-¿Qué es eso?- pregunta una chica que no alcanzo ver su rostro.
Nadie contesta, ni mucho menos yo que no sé la respuesta. Realmente si me la sé, Afro me contó algo de esto, me dijo que es una ciudad pero no como las que salen en las revistas, es mucho peor, la gente si te ve sin recursos iguales te encuentra pobre, si te ve con mucha ropa te encuentra egoísta, si te ve desnuda te ve prostituta, si te encuentra fea es bajo los recursos económicos, si te encuentra perfecta son como ellos. Todos usan ropas de colores blancas, negras, grises, demasiados colores neutros y su comportamiento es neutro igualmente.
Abrimos la puerta y cuando salimos las personas ni siquiera voltearon a mirar. Es como si no existiéramos para ellos, como si fuéramos una persona menos adelante de ellos. Estábamos en la cima de unas escaleras y veíamos todo, vehículos voladores, grandes pantalla en los edificios, cosas inimaginables e indescriptibles.
Bajamos las escaleras, éramos más de 30 adolescentes y ninguna de las personas de la ciudad nos miraba, no hemos logrado captar su atención. Afro suspira, ya ha despertado, lo llevamos arrastrando a donde el nos indicaba con la poca energía que le quedaba, llegamos a un jardín lleno de basura pero con un césped verde. Lo ganamos apoyado en una roca y no pude ver su herida, pues su mano la estaba tapando para prohibir el sangrado de más.
-¿Qué te ha pasado?- me agacho y le pregunto.
-Vieron que a ustedes los estaba protegiendo y me dispararon... - me responde y paso la lengua por mis labios nerviosa y sin saber que hacer.
-Toma esto...- veo que el chico me pasa un pedazo de su ropa y veo que su mano esta sangrando -lo hará de mejor.
-¿Cómo lo cortaste?- pregunté mientras le coloco la venda a Afro.
-Esto es un basurero, encontré un pedazo de vidrio y corté la ropa, pero la tuve que agarrar con la mano provocandome una herida... pero no importa, no me duele.- dice y yo asiento con la cabeza no muy convencida con su respuesta.
-Tenemos que salir de aquí...- interrumpe una chica de cabello castaño oscuro - Hay una cámara y esta encendida.
-Ustedes váyanse... yo me quedaré aquí...- dice Afro, con agotamiento.
-No te podemos dejar aquí, Afro. Te pueden hacer daño...- le digo con un tono altanero.
- ¡Te tienes que ir, Lucy! Es una orden...- me grita, trago saliva y veo que los guardias ya han salido del edificio.
Antes de irnos lo escondimos atrás de un árbol con arbustos y que se vea camuflado. Luego escalamos el muro para salir del sector en que estábamos y empezamos a correr hasta perder de vista a esos guardias. Empezamos a caminar atravesando las personas neutras y de raro carácter. Paso un vehículo volador encima de nosotros y nos hizo que el viento se nos viniera encima, mire el cielo y mientras atravesaba el viento en mi rostro disfrutaba del viento que recorría por mi rostro.
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