Capítulo 26

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—Pero no entiendo ¿porque Baroni seguía a sus padres?¿su padre no quiso trabajar para él?— preguntó mi hermano confundido

Alessandra sonrió con amargura y negó con la cabeza.

—El estaba obsesionado con mi madre.— dijo Cassandra

—Marco, mi padre y el tío Héctor eran amigos de adolescentes, mi madre llegó de intercambio a la escuela en donde ellos estudiaban, cuando Baroni conoció a mi madre el quedó encantado con ella, pero mi madre solo tenia ojos para mi padre, al ir pasando el tiempo mis padres se fueron enamorando y ese amor se hacía más fuerte, Baroni al ver eso se ponía furioso porque en su retorcida mente él pensaba que mi padre le había quitado el amor de mi madre.

"Un día ya no se supo nada de Baroni, él simplemente desaparecido, mis padres eran felices y decidieron formalizar su relación comprometiéndose, Baroni volvió aparecer haciéndoles una amenaza a mis padres diciéndoles que ese compromiso se tendría que acabar o mi padre pagaría las consecuencias, pero eso no detuvo a mis padres para casarse, durante tres años fueron felices.

Luego llegue yo a sus vidas, Cuando mis padres supieron que mi madre estaba embarazada de mi, fue la primera vez que sintieron miedo, pero no por sus vidas sino por la mía, ellos sabían que Baroni enloquecería al saber del embarazo de mi madre, fue por eso que decidieron ocultarlo durante todo el embarazo mi madre no salió de la casa, pero lo que ni ella ni mi padre sabían es que habría complicaciones en el parto, mi padre no dudo en llevar a mi madre al hospital para que me diera a luz.

Mis padres estuvieron bien en tener miedo porque cuando Baroni supo de mi existencia enfureció, un año después nacieron las gemelas hicieron lo mismo que cuando mi madre quedó embarazada de mi, pero con ellas no hubo complicaciones en el embarazo por lo que mi madre pudo dar a luz en la casa, mis hermanas estuvieron a salvó".— termino de contar Alessandra con la mirada pérdida

—Cuando Alessandra tenía 10 años y nosotras 9 Baroni atacó nuestra casa, fue el día en que asesino a nuestros padres...

—Basta, eso no tienen porque saberlo.— la interrumpio Alessandra tomando en brazos a Mateo para después salir de la sala

—A ella todavía le afecta hablar de la muerte de nuestros padres.— dijo Allison con tristeza

—¿Me pueden seguir platicando?— pregunté nervioso

—Ese día Baroni y sus hombres entraron a nuestra casa para querer llevarse a mi madre, el le dio dos opciones a mis padres, una era que mi madre se fuera con Baroni y él dejaría en paz a mi padre, la otra era que Baroni asesinara a mi padre y llevarse a la fuerza a mi madre, ellos le contestaron que no importaría lo que hiciera mi madre nunca lo amaría fue en ese momento que el abofeteó a mi madre para después apuntarle con el arma y dispararle en la cabeza enfrente de mi padre. Nuestro padre corrió hacia mi madre y la pego a su cuerpo, Baroni le apuntó y al igual que a mi madre le disparó en la cabeza para luego irse.— dijo Cassandra con dolor, Steven la abrazó y besó su frente— Mató a nuestros padres porque se amaban e intentó matar a mi hermana porque era hija de mi padre, porque era el fruto del amor que mis padres sentían.

—¿Porqué no las mató a ustedes?

—Por que el pensaba que nadie más que Alicia y Enrique estaban en esa casa, se supone que las chicas deberían haber viajado conmigo pero se les hizo tarde y por eso ellas tuvieron que ver el asesinato de sus padres, Enrique mando construir un cuarto de pánico y ahí las niñas se escondieron por órdenes de su padre.

Me levanté y camine hacia la puerta, abrí la puerta, antes de salir me voltee hacia las gemelas.

—Lo lamentó

Ahora entendía más el odio que Alessandra y sus hermanas sentía por Baroni, pero seguía creyendo que ese hombre no merecía morir eso era como un premio, él merecía sufrir como por todo el dolor que había provocado y para mi no habría mayor sufrimiento que pasar el resto de los días encerrado en una cárcel.

Me puse en el lugar de Alessandra y de sus hermana, de Stefan o de Steven, incluso en el lugar del pequeño Mateo y simplemente yo no podría soportar el dolor de perder a mi familia.

Cuando estuve afuera del cuarto de Alessandra toque dos veces. Escuche los pasos de Alessandra dirigiéndose a la puerta para abrir. Una vez que ella abrió la puerta la abracé.

—Lamento mucho lo de tus padres.— le dije

—Yo no quiero tu lástima Connor.— dijo Alessandra separándose de mi

—No es lástima Alessandra, es admiración, tú y tus hermanas perdieron a personas importantes de sus vidas y aún así tú te levantaste y cuidaste de tus hermanas, ahora que que se la historia completa te entiendo un poco más.— expliqué

—Nunca lo vas a entender Connor, tú no sabes lo que se siente que en un momento tengas a tus padres y seas feliz, y de un momento a otro ya no tengas esas dos cosas nunca más porque un hombre así lo decidió.— dijo mirándome— No me puedes entender porque tu no sientes el vacío que siento yo en mi pecho, ese hombre me arrebato a mis padres. Es por eso que lo quiero muerto.— dijo con sus ojos llenos de dolor y rencor

La volví abrazar y ella me golpeó en el pecho para que la soltará pero sólo la abrace más fuerte hasta que Alessandra dejo de resistirse y dejo que la abrazará.

La abrace un poco más fuerte pero sin lastimarla cuando escuché que soltaba un sollozo.

—Lo atraparemos y pagará por todo el daño que a hecho.— le susurré en el oído

—¿Alessandra?

La pelinegra se separó de mi y limpio las lágrimas de sus mejillas, cuando levantó la cara sus ojos habían vuelto a ser inexpresivos pero estaban rojos, ella se giró para mirar a Mateo.

—¿Se te ofrece algo Mateo?— le preguntó Alessandra

—Te escuche llorar ¿estas bien?

—Sí pequeño

—Hola Connor.— me saludo Mateo

—Hola Mateo.— le respondí sonriendo

—Mateo necesito hacerte unas preguntas.— le dijo Alessandra

—¿Cuales preguntas?

—Es sobre a donde te llevaron.

—No se a donde me llevaron, cuando desperté estaba en un cuarto.

—¿Como que cuando despertaste?— le preguntó Alessandra confundida

—Cuando me llevaron me pusieron un trapo en mi nariz que hizo que me diera mucho sueño.

—¿Recuerdas algo más Mateo?

—Había mucho ruido

—¿Ruidos de que?

—Eran barcos y el mar.— contestó Mateo después de unos minutos de silenció

Bellezas mortalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora