Parte 9

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Sofía no durmió muy bien, aunque sabía que era un error continuar con Sebastián, decidió no pensar más en nada, por primera vez haría lo que ella realmente quería, los últimos años habían sido tan confusos que no tuvo tiempo para ella, solo para ayudar a su madre y para tratar de olvidar la realidad que la rodeaba, dentro de sí, algo muy fuerte la impulsaba a luchar contra ella misma y sus propios miedos, quería estar con él, había intentado huir, pero no lo había conseguido, ese hombre le daba razones para sonreír y a su lado se sentía segura, así que ese sábado en la mañana decidió que estaría junto a Sebastián el tiempo poco o mucho, que eso que había entre ellos durara, así que se levantó y se arregló decidida a salir.

- Piensas salir? – pregunto su madre-

- Sí, quiero ir a visitar algunos museos

- Con quien vas a ir? – exigió saber su madre-

- Con nadie, quien querría ir a visitar museos...

- En eso tiene razón, nadie es tan aburrido. Vete que nos hace bien un día sin ti – dijo su madre despectivamente-

Sofía asintió con su cabeza y aunque le dolía la forma tan fría en que su madre le trataba, decidió olvidarse de ella y de aquella casa y de todo lo que la rodeaba, se dirigió al apartamento de Sebastián con total determinación.

Sebastián despertó en aquel sillón en el que la noche anterior se tiró a observar la oscuridad como solía hacerlo, no supo en qué momento se durmió pensando en ella, pensando en lo ocurrido en la tarde, en como su corazón se había volcado al escuchar a Sofía decir que se marchaba, esa mujer muy rápidamente se le había metido en el corazón y en cada uno de sus pensamientos, la necesidad de tenerla cerca y de sentir su agradable aroma, pero sobre todo de besar sus labios, era cada día más grande, el deseo que sentía por tenerla y poder sentir su cuerpo era igual más fuerte cada que la tenía tan cerca.

Su cuerpo estaba resentido por la mala posición en que durmió, así que decidió tomar un largo baño para relajar el cuerpo, el llamado a la puerta lo saco de su relajante baño; no puede ser que mi padre este aquí tan temprano, observo su reloj, las 10.30 de la mañana, quien más podría ser, si no su padre, de muy mala gana se envolvió una toalla a la cintura y salió hacia el salón, pensando que quizás ese día no podría verla, abrió la puerta un tanto ofuscado.

- Lo siento, por llegar así, si es mal momento, me voy no te preocupes – dijo Sofía al ver la cara de molestia que tenía Sebastián-

- No, es solo que pensé que era mi padre, no esperaba verte a ti. Pero pasa.

- Perdón por llegar así, trate de llamarte pero tu celular está apagado.

- No linda, si me alegra mucho, que seas la primera persona que veo en la mañana, y si, tuve que apagarlo anoche y luego ya hoy no me había acordado de volver a prenderlo.

Sofía no pudo evitar observar su cuerpo húmedo, era una hermosa vista, su pelo todo revuelto y mojado, él era perfecto.

- Tu madre y su esposo salieron de viaje?

- No, pero saque escusas, quería verte, debo llegar temprano pero podemos estar juntos casi todo el día.

- Ummm así que mientes. – dijo él abrazando su cuerpo, por la cintura-

- Por verte, para que veas lo que soy capaz de hacer, por un beso

- Solo por uno?

- Así fuera solo por uno, vale la pena – dijo ella y le guiño un ojo-

Se sonrieron y se besaron tiernamente.

- Me voy a vestir, ya regreso. Si quieres comer algo solo revisa en la nevera y toma lo que quieras.

Como si fuera fácil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora