~ Dreams ~ [Harry Styles]

Capitulo 56:

Capitulo 56

Abriste los ojos lentamente, miraste el reloj, eran las 3 de la tarde ¿En qué momento habías dormido tanto? El dolor en los brazos y cabeza te recordó el problema con Niall, no querías ni levantarte de la cama, era extraño despertar en otra habitación, en la mesita de noche, había una nota y un vaso de chocolate caliente con unos panecillos, al parecer todo estaba recién hecho, porque seguía oliendo delicioso y estaba calientito, tomaste la nota, era de Mane

“Mi pequeño nomo, espero que cuando te levantes disfrutes la comida, por si cualquier cosa estamos abajo en el jardín, Niall no se ha levantado, tranquila, nadie se percató del incidente, pero Harry, ¡Dios mío! Creo que Harry sospecha algo, ha ido unas 20 veces a ver si estas despierta, queda a tu decisión el contarle o no ¿Qué no es hermoso? Se ha preocupado demasiado por ti, es más, fue él quien hizo todo, yo solo escribí la nota, dice que está muy preocupado, me senté un rato a hablar con él y le conté que yo sabía lo de los sueños, ya hay más confianza entre el futuro cuñado y yo, te quiero mucho, también es tu decisión lo que va a suceder con Niall, analiza muy bien las cosas. Atentamente: Manuela”

Te sentaste en la cama, comenzaste a comer, tenías bastante hambre, así que devoraste todo rápidamente, al terminar te acostaste nuevamente en la cama, ahora que lo notabas, tenías la misma ropa del día anterior, tocaron la puerta, tu corazón se aceleró ¿Y si era Niall? 

-¿Estas despierta? –Era la voz de Harry
-Si, pasa –Dijiste feliz de escucharlo

El entró en la habitación, cerró la puerta con seguro, como estabas acostada, se sentó a un lado de tu cuerpo 

-Eres una dormilona –Dijo y se acercó a ti para besarte
-No, solo que me acosté demasiado tarde –Él se acercó más a tus labios
-Si, todos nos acostamos bastante tarde –Sonrió pícaramente
-Si, pero yo me acosté más tarde que todos 
-¿Y por qué? –Dijo extrañado y los nervios se apoderaron de ti
-Mmm –Dejaste de hablar- Yo –Inventaste una excusa rápida- Me quedé organizando la casa 
-¿Si? Pero cuando me levanté, que fue bastante temprano, toda la casa estaba muy desorganizada –Dudó de tu respuesta
-Es que –Tragaste en seco- Yo, emm, si es que, yo estaba, si es que ¿Me hiciste el desayuno? Eres demasiado tierno –Acariciaste su rostro y evadiste el tema
-¿Si? –Levantó una ceja- ¿Organizando la casa o los pantalones de Niall? –Dijo y se notaba su enojo
-¡Oye! ¿Vas a comenzar de nuevo? –Dijiste subiendo tu tono
-Esta bien, si te preparé el desayuno, el desayuno almuerzo ¿Te gustó?
-Si, si me gustas, quiero decir si me gustó –Comenzaste a reír 
-Si tú también me gustas, quiero decir, que bien que te haya gustado –También comenzó a reír

Se acercó nuevamente a tus labios con una sonrisa picara, el corazón se te aceleró, esa poca distancia entre ustedes te emocionaba. Se siguió acercando hasta que besó tus labios y una inmensa alegría inundó tu ser, Harry te hacía olvidar de tus problemas, el era simplemente la pieza pierda en el rompecabezas de tu vida. Pero lastimosamente interrumpieron su momento de felicidad al tocar la puerta

-¿Quién es? –Preguntaste enfadada
-Soy yo –Respondió Mane del otro lado 
-¿Qué vienes a buscar? –Respondiste cantando
-A ti –Dijo ella
-Ya es tarde –Seguiste
-¿Por qué? –Dijo ella
-Porque ahora soy yo el que está con ella –Las interrumpió Harry y las dos soltaron la carcajada, Mane se adentró en la habitación 
-¿Qué estaban haciendo el par de tortolos? –Preguntó Mane
-Cositas raras –Gritaste divertida
-Que bien que ya estés feliz –Dijo muy impertinentemente Mane
-¿Es que cuando estuvo triste? –Preguntó Harry y miraste a Manuela con la peor mirada que antes pudiste haber dedicado a alguien
-No, Mane que es tonta, solo que anoche ella pensó que estaba triste pero no, estoy bien, estoy de maravilla –Fingiste una sonrisa
-Esta bien –Respondió él
-¡Harry! –Gritó Penélope desde el primer piso de la casa- ¿Puedes venir por favor? –Seguía gritando
-Ya bajo –Respondió Harry de igual manera, te dio un pequeño beso y se esfumó por el marco de la puerta
-¡Manuela Andújar Castillo! ¿Cómo se te ocurre? ¿Cómo se te ocurre? –Dijiste enojada
-Lo siento, lo siento, soy una tonta –Dijo preocupada
-Si, si lo eres –Comenzaste a reír al igual que ella- Pero no lo vuelvas a hacer, Harry no se puede enterar de nada ¿Entendido? 
-Esta bien –Respondió ella- Iré al baño, ya vuelvo

Mane se levantó de donde estaba sentada, se dirigió hasta la puerta, pero de repente la cerró bruscamente, estaba hablando con alguien, parecía nerviosa y tu también te anerviaste al descubrir que era Niall, le estaba preguntando por ti, ella dijo que no sabía nada, luego de un momento entró rápidamente a la habitación 

-¡Niall ya despertó! –Dijo alterada
-Si, eso noté –Intentaste parecer lo más tranquila posible aunque estabas que te arrancabas el cabello- Será mejor que hable con él, ¿Para donde dices que se fue? 
-Fue al primer piso, probablemente todos le dirán que estas aquí y luego vendrá a pegarme porque le dije mentiras –Comenzó a reír nerviosamente
-No seas tonta, ¡Ay Manuela! –Alargaste- ¡Cállese! –Dijiste bromeando
-Bueno, si quieres voy por él, lo traigo y me quedo aquí afuerita por si te va agarrar del cabello gritas y yo entro a salvarte, o si no te metes debajo de la cama, él por ahí no cabe, el trasero no le cabe, así que no tienes de que preocuparte –Comenzó a reírse a horcajadas al igual que tu 
-Ya –Seguía riendo- ¿Hasta a esto le sacas burla? Serias, seria, cálmate 

Respiraron profundo y dejaron de reírse, pero cometieron el gran error de volver a mirarse y otra vez comenzaron a reírse como un par de locas y en ese momento irrumpió Niall en la habitación, Mane y tú se miraron nerviosamente, ella se levantó lentamente de la cama y salió de la habitación.

Y ahí quedaron Niall y tu, frente a frente, sentías como si te rasgaran con una navaja el estomago, estabas demasiado nerviosa, no sabías que decir, que hacer, como actuar o que decidir, Niall te miró directamente a los ojos, se acercó lentamente hasta la cama, tú te sentaste, ya que estabas acostada, llegó hasta tu lado y se puso en cunclillas en el suelo. Acercó su mano a tu rostro, para acariciar tu mejilla, pero te alejaste de él, el agacho su cabeza y tu dirigiste tu mirada hacia otro lado. Todavía con la vista en el suelo, dijo

-Mira mi amor 
-No me digas mi amor –Dijiste siendo lo más fría posible

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