Miguel recibió noticias, los hombres a los que pagaba para que la buscaran, habían descubierto que Sofía había cambiado no solo su apariencia, también lo había hecho con su identidad. Desde que llego a Venezuela se llamaba Soledad, había trabajado un par de meses en un pueblo camaronero y luego había salido con rumbo a Caracas, allí habían perdido su pista por unos meses, sin embargo ahora tenían información que la situaban al sur del país en límites con Colombia y al parecer la última vez que la vieron hacía aproximadamente 6 meses.
No tenían más noticias, pero seguían buscándola, asumían que quizás había regresado a Colombia, pero de ser así no lo había hecho con su identidad ni como Soledad Pineda, identidad Venezolana con la que se movió por ese país.
No cabía duda que ella era más astuta de lo que él imagino, había logrado confundirlos y con el cambio de identidad pudo escabullirse en Venezuela. Estaba sola y trabajaba en cualquier cosa, eso significaba que estaba asustada y sin dinero y por más que tratara no podría escapar de él.
Sofía se le había vuelto una obsesión y un reto, no descansaría hasta volverla a tenerla para él.
De aquel hombre que pusiera sus manos en Sofía seguía sin pista alguna, al parecer ninguno de los que investigo tenían conexión con ella. Y aunque había tenido que desistir de seguir buscando a aquel hombre, de encontrarla a ella no desistiría nunca.
En un par de semanas sería ya un año de que había enviudado y que había tenido que ser muy discreto con su gusto por las mujeres para evitar que los medios hablaran o se acercaran más de lo debido a él. Eso no era conveniente para sus negocios, ni para sus socios, así que el último año había estado viajando frecuentemente a México. Sin embargo ahora tenía planeado volver a estar una larga temporada en Bogotá.
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Después de un año de buscarla y no tener ninguna información de su paradero, por fin Sebastián dio orden de parar su búsqueda, empezaba a resignarse a no volver a verla, quizás nunca llegaría a saber qué fue lo que sucedió y él porque de su repentino viaje a Venezuela. Aunque todos seguían insistiendo en que ella, se fue por voluntad, él aún se negaba a creer que aquel ser que él tanto amaba, simplemente se hubiera marchado, sabía que algo la había obligado a irse de tal manera.
Había dedicado su tiempo y todas sus energías al trabajo, era la única forma de no perder el control, en muy poco tiempo había conseguido ganar las licitaciones de tres proyectos muy grandes y ahora estaba dedicado exclusivamente a ellos.
Trabajaba junto con su amigo Alexander, les tomaba todo el tiempo el dar cumplimiento a los compromisos que habían adquirido, pero para él, era más que perfecto no tener más vida que el trabajo.
Sus amigos poco a poco fueron desistiendo de invitarlo a salir, habían acordado no volver a mencionar a Sofía y todo lo sucedido y así dejar en el pasado esa etapa de sus vidas, los pocos momentos en que compartían con él, eran cuando de trabajo hablaban. Rodrigo y Camilo empezaban una pequeña empresa de interventorías en obras civiles y por tal razón coincidían en cuestiones de trabajo.
Sebastián se había alejado de todo y de todos, se había vuelto más solitario que nunca, su mal carácter era insoportable, incluso para ellos que le conocían.
En el trabajo era intolerante con todos los que lo rodeaban, incluso las personas que trabajaban bajo su cargo, temían de sus reacciones cuando algo no marchaba tal como él quería o indicaba.
Para evitar que sus padres indagara más de la cuenta los visitaba una vez al mes y ese día se llenaba de toda la paciencia posible para parecer tranquilo y evitar las preguntas o comentarios que a veces sus padres hacían, aunque trabajaba con sus padre y se veían todos los días, era casi imposible saber de él u obtener conversación diferente, a lo referente al trabajo.
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Como si fuera fácil.
RomanceSofía y Sebastián se conocen y descubren el amor, sin embargo una serie de sucesos pondrán a prueba sus fortalezas y sus deseos de estar juntos. Ella tendrá que enfrentarlo todo, huir es lo más fácil, pero tarde que temprano entenderá que de ella...