Parte 20

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Sofía abrió la puerta y al poner un pie dentro de su casa, sintió como unos brazos la tomaban con fuerza y la empujaron contra la pared. No tuvo tiempo de reaccionar, para cuando ya se daba cuenta de lo que sucedía, Miguel la tenía pegada muy fuerte contra la pared y una de sus manos apretaba su cuello y le impedía respirar.

- Quien era ese? Quién es? dime su nombre - exigió Miguel – nadie puede tenerte, nadie que no sea yo, quién es? responde - grito con odio-

Sofía trato de quitar esa mano que cada vez apretaba con más fuerza su cuello, las lágrimas rodaron por sus mejillas y su cara se tornó de color rojo en cuestión de segundos, sus ojos se abrieron tanto como fue posible, sus pulmones quemaban por la falta de aíre. Aunque escuchaba a aquel hombre, no podía articular palabra y su cuerpo empezaba a reaccionar a la falta de oxígeno.

Miguel la miraba con odio, con desprecio, su mirada estaba cargada de rabia, una que ella jamás hubiera visto en algún ser humano, solo con verle, su cuerpo tembló de miedo.

- Habla, dime quién es?, dame su nombre. – volvió a gritar-

El hombre por fin soltó su cuello, el aire aunque con dificultad empezaba a entrar a sus pulmones, ella se llevó de inmediato las manos al cuello tratando de sofocar el gran ataque de tos que sobrevino a la primera respiración, su cuerpo inclinado a causa de esa reacción, nuevamente fue erguido de un jalón, Miguel la tomo por el pelo y con gran violencia la obligó a levantar su cara.

- Quiero el nombre de ese maldito que fue capaz de poner sus manos en lo que es mío. – exigió acercando su rostro al de ella.

Nuevamente esos ojos llenos de fuego y de furia la amenazaban.

- Habla de una maldita vez – exigió entre gritos-

Sofía estaba paralizada y no pronunciaba palabra, no conseguía que su cerebro coordinara nada. Miguel la arrastro hasta la escalera y la tiro con violencia contra el primer escalón, ella cayo de rodillas en el suelo, de inmediato trato de ponerse en pie, lo único que sabía era que debía huir, pero en cuanto se puso de pie, recibió una gran bofetada que no vio venir y de nuevo de un golpe seco, estaba en el suelo, su cuerpo se estrelló de espaldas contra las escalares produciéndole un gran dolor.

- Sofía te equivocaste, de mí, nadie se burla y ese muchachito sabrá que significa meterse con una de mis mujeres.

- Esta loco, yo no soy suya – por fin pudo responder-

- Eso se termina aquí, a partir de ahora solo serás mía, ningún otro hombre pondrá un solo dedo encima de tu cuerpo. – afirmo muy enojado-

Sofía sentía un fuerte dolor en su espalda, pero debía moverse pronto, debía encontrar la forma de salir de allí, así que trato de levantarse, pero de nuevo Miguel la tomo por el pelo y avanzo por las escaleras hasta el segundo piso, su cuerpo casi a rastras ascendió detrás de él, sin ninguna duda, la dirigió a su cuarto y con gran violencia la tiro sobre la cama, sin darle tiempo de reaccionar se abalanzó sobre ella y tomo sus dos manos por encima de su cabeza impidiendo que ella se moviera.

- Suélteme –gritó aterrorizada –

- Grita todo lo que quieras, nadie va a venir por ti, nadie vendrá a ayudarte.

Con una de sus manos sostuvo las manos de ella, mientras con la otra tomó su cara y la beso con fuerza, con violencia invadió su boca.

Ella apenas podía quitarse de encima esos labios que recorrían su rostro, su boca y parte de su cuello, su cuerpo estaba inmovilizado por el peso de aquel hombre, lo único que lograba era dar patadas a la nada y desgastar sus energías en aquella lucha que de sobra tenía perdida.

Como si fuera fácil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora