Sαy Soмєтhιng ~ Drαco Mαlfoy

Capítulo 43 - Muerte

Her se había acercado a mí y me había abrazado, supongo que me veía tan patética que le di lastima... pero agradecí su abrazo... aunque no me haya dicho nada. Luego de unos minutos largos ya Fleur y Viktor no competían, se habían retirado, me sentí nerviosa por los que aún no salían pero feliz pues uno de ellos dos serían los vencedores. Los chicos de Hogwarts celebraban pues ya era un hecho de que Hogwarts había ganado.

– ¿estas nerviosa? – me pregunto Her y yo asentí con la cabeza

– ¿ya no me odias? – pregunte de pronto

– nunca lo he hecho ___. No digas tonterías – me quede en silencio – solo necesitaba tiempo para asimilar todo

– ya no tienes que asimilar nada... pueden estar felices de que Draco y yo jamás tendremos nada... el solo ha estado jugando conmigo

– no creo que te ayude demasiado decir esto pero lo sabía... es Malfoy __. – asentí triste

– Cedric me perdono – le comente mirando a Cho de lejos, Her parecía feliz con la noticia

– ¡eso es fantástico ___! – pero de mí solo salió una mueca – no estés así linda... él no te merece – dijo refiriéndose a Draco – ¿de verdad lo amas? – asentí mordiéndome el labio inferior

– el rompió mi puto corazón... lo destrozo y creo que jamás me recuperare de esto – no sé cuánto tiempo paso pero Her no hablo más y yo me metí en mis pensamientos... hasta que los gritos de emoción me sacaron de ellos. Alguien había salido del laberinto, todos se levantaron emocionados, logre ver a Harry y a Cedric en el piso... pero luego el grito desgarrador de Fleur me helo el cuerpo.

Todos se quedaron en silencio y entonces escuche el llanto de Harry... un escalofrió me recorrió el cuerpo, Cedric... ¿Por qué no se movia? Dumbledore y otros profesores llegaron a donde estaban ellos. Lo intentaban separar de Cedric pero el se negaba poco a poco me fui acercando igual que todos.

– ha vuelto... ha vuelto – logre escuchar los sollozos de Harry – Voldemort ha vuelto Cedric me pidió que trajera su cuerpo... no podía abandonarlo no ahí – mi vista se comenzó a nublar por la lagrimas sin creer lo que estaba pasando... no... no podía ser cierto

– tranquilo Harry ya paso – le dijo Dumbledore tomándolo por el rostro – ya estás aquí... los dos ya están aquí – mire a Her, ella estaba pálida... Ron llego a su lado y ella lo abrazo.

– ¡déjenme pasar! – gritaba el Amos el padre de Cedric a la multitud y cuando llego al fin a él, se dejó caer en el suelo y grito de dolor, yo me lleve las manos a la boca sin creer lo que pasaba – ¡hijo! ¡¡¡es mi muchacho!!! Es mi hijo – su dolor me atravesaba todo el maldito cuerpo... no sentía si no más que dolor... ¡él estaba muerto! Qué demonios había pasado deje mi llanto salir sin control y me tome la cabeza desesperada... todos lloraban.

– vamos – le dijo Moody a Harry tomándolo bruscamente – tranquilo, no debes estar aquí ahora... vamos – los vi desconcertada mientras escuchaba el llanto de todos... tuve un presentimiento extraño así que decidí seguirlos y salir de allí el dolor que emanaba el lugar me hacía más daño. Y más los gritos del señor Diggory.

Yo, quería hablar con Harry... quería saber que había pasado... los seguí hasta donde lo llevo Moody y me escondí. Escuche que tranco la puerta con seguro pero lentamente con mi mente lo fui moviendo para abrirlo.

– siéntate – logre escuchar de Moody – ¿estas bien Potter? ¿Te duele la herida?

– ahora no mucho

– déjame verla Harry

– la copa era un traslador... alguien la hechizo – mi respiración era agitada

– ¿Qué sentiste? ¿Cómo era? – pregunto una voz que me erizo la piel de miedo

– ¿Quién?

– el señor tenebroso – mi corazón se paralizo al oír ese nombre – ¿que se siente estar frente a el?

– no lo sé... fue como vivir uno de mis sueños... una de mis pesadillas

De pronto una mano fría me tapo la boca y me aterre pero entonces mire los ojos grises de Draco y me relaje. ¿Qué hacía aquí? ¿Me estaba siguiendo? El me soltó y puso un dedo en su boca en señal de que me callara y así lo hice

– ¿Qué haces aquí? – me susurro al oído

– ¿Qué haces tú aquí? Algo anda mal – dije intuitiva y seguí escuchando

– ¿había otros? ¿En el cementerio había otros?

– yo... yo no... yo no he dicho nada sobre un cementerio – al escuchar eso mire a Draco con miedo, ¿Cómo ese hombre sabia donde había estado Harry?

– maravillosas criaturas son esos dragones ¿crees que ese miserable te habría advertido si yo no se lo hubiera sugerido? ¡¿crees que Cedric Diggory te habría dicho que abrieras el huevo en el agua si yo no se lo hubiera insinuado?! – escuchar el nombre de Cedric me dio una puntada en el estómago tome la mano de Draco fuerte tratando de calmarme – ¿crees que Neville Longbottom te habría mencionado las branquialgas si yo no le fuera dado el libro adecuado ehhhh?

– entonces fue usted quien puso mi nombre en el cáliz de fuego y hechizo a Kroum... pero

– pero, pero, pero ¡ganaste porque me lo propuse! – Harry estaba en peligro yo... yo tenía que hacer algo – terminaste en el cementerio porque así estaba planeado y el objetivo se logró – escuche a Harry quejarse de dolor – la sangre que corre por estas venas también corren las de el – imagínate como me recompensara cuando de una vez por todas destruya a Harry Potter – eso fue lo que necesite para actuar y Draco se dio cuenta de mis intenciones.

– Ni se te ocurra ___. – me susurro Draco y con todo el dolor del mundo saque mi varita rápidamente y susurre

– inmobillus – el quedo inmóvil sabía que el hechizo solo duraría unos dos minutos así que sin pensarlo dos veces entre a la habitación, Harry me miro impresionado y yo solo con mirar a Moody lo lance a la pared más cercana y lo detuve hay – ¡corre Harry!

– ¿Qué demonios haces ___? Vete de aquí – Moody se resistía a mi poder... pero no podía permitirlo... sentí algo bajar por mi nariz... sangre, Harry me miro con terror – ___ basta

– ¡maldita niña! – no aguante más y Moody logro soltarse sin pensarlo el apunto a Harry con su varita – ¡¡avada kedavra!! – pero antes de que el hechizo lo tocara moví a Harry hacia otro lado haciéndolo esquivar la maldición, el me miro con odio y yo le sonreí con la poca fuerza que me quedaba – ¡avada kedavra! – esta vez las chispas rojas de su varita fueron directamente a mi pecho y luego sentí como el aire no llegaba a mi garganta al igual que un profundo dolor en mi pecho

– NOOOO – aquel grito desesperado fue lo último que escuche luego de caer al suelo