20 | Ojos que no ven, corazón que lo presiente

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A las 12:30 pm en punto suena el timbre que anuncia el fin de la jornada de clases, por ese día.

Flavia después de dejar a Asher en el pasillo se colocó sus audífonos el resto del día y trato de no pensar en nada más. Susy constantemente le pregunto qué sucedía, pero, Flavia no tenía ánimos de explicar.

Asher, solo se dedicó a observarla de lejos y a pensar en ella.

Luego, de que sonase el timbre de salida, Asher tenía la esperanza de que Flavia se iría con él y podrían arreglar todo. Al ver a Flavia irse junto a Andrew en el auto de él, sintió un escalofrió y una gran impotencia.

Flavia mientras salía realmente quería ir y explicarle a Asher porque se iría con Andrew. Pero su orgullo no se lo permitió, tenía un raro presentimiento de que no estaba en el lugar adecuado cuando se encontraba sentada junto a Andrew en el auto.

—Andrew, creo que tenemos que hablar —Flavia siente que realmente ya no puede esperar más.

—Yo lo sé, Flavia. Cuando lleguemos a mi casa lo haremos —la voz de Andrew sonaba distinta.

Al llegar a casa de Andrew Flavia sintió un gran escalofrió, sintió que debería irse—. Deben ser los nervios —piensa Flavia antes de entrar.

Al entrar Flavia se sienta en el gran sofá café de Andrew y lo observa.

—Vamos a mi habitación, ahí es todo más callado —Andrew la observa sin ninguna expresión específica en el rostro.

Flavia nota a Andrew un poco extraño, pero, no le sorprende debido a los últimos acontecimientos—. Seguro sus padres se encuentran en casa, y no quiere que nos interrumpan —piensa Flavia, asintiendo en respuesta Andrew.

Flavia entra a la habitación de Andrew y vuelve a sentir el extraño presentimiento de que está en el lugar incorrecto—. Solo le terminaré y luego me voy. ¿Que podría salir mal? —que equivocada estaba.

Flavia se sienta en el borde de la cama de Andrew, mientras éste hace lo mismo.

Flavia respira profundo, y con la poca valentía que consigue inicia—. Andrew, yo sé que te last...—Flavia se ve interrumpida por la mano de Andrew en su boca. Con ese mísero toque los escalofríos vuelven, pero no eran escalofríos de amor, eran de miedo.

—Flavia, siempre has hablado tú. Ahora yo voy a hablar y tú vas a oír. Las cosas se harán a mi modo desde ahora —Andrew la observa con una mirada fría y distante, y quita la mano de la boca de ella.

Flavia tiene una especie de Déjà vu con respecto a su sueño, y a lo que le acaba de decir Andrew.

Andrew continúa—. Es irónico, ¿no crees? —suelta una especie de risa sarcástica—. El abismo que se ha abierto entre nosotros se inició por todas las cosas que no dijiste. Debiste haberme dicho que te gustaba Asher. Debiste haberme dicho que te besabas con él a mis espaldas. Debiste haberme dicho que querías verme la cara de estúpido.

Andrew baja la mirada unos segundos, y cuando vuelve a mirar a Flavia, la observa lleno de furia—. MALDITA SEA, FLAVIA. ¡TE LO PREGUNTÉ! Y TÚ CON TU CARA DE ZORRA, ME MIRASTE A LOS OJOS Y ME DIJISTE QUE NO...—esta vez es Flavia quien lo interrumpe.

—Tienes todo el derecho de estar molesto, cometí un error. Lo sé y lo admito. Pero, no permitiré que ni tú ni nadie me llame zorra —Flavia se encuentra realmente ofendida—. Además no entiend...

Andrew toma a Flavia por los hombros y la zarandea con fuerza—. CALLATE, PUTA. FUISTE MI PRIMER AMOR, ME ENAMORÉ DE TI. TE AMABA, MALDITA SEA. NUNCA ME ATREVÍ A DECIRTELO PORQUE NUNCA VI "ESA MIRADA" EN TI. SIEMPRE ME MANTUVISTE ENGAÑADO. YO CREÍ EN TI, EN TUS PALABRAS, EN TUS BESOS, EN TUS MIRADAS, EN TUS DETALLES. TE CELABA DE EL BASTARDO DE BECKETT Y TÚ ERAS LA QUE SE MOLESTABA CON MIS INSINUACIONES, CUANDO TENÍA TODA LA RAZÓN PARA DISCUTIRTE POR ÉL —Andrew tomaba a Flavia con demasiada fuerza por los hombros.

Hasta Que El Infierno Se Congele ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora