Asher y Flavia subieron juntos como dos pequeños amantes. Iban por los pasillos del edificio entre besos robados, risas y caricias. "Te amo, te amo, te amo" se susurraban el uno al otro antes y luego de cada beso.
Llegaron frente a la puerta del departamento de Flavia. Asher había dejado la puerta abierta—. ¿Abierta Asher? ¿Cómo vas a dejar la puerta abierta? No puedes confi...
Asher le plantó un beso a Flavia para hacerla callar—. ¿Te he dicho lo mucho que me gustas cuando te enojas?
—Debo gustarte mucho más cada tres minutos, entonces —Flavia susurra con ironía.
Asher vuelve a besarla—. Cállate. Podría despertar tu novio.
Flavia no puede evitar esbozar una sonrisa. Abren la puerta con cuidado, entran y Flavia cierra con delicadeza.
—Cuando nos casemos, tendremos una puerta que sonará muchísimo. No te escaparás de mí tan fácilmente —susurra Asher, observando a Flavia en las penumbras del departamento.
—Asher, calla —Flavia caminaba con cautela en dirección a la habitación de huéspedes, tomada de la mano con Asher.
Llegan juntos a la habitación, Flavia cierra la puerta con cuidado. Se gira y observa a Asher, quien la observaba con gracia.
Flavia se acerca seductora y provocativa, y pasa sus manos por el cuello de Asher—. Entonces, ¿nos vamos a casar?
Asher la observa, le deposita un beso en los labios con ternura—. Sip.
Flavia de un salto se enreda en la cintura de Asher, este la toma por la cintura con firmeza—. ¿Cuántos hijos tendremos? —le da un beso.
—Cuatrocientos, ¿te parece? —Asher acaricia la espalda de ella con cariño.
—Pero, mi cuerpo después de los cien niños será un desastre, ¿me amarás igual? —Flavia hace un pequeño puchero.
—Te amaré incluso cuando tu no me ames a mí, te amaré tanto como para tener los otros trecientos hijos juntos, te amaré incluso si luego te vuelves más amargada, te amaré tanto que no te importarán tus inseguridades mi amor las apartará de tu mente, te amaré con cada parte de mí, te amaré incluso si tú no decides casarte conmigo, te amaré hoy más que ayer y te amaré mañana más que hoy, te amaré hasta el fin del mundo y si el mundo se acaba mañana te seguiré amando, te amaré hasta que el infiern...—Flavia lo besa con los ojos cerrados, no quiere que Asher note que estaba a punto de llorar—. Flavia, estaba inspirado. ¿Cómo vas a interrumpir mi discurso? Lo único con lo que tienes derecho a interrumpir mis discursos es con tus besos.
—Asher, ¿te he dicho lo mucho que te amo? Gracias por cruzarte en mi destino. Estoy segura que tú y yo estábamos destinados.
Flavia comienza a besar a Asher, Asher se deja llevar por lo besos de ella. Antes de darse cuenta ya se encuentran sobre la cama guiados por la pasión. La camiseta de Asher desapareció en menos de un minuto, Flavia está desinhibida totalmente y a Asher le encanta verla así. Flavia tiene control total de la situación.
Asher se encuentra sobre la cama, con Flavia sobre su cintura repartiendo besos por todo su torso. Flavia se acerca a su cuello y deja una marca, luego continúa bajando y deja otra en su pecho. Flavia coloca los brazos a los lados del cuello de Asher y lo observa con una amplia sonrisa—. ¿Cómo puedes estar haciendo todo esto y seguir luciendo tan tierna? —pregunta Asher al ver a Flavia.
Flavia no responde y le da un gran beso, mientras mueve su cadera rítmicamente sobre el regazo de Asher, éste suelta un gruñido desde lo profundo de su garganta, la toma con fuerza por la cintura y esta vez es Flavia quien está sobre la cama.
ESTÁS LEYENDO
Hasta Que El Infierno Se Congele ©
RomantizmAsher Beckett. Flavia D'Ambrossio. Él no es ni el popular, ni el perdedor de la clase, es solo Asher y con eso bastó. Ella no era nadie, era complicada, no le gustaba la atención pero tenía una personalidad tan fuerte que destacaba por si sola. La...