15 | Comida para nueve

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Asher y Flavia se besan, olvidando que están frente a la clínica esperando a Diletta. Siempre que se besan ambos se olvidan de todo, sólo se dejan llevar por sus corazones.

Mientras se besan oyen un incesante golpeteo en alguna ventanilla. El golpeteo no se detiene y se ven obligados a interrumpir el beso para observar lo que sucede.

Flavia gira su cabeza y observa a su madre golpeando la ventana con una sonrisa de oreja a oreja. Flavia observa a Asher con las mejillas rojas.

—¿Qué pasa? —pregunta sin ver a Diletta.

Flavia se mueve hacía un lado permitiéndole a Asher observar la ventana.

Diletta lo saluda y Asher le devuelve el saludo, Asher toca el botón y los seguros del auto suben. Diletta sube a los asientos de atrás, y su cara lo dice todo, los ha visto durante ese beso.

—Hola, muchachos —Diletta trata de aguantar la risa.

—Hola, mami. ¿Cómo te sientes? —Flavia trata de evadir a su madre.

—Hola Diletta —Asher enciende el auto, y siente como su incomodidad aumenta.

—Muy bien, Flavia, algo cansada —en la mirada de Diletta cae un destello de tristeza que rápido desaparece—. ¿Qué hacían muchachos? Esta vez tardaron un poco más —Diletta ríe por lo bajo.

—Nada —responden al unísono.

Asher y Flavia, comparten miradas queriendo soltar una carcajada. Flavia enciende la radio para evitar que su madre haga más preguntas.

—Flavia, tienes el labio algo hinchado —Diletta sigue inquiriendo divertida.

Flavia se muerde los labios y con poco disimulo se observa en el espejo del copiloto—. Mamá, ¿has hablado con Jeff?

Flavia desde que su madre se divorció de Jeff, su padre. Ella no ha vuelto a decirle papá, al menos no frente a su madre o Jeff. La relación entre Flavia y su padre nunca fue lo que se diga buena, peleaban todo el tiempo, fuertes peleas. Así que luego del divorcio, Flavia sintió que podría por fin alejarse de su padre. Es su padre y ella está consciente de eso, pero, no aguantaría ciertas actitudes de parte de él o de nadie.

Con la única persona que ha hablado respecto a eso es con Asher, Asher siempre estuvo con ella luego de cada discusión con él.

—Nicoletta, es tu padre. Llámalo como tal. ¿Por qué debería hablar con él? —Diletta nunca entendió esa especie de "odio" entre Flavia y su padre. Nunca vió ninguna de las peleas.

—Mamá ya hablamos de esto, ciertas cosas se ganan en la vida. El título de padre se gana, y su trabajo como "padre" deja mucho que desear, así que no se ganó el título, al menos, conmigo no —Flavia gira los ojos, ya no hablan de Asher y ella, por lo menos—. Van tres meses, mamá. Es hora de que le digas lo que está pasando contigo y tu...— Flavia traga fuerte—...salud.

Asher solo conduce, atento a lo que sucede.

—Flavia, yo le diré cuando me parezca lo más conveniente —Diletta responde muy seria, luego relaja su rostro con una sonrisa.

—Como quieras, mamá —Flavia gira los ojos de nuevo, sube volumen de la radio y saca su cabeza por la ventana.

***

Llegan a casa de Flavia, luego del gran silencio que habitaba entre ellos.

—Asher, ¿te quedas a cenar? —pregunta Diletta.

—Claro —Asher apaga el motor del auto, y bajan todos juntos.

Llegan todos al departamento, al llegar encuentran a Gisselle, junto a su novio Daniel, sentados en el sofá esperando por Flavia y Diletta.

Hasta Que El Infierno Se Congele ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora