Parte 4

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Esa mañana, se despertó pensando en ella, en esos hermosos ojos que el día anterior solo expresaban tristeza y de los cuales vio muchas lágrimas caer.

Quería saber cómo estaba, necesitaba verla y saber que ella estaba mejor, las primeras horas de clases no se la pudo quitar de la cabeza, necesitaba saber de ella y no quería esperar hasta la tarde para buscarla de regreso a casa.

En uno de los recesos para cambio de clase, fue hasta su facultad y a lo lejos la vio, hablaba con ese hombre con el que la había visto caminar unos días antes y con Marcela, se quedó allí por un rato observándola, deseando acercarse, pero no encontró ninguna excusa para hacerlo, así que mejor regreso a sus clases.

En la tarde espero hasta la hora de siempre, a la hora en que sabía ella siempre salía y la busco, cuando la vio caminando como de costumbre, sonrío, uff por fin podría hablarle.

- Hola amiga de Marcela.- dijo él desde su auto que se mantenía lento cerca de ella-

Esta vez ella volteo de inmediato.

- Sofía, es mi nombre

- Sí ya lo sé, veo que hoy no escuchas música.

- No, es que me duele un poco la cabeza

- Estas bien? – pregunto él, un poco preocupado-

- Sí, estoy bien, supongo que ayer llore mucho y por eso hoy he tenido dolor de cabeza todo el día... Pero estoy bien.

- Te llevo?

- No, prefiero caminar, gracias

- Ummm de nuevo lo mismo

- Perdona pero es verdad, prefiero caminar

- Entonces déjame caminar contigo.

- No cómo crees, después tendrías que regresar por el auto, no, así no.

- Entonces te llevo, tú eliges

Torció los ojos, sin encontrar más excusas que dar, así que sin más opciones, decidió subir al auto.

- Como va todo? -Pregunto él-

- Bien, mucho mejor, gracias por todo y disculpa por haber salido corriendo anoche.

- No te preocupes, no pasa nada, pero si quería saber hoy como estabas, quieres tomar algo? Un wiski quizás? – pregunto con burla en la voz-

- No, gracias pero eso no es de todos los días - dijo ella sonriendo-

- Yo tengo hambre, porque no vamos por una pizza y luego te llevo a tu casa te parece?

- Vale, una pizza está bien. – Accedió ella-

Fueron a comer una pizza y charlaron por un par horas, ella estaba diferente, hablaba con tranquilidad y esos hermosos ojos volvían a transmitir esa tranquilidad que tanto lo envolvía y tanto le gustaba.

- Me llevas por favor, ya debo llegar a mi casa

- Claro que sí, vamos

- Sebastián gracias la pase bien, hacía mucho que no me distraía y ya lo extrañaba.

- Cuando quieras, solo envíame un mensaje o llámame, seguro que podremos hacer algo.

- No hace falta, pero gracias de nuevo.

- No, espera, en serio regálame tu número de teléfono y ten el mío por si quieres un wiski, ya sabes.

- Olvida lo del wiski, eso no volverá a pasar. – dijo ella un poco incomoda-

Como si fuera fácil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora