Capítulo 7

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Salió de la ducha frotando su cabello con delicadeza, de rato en rato acomodaba la toalla que se le resbalaba por el cuerpo; le apetecía escuchar algo de música. Encendió el ordenador portátil, decidió abrir también su perfil de Facebook a ver si había algo nuevo que ver. Revisó por un instante todas las actualizaciones que tenía en el perfil, también tenía cuatro solicitudes de amistad, abrió los perfiles de las personas que se lo enviaron, de los cuales solo aceptó muchachos que eran además amigos de Fernando; el chico que le gustaba. Cuando estuvo a punto de cerrar la ventana de la red social, el ícono que correspondía a Maggie en la barra de chat se encendió, era señal que estaba conectada.
-¿Ya hiciste el ensayo que nos dejó la bruja de historia? -preguntó sin saludar.
Maggie se demoró un instante en responder.
-Aún no he podido avanzar con la preocupación de lo de mi hermano.
Carla recordó que la había dejado plantada en la puerta de la escuela donde se disponían a alimentar y curar al halcón de Maggie.
-De veras ¿él está bien?
La muchacha envió una cara sonriente seguida de otra guiñando un ojo.
-Sí, no te preocupes por él -y otra vez el ícono guiñando el ojo.
Carla movió la cabeza, sabía a donde quería llegar su amiga con todo esto, solo una mente como la de ella se le ocurría que podía fijarse en Santiago.
-Me da igual, te lo preguntaba por cortesía -respondió esperando que Maggie deje de molestarla, pero esto solo hizo que aumente las ganas de la muchacha en molestarla con Santiago.
-Tu hermano es un nerd, nunca me fijaré en él.
-Oye, no hables así de mi hermanito, tiene lo suyo no me lo vas a negar.
La muchacha ahora se quitó la toalla y lo arroja encima de su cama, se colocó la ropa interior, en seguida se pone unos vaqueros azules que hacen juego con su camiseta fucsia, vuelve a sentarse frente al ordenador y lee el último mensaje que su amiga le dejó en el chat.
-Bueno, es verdad no está nada mal pero no es el tipo de chicos con el que saldría, así que deja de molestarme con él. Es más no sé cómo acabamos hablando de él si lo que me interesa a mi es que me pases el ensayo de historia.
-Que fresca eres -protestó Maggie.
-Compréndeme -se defiende Carla sonriendo desde su lado del ordenador. -No me viene bien eso de hacer tareas.
-Sigues siendo una fresca ¿te parece si quedamos para más tarde en mi casa? Así cada una hace su propio ensayo.
A Carla no le gustaba mucho la idea, pero supo que no tenía otra opción, aceptó la invitación de su amiga y cortó la conversación con halagos y frases propias de las dos.

Santiago golpeó la puerta de la habitación de su hermana, la muchacha distingue el golpe característico y acude para poder abrirlo. Allí está él, lleva unos anteojos poco llamativos pero que de alguna manera le hacían resaltar.
Maggie se lanzó a sus brazos besándole en las dos mejillas, el tercer beso se lo dio en la frente, algo incómodo pero satisfecho, Santiago alejó tan solo unos centímetros a su hermana.
-Te sientan bien -soltó Maggie sonriendo con algo de coquetería.
-Ya párale que no me gusta para nada además me incomodan mucho.
-Por ahora, solo por ahora, ya te acostumbrarás -le animó Maggie cogiéndole del brazo, cerró la puerta luego que su hermano estuvo dentro de la habitación.
-Y tú ¿Cómo lo sabes, sino usas anteojos?
-Porque al fin y al cabo siempre terminamos acostumbrándonos a todo y, se convierte en parte de nosotros ¿no crees?
El muchacho movió la cabeza afirmativamente, algo resignado, a veces era imposible tratar de discutir con Maggie, casi siempre tenía razón en las cosas que decía, para Santiago era muy importante contar con ella, era la única que lo escuchaba y por supuesto sabía aconsejarle de la mejor manera.
-Pues solo te falta un corte de pelo -continuó Maggie, -uno que vaya con tu nuevo estilo y te aseguro que podrás conquistar a cualquier chica que te propongas.
Santiago pensó instantáneamente en Aurora al escuchar a su hermana hablar así.
-Lo que menos me importa es andar con alguien y tú lo sabes.
-No me digas que no te parece bonita mi amiga Carla.
-Y mucho menos con ella -replicó el joven sentándose en la cama y señalando a su hermana con el dedo índice para que deje de molestarlo.
-No sé qué de bueno ven en tener pareja.
Maggie no respondió, a veces sentía algo de pena al escuchar a su hermano hablar así, a pesar que comprender por qué lo decía siempre, guardaba la esperanza que algún día su manera de pensar cambie.

Se vende un corazón - Trilogía (SVC Libro 1) #BLAwards17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora