Capítulo 15

257 27 3
                                    

Tema: Back For Good
Intérprete: Take That

—¿Ya viste la página de los sangrones del grupo de Gustavo? —Preguntó Sandra acercándose a la pantalla de la computadora, —está bellísima.
—Y eso que —refutó Alex alzando los hombros.
—Que seguro se llevan la mejor nota, ¡A, también es seguro que ya nos desaprobaron a nosotros! —intervino Max, recostado en el sofá de la sala, con la boca llena de snacks. —Mira ni siquiera un solo usuario tenemos a parte de nosotros tres.
—¿Por qué siempre eres tan negativo? —reclamó Sandra refunfuñando, se puso roja al ver el cinismo de Max al llevarle la contraria.
—Solo soy realista.
—Eres un pobre tarado que es otra cosa.
—Si no fueras mujer… —se quejó Max poniéndose de pie. —Aunque mirándote de cerca, con ese corte de pelo cualquiera pensaría que lo eres.
—Si serás…
—Ya, los dos, dejen de pelear —intervino Alex tomando a Sandra por el brazo, antes de que ésta inserte una patada a Max. —En vez de protestar, ¿Qué tal si ven esto?
Los dos se acercaron con curiosidad a ver lo que su amigo les señalaba, quien a decir verdad tenía una sonrisa en el rostro que no se le borraba por nada.
—Diez usuarios —dijo Sandra abriendo mucho la boca.
—Vaya, eso es suerte —agregó Max llevando un nuevo bocadillo a la boca. Sandra le dio un manotazo que obligó al muchacho a soltar el paquete lleno de snacks.
—Solo tenemos que ser pacientes e invitar a todos nuestros contactos en Facebook, twitter, my space —dijo Alex entusiasmado, —y todas las redes a las cuales tengamos acceso. Nuestra meta es que para mañana tengamos alrededor de cincuenta usuarios, no solo ganaremos al grupo de Gustavo, sino que demostraremos a toda la clase que nuestro sitio es una buena opción.
—Haremos una fuerte campaña para Se vende un corazón —agregó Sandra entusiasmada. —Repartiremos volantes, publicaciones en la red, lo que sea con tal que al final de año esto sea un ¡Boom!
—Podremos mandarnos hacer camisetas y gorros —opinó Max ante la sorpresa de sus dos compañeros. —Que, yo solo decía —se defendió al notar como ambos volteaban a verlo y cuatro ojos enormes se posaban en él. —Ya dejen de mirarme así.
—Pero… que gran idea tuvo este idiota —soltó Sandra sonriendo.
—Lo reconozco, es lo más productivo que has hecho hasta ahora — agregó Alex.
—¡Hey!, yo diseñé parte de la dichosa página, no me desacrediten.
—Ahí está de nuevo «El señor de la humildad» —dijo Sandra entornando los ojos
—Que tiene de malo, solo digo la verdad.
Alex solo reía con cada pelea de los dos.
En ese instante un nuevo bip irrumpió en la computadora, el sonido característico que los muchachos habían agregado para que les notifique si había un usuario más.
—¿M? —gritaron los tres al unísono.
—Pero… quien crearía un usuario utilizando solamente como seudónimo una M —dijo la muchacha sorprendida.
—Pues ha de ser algún chico tímido —agregó Max observando como la computadora automáticamente enviaba un saludo de bienvenida. A los pocos segundos, llegó un mensaje privado al usuario que pertenecía a Alex.
—Hola Alex, gracias por la bienvenida, soy nueva en este tipo de páginas, espero que me puedan apoyar para sentirme más tranquila.
Los tres se quedaron con la boca abierta. Aquella persona con el seudónimo de M ha respondido al privado que manda Alex a todos los usuarios de la página. Alex colocó los dedos en el teclado, dispuesto a responder.
—No lo hagas —lo detuvo su amiga. —Es una política de la página, cero amistades entre nosotros, nuestro único deber es la administración del sitio y el monitoreo de las relaciones que se puedan dar a través de ella.
—Pero es una chica —se defendió el muchacho.
—Y eso qué.
—Pues que a una mujer no se le hace un desaire como este.
—Todos los hombres son iguales —Golpeó la cabeza de su amigo y se retiró a un costado.
—¿Tiene foto? —pregunta Max con la cara embobada.
—Aún no coloca una.
—Si serán de idiotas, si usa un seudónimo es obvio que no colocará foto, no quiere ser reconocida.
Ninguno de los dos escuchaba lo que Sandra les estaba diciendo. Alex comenzó a teclear un mensaje rápido de contestación.
—Ahora veo que no fue buena idea agregarnos como contactos en la página —dijo la muchacha abriendo un refresco, —¿Se molestará tu mamá si tomo uno de estos? —preguntó a Alex luego de beber un gran trago.
—Toma los que quieras.
Alex tecleó con cuidado para no ser visto por ninguno de sus amigos, sintió que es un deber suyo responder al mensaje de la misteriosa «M»
«Cuente con mi apoyo, misteriosa dama»
El mensaje era corto, pero esperaba tener respuesta en algún momento.
No recibió respuesta alguna en ese instante, se inquietó, pero otra parte de él le cuestionaba si creía en realidad que habría una de por medio.
Lo que no sospechaba, es que aquella inocente conversación le cambiaría la vida por completo en los próximos días.

Se vende un corazón - Trilogía (SVC Libro 1) #BLAwards17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora