Me sorprendió esas muy particulares habilidades que tiene la "pequeña niña" llamada Victoria. Se veía muy segura caminando, no es porque la estaba espiando o mirando tan fijamente, sino porque ella va delante mío y veo todas las acciones que hace. Creo que ella es la única junto con Michelle que están seguras de seguir al perro y también creo que tienen las mismas razones como para seguir al siberiano.
Todos se empezaron a adelantar y Victoria se quedo atrás, aunque iba a la misma velocidad iba penúltima.
Yo me acerqué no porque me interesará o porque me haya gustado, sino porque quería saber de su vida, como ha sobrevivido, por qué nos quiere ayudar.
-Así que...- ella me observa de reojo - nos quieres ayudar...- levanté una ceja.
-Supongo que no podré contestar a eso ya que no es una pregunta.- dice formalmente sin mirarme - y tu lo afirmaste en todo caso.
-Me sorprende que seas tan educada a esa edad, tus padres hicieron un gran esfuerzo.- ella me queda observando y yo recuerdo la historia que nos contó - Oh, lo lamento, se me había olvidado.
El viento mueve su cabello mientras ella me mira un poco confundida y dudando de mi verdad.
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-Yo igual lo lamento por no tener padres.- me responde ella y se da vuelta y sigue caminando - La segunda cosa que lamento es no saber diferenciar sarcasmo con la verdad.
-¿Crees qué lo que te dije es sarcasmo?- dije, sorprendido y riéndome.
-No era mi intención hacerte creer que - empieza Victoria a tartamudear - que pensarás... que... que no te... te entendí... que me entienda...- se coloca un mechón tras la oreja - bueno tu lo entiendes.- dice y sonríe.
-Te estaba bromeando.- dije y ella se ríe un poco incómoda.
-Nunca - me repone-, creo que... nunca he mostrado mi lado gracioso o simpático porque creo que no lo tengo. Y si lo demuestro tenlo por seguro que no lo hice a propósito.
Narrador Lucy Johnson
-¿Tatianne? ¿Pasa algo, querida?- dice Dalila y yo abro los ojos como platos. Tatianne me queda observando y yo ladeo la cabeza indicando que no diga nada de mí.
-Es que se me cayo el aro - dice ella y se agarra la oreja - y... y se me cayo por acá, sí, por acá.- asiente con la cabeza.
-Pero querida, tu nunca haz usado aros.- veo entre los asientos y me fijo que esta bajando del escenario.
-Es que no es aro, es un colgante como un... un - empieza a chasquear los dedos buscando la respuesta - ¡Ay, no sé! Pero es algo que salto de mi oreja.- dice y se agacha - ¿Me vas a responder?
-Lucy, mi nombre es Lucy.- repetí - ¿Por qué no quieren que te veas al público?- le pregunté, descaradamente.
-Así que tu eres la que Dalila habla todo el rato...- murmura ella y me queda mirando pero yo aparto la mirada - Observa mis ojos fijamente y no te detengas.- yo muy confundida la quede observando y ella a mí, de su cara seria se volvió un rostro de desesperación y de terror.
