Parte 54

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Pasaron el día juntos, hablaron de todo y de nada, recordaron buenos momentos cuando fueron novios, Sebastián le habló sobre sus amigos, le conto de Marcela y Camilo, de su boda y del hijo que ahora tenían, de la esposa de Rodrigo y de la novia de Alexander.

El tiempo, estando juntos parecía volar, la noche ya empezaba a bañar el cielo de la ciudad y decidieron tomar una copa de vino y cenar en el hotel donde se hospedaba Sebastián pues estaba muy cerca.

Después de cenar y tomar un par de copas más de vino, de una larga y amena conversación, de nuevo después de tantos años volvían a ser ellos, por instantes parecía que el tiempo retrocedía y volvían a ser los de antes.

- Es tarde, creo que es hora de irme.

- Espera yo te acompaño – dijo Sebastián-

- No hace falta, tomo un taxi y ya estuvo.

- No Sofí, yo quiero dejarte en la puerta de tu casa.

- Bueno, pues como quieras

- Nunca dejaras de ser tan terca, verdad? – preguntó Sebastián sonriendo-

- No, creo que no – respondió ella con la misma sonrisa-

Se pusieron de pie y se encaminaron hacia la puerta que daba a la calle, una vez que estuvieron sobre la acera esperando por un taxi, el frio de la noche los encogió, así que Sebastián la atrajo hacia él y abrazo su cuerpo, al tenerla tan cerca no pudo evitar besarla, una y otra vez.

- Sofí no te vallas, quédate conmigo esta noche – propuso entre susurros-

- No – soltó ella de inmediato, poniéndose muy nerviosa y tensando su cuerpo por completo- No, creo que es mejor que me valla.

- No va a pasar nada que tú no quieras, pero por favor quédate a mi lado esta noche – volvió a pedir él, besando su frente-

- Es que, no creo que sea una buena idea, yo aún no estoy...

- Solo te pido que me dejes dormir abrazado a ti, nada más.

- Yo, yo no sé, qué decirte – dijo ella bajando la mirada- Es que...

- Por favor, no me hagas rogarte

- No claro que no, no quiero que me ruegues – dijo ella sonriendo y asintió con su cabeza en aprobación a la propuesta de Sebastián-

Subieron a la habitación y Sebastián que adivinaba porque tanto silencio de parte de Sofía, ella estaba nerviosa y no podía ocultarlo, trato de desviar la tensión con comentarios tontos para hacerla reír.

Después de un rato ella, ya estaba más cómoda y volvió a conversar con tranquilidad.

- Abrázame, quiero olvidar que el tiempo ha pasado, solo quiero sentir que hoy tú estás conmigo – dijo ella-

- Ven – dijo Sebastián acomodándose en la cama y estirando sus brazos-

Abrazados hablaron hasta que ella se durmió sobre su pecho, como solía hacerlo años atrás, tenerla así junto a él, tranquilizó todos sus temores, ella era todo lo que él necesitaba para ser feliz, lo haría todo por ella, lo daría todo por ella, se veía tan tranquila y tan dulce, tan ella. Esa mujer hacia qué mil emociones despertaran dentro de él, no era solo deseo, era volver a sentir que todo valía la pena, ella llenaba cada rincón de su ser con su sola presencia, de ella no quería sola una noche, de ella quería todos los minutos, las horas y los días. Sofía no necesitaba hacer nada para que él pusiera el mundo entero a sus pies, solo con ser ella, y dejarlo estar a su lado era suficiente.

Como si fuera fácil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora