Capítulo 7 - paranoica

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Hoy era el día en el que todos pondrían su nombre en el cáliz de fuego, estaba sentada afuera recostada a un árbol del jardín. Quería que el tiempo pasara lento para no ir a mi clase de defensa contra las artes oscuras, a mí me encantaba la magia y esa era una de mis clases favoritas pero este año con ese profesor. No se había algo en aquel hombre que no me daba buena espina.

– ¿te molesta si me siento contigo? – hablo una voz conocida, sonreí

– para nada Cedric – le dije amable

– ¿Por qué estás tan sola? – me pregunto el castaño

– me gusta estar sola a veces – el pareció triste – no – dije rápidamente – no me malentiendas no me incomoda tu presencia Cedric, solo que a veces me gusta pensar eso es todo.

– y a mí me gusta hacerte compañía – dijo regalándome una de sus lindas sonrisas torcidas.

– ¿pondrás tu nombre en el cáliz? – pregunte, había escuchado los rumores de que el lo haría

– por supuesto – dijo feliz, yo intente sonreír pero algo no me dejo, y solo me salió una mueca que el noto.

– ¿Qué sucede?

– es que... esos juegos son peligrosos – su mirada se ablando – no lo se, no me gustaría que te pasara algo.

– ¿estas preocupada por mí? – me pregunto con una gran sonrisa y yo me di cuenta de lo que había dicho

– Bueno si – balbucee – lo estoy como lo estaría por cualquiera de mis amigos – me mordí el labio nerviosa

– tranquila – me guiño el ojo – se cuidarme pequeña ___.

Yo asentí con la cabeza esperando que fuera verdad, no lo conocía muy bien pero el me había ayudado aquel día, aquel día en donde la persona que de verdad me importaba me había dado la espalda. Y sabía que si seguíamos así Cedric se convertiría en un gran amigo.

– ¿Qué clase tienes ahorita? – dijo rompiendo el silencio provocado por mis pensamientos

– defensa contra las artes oscuras – aquello lo dije acompañado de una mueca, el rio

– parece que no te entusiasma mucho – suspire

– me encanta la magia, de verdad pero – negué con la cabeza – ese profesor, cuando estoy en su clase solo quiero que pase rápido para no tener que estar en el mismo lugar que él.

– si es aterrador – se carcajeo – pero por algo Dumbledore lo trajo, no creo que sea peligroso.

– sí, solo estoy paranoica, bueno me voy a clases – Cedric se levantó y me ofreció su mano para ayudarme a levantar

– nos vemos luego ____. – yo asentí sonriendo

Pero mi sonrisa cayo al ver unos ojos fríos como el hielo mirándome de lejos. Se me puso la piel de gallina al ver el odio que había en ellos, un odio que no veia desde hace días, el me miraba fijamente. Me molestaba tanto que me mirara de aquella manera, ¿Qué le había hecho yo a el?

Luego en la clase de defensa contra las artes oscuras no me fue tan mal, decidí llevarme por las palabras de Cedric y olvidarme de mis locuras.

Sαy Soмєтhιng ~ Drαco MαlfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora