Capítulo 27

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—Puede estar en cualquier lado.— dijo Stefan

—Y no tenemos nada por donde empezar a buscar.— lo apoyo Allison

Ellos, Cassandra, Steven, Alessandra, su tío y yo estábamos en la sala de juntas. Tratando de averiguar dónde ésta escondido Baroni.

—A Baroni le gusta dejar en claro su posición economía, hay que buscar en las residencias de gente adinerada.

—Puede haber demasiadas y aun así no podremos ir de casa en casa tocando buscando a Baroni.— dijo esta vez Cassandra

—Sí tenemos algo por donde buscar.— dijo de pronto Alessandra

—¿Qué?— preguntamos todos confundidos

—Cuando me estaba yendo de la cafetería con Mateo logré ver las placas de una de las camionetas.— explicó Alessandra

—¿La recuerdas?— le preguntó el señor Héctor

—Por supuesto.— contestó Alessandra

Una vez que Alessandra les dio el numero de la matricula de Baroni a su tío, él la empezó a buscar con las cámaras de transito de la ciudad. 

—Iré con Mateo al pateo.— dijo Alessandra después de un rato levantándose para salir de la sala

—Alessandra no...

—No puede estar todo el día encerrado tío.— dijo interrumpiendo al señor Héctor

—Voy contigo.— digo mientras me levanto de mi asiento

Cuando salimos de la sala, empezamos a caminar hacia el cuarto de Alessandra.

—Gracias.— dijo de pronto Alessandra cuando estábamos por llegar a su cuarto

La voltee a ver confundido porque no sabía de qué me agradecía, Alessandra seguía mirando hacia el frente.

—¿Por que me agradeces?— pregunté

Vi como Alessandra me miraba de reojo para después soltar un suspiro y comenzar a hablar.

—Por abrazarme hace rato lo...lo necesitaba.— dijo incomoda

Sin poder evitarlo una sonrisa se instalo en mi cara, una vez que estuvimos afuera del cuarto de Alessandra, la agarre de la cintura lo que hizo que ella pusiera sus manos en mi pecho.

—Siempre estaré para lo que necesites.— dije mientras acercaba mi cara a la de Alessandra

Ella me estaba mirando directo a los ojos con esos preciosos ojos de tormenta que tiene, pase mi lengua por mis labio para humedecerlos, lo que provoco que Alessandra dirigiera sus ojos a mis labios, los labios de ella se entreabrieron.

Cuando estuve apunto de juntar nuestros labios Alessandra volteo la cara, por lo que en lugar de sus labios bese su mejilla.

—Sei la mia perdizione.— dijo mientras se separaba de mi— No quiero que intentes volver a besarme, Connor.

Alessandra se dio la vuelta y entro a su cuarto, entre atrás de ella y procure no hacer ruido al caminar cuando me di cuenta que Mateo estaba dormido.

—¿Qué es ese sonido?— pregunto Alessandra

—¿Cuál sonido?— pregunte al no oír nada

Alessandra estaba con los ojos cerrados, después de unos segundo los abrió y miro a Mateo, le levanto la camisa lo suficiente para ver el cinturón que llevaba Mateo. En el cinturón se veía una cosa metálica en forma de un circulo pequeño que emitía una pequeña Luz roja

Bellezas mortalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora