Después de que Alessandra se fuera las gemelas nos mostraron los cuartos que ocuparíamos cada uno los cuales no tardamos en usar puesto que el viaje nos tenía agotados.
Desperté al oír ruido afuera de la casa ya había anochecido, me levanté de la cama, camine hacia la ventana abrí con cuidado la cortina y mire hacia afuera.
El ruido había sido provocado por Alessandra que estaba nadando en la alberca, me puse una camisa, salí del cuarto, baje las escaleras y salí al jardín de atrás que era donde estaba la alberca.
Cuando salí me senté en una silla para mirar a Alessandra, ella todavía no se daba cuenta que la veía. Cuando salió de la alberca, me estaba dando la espalda, llevaba un traje de baño de dos piezas de color negro.
—¿Qué haces levantado?— preguntó sin voltearse—Oí un ruido y me levanté.—contesté
—Lamento haberte asustado.
Camino hasta mi y tomó la toalla que estaba al lado de mi, para luego empezar a secarse.
Mientras ella se secaba no pude evitar ver que en su hombro estaba la cicatriz del día que Clayton y yo estábamos en su casa y le dispararon, también tenía la cicatriz del disparo en el abdomen, pero esas no eran las únicas cicatrices que tenía y no todas eran de disparos.
—Terminaste de mirarme.— dijo de pronto Alessandra
—Todas esas cicatrices son de...
—Sí, algunas son de disparos y otras son cortes de navajas.— me contestó lo que temía antes de que hiciera la pregunta— No tengo un cuerpo hermoso.
Iba a replicar por que lo que acababa de decir era una absoluta mentira, pero mejor me quede callado, apesar de las cicatrices que tenia Alessandra tenía el cuerpo mas que hermoso tenía sus curvas en donde tenían que estar y además tenía el cuerpo firme por los entrenamientos que hacía.
—¿Iras a dormir ya?— le pregunté para cambiar de tema
—Ya dormí lo que tenía que dormir.—dijo mientras se sentaba al lado de mi
—¿Otra vez las pesadillas?
—Esta vez son recuerdos.
Pase mi brazo alrededor de sus hombros y la atraje a mi cuerpo.
—Te voy a mojar.
—Deberías tratar de dormir un poco.— dije mientras acariciaba su brazo
—No lo harás verdad.
—¿Que cosa?— pregunté confundido
—Alejarte de mi.—dijo girando su cara para verme
—No lo haré, aunque me cueste mi vida me quedaré a tu lado.— dije sincero
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Bellezas mortales
Teen FictionLas Di mauro son tres chicas que no hablan con nadie y no dejan que nadie se acerque a ellas, despiertan la intriga de sus compañeros de escuela pues son un misterio para todos. Pero todo cambia con la llegada los hermanos Bennet ¿Podrán ellos averi...