comenzaron a corear «Nada personal» de Soda Stereo, el sonido de la canción ochentera les hacía olvidar el mal rato que acababan de pasar. Avanzaron hasta la azotea del colegio cuidando que nadie siga sus pasos.

──Algún día esa vieja bruja me va a escuchar todo lo que tengo que decirle── refunfuñó Carla malhumorada.

──Tranquila, no hagas que te expulsen.

──No sería del todo malo── dijo Carla sonriendo──. Así tendría más tiempo para ligar con Fernando.

Ambas soltaron una carcajada pero de pronto la silenciaron al temer que alguien las pueda ver.

Se vende un corazón - Trilogía (SVC Libro 1) #BLAwards17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora