Capitulo 65

1.4K 56 19
                                    

Capitulo 65

Guardaste las llaves del auto en el bolso mientras caminaban hacia la heladería, luego se lo entregaste a Mane. Un hermoso muchacho, parado justo en la entrada de la heladería, no parecía que fuese a comprar algo y mucho menos que fuera uno de los empleados de allí, estaba recargado contra la entrada, con las manos en los bolsillos, vestido todo de negro, era bastante alto, para la pequeña estatura que ustedes poseían, tú con 1,68 y Mane con 1,64. Tenía cabello negro, unos profundos ojos mieles que te desnudaban, labios rojos y grandes, bastante provocativos para tu gusto, tenía una expresión inescrutable y cierta presencia ruda, cuando pasaron por su lado, las miró descaradamente, recorriendo cada centímetro de sus cuerpos, te sentiste bastante incómoda, notaste que Mane se sentía igual, agilizaron el paso y se sentaron en una de las últimas mesas del lugar, tú te sentaste enfrente de Mane, desde donde estabas podías ver perfectamente al desconocido que seguía mirándolas, intentaste parecer tranquila y hablarle a Mane como si nada estuviese sucediendo, lucía muy joven, unos 18 años más o menos

-Ese tipo por qué nos sigue mirando ¿Está loco o qué? –Le dijiste por lo bajo a Mane
-¿Nos sigue mirando? –Preguntó ella desconcertada
-Si y de una manera bastante retorcida 
-Que miedo, ¿Desde hace cuanto? –Preguntó tapándose la boca con las manos
-Mas o menos, déjame yo hago cálculos, no lo sé, como desde que llegamos
-¿Qué? ___(tn) Vámonos de aquí, esto no me está gustando –Volteó disimuladamente a mirar al tipo- Si, mejor vámonos –Dijo tomando el bolso
-¿Qué te pasa? No debemos demostrarle miedo, luego creerá que somos dos pequeñas indefensas, no le demos armas al enemigo, para algo hicimos un curso de tres años de Taekwondo, Hap Ki Do y defensa personal ¿No? –Dijiste rudamente
-Si, pero eso no lo demostraste cuando Ni… 
-Buenas tardes –Dijo una empleada irrumpiendo en su conversación- Bienvenidas a “Frozen Ice” –“Un poco redundante” pensaste y te contuviste de largarte a reír- Mi nombre es Amelia, ¿Qué desean? –Preguntó amablemente
-Amelia, buenas tardes, yo quiero un trozo de pastel de chocolate, con helado de vainilla, mandarina y fresa por encima, si tienes le echas salsa de arequipe y chocolate, Ah y un vaso de agua por favor –Dijo Mane
-Esta bien –Dijo Amelia mientras anotaba- Y usted señorita –Dijo mirándote
-Yo quiero una copa con dos de vainilla, una de arequipe y una de chocolate, con algunas fresas encima y salsa de arequipe y chocolate 
-Perfecto –Dijo Amelia terminando de escribir- Está bien –Las miró- En un momento les traemos su orden –Se retiró
-¿Qué me decías, perra? –Dijiste retomando la conversación con Mane
-Que esos tres años de clase no los demostraste cuando Niall casi te mata –Dijo sarcástica, mientras tu observabas como el tipo las seguía mirando
-No seas tonta, en ese momento mi mente se detuvo, además ¿Qué pretendías? Estaba que se caía de lo ebrio que estaba, le daba un golpe y lo mataba –Dijiste negando con la cabeza
-Con mayor razón, así te hubieses evitado tantos líos
-Ya no más con ese tema, por favor, no me recuerdes esos momentos, que suficiente tengo con esto –Dijiste medio levantando las manos y mostrándole a Mane las marcas
-¿Él te hizo eso? –Abrió sus ojos como platos
-Obviamente, ni modo que Harry 
-Es una bestia, un animal –Dijo subiendo su tono de voz
-No grites, mejor mira que hay nos traen nuestros helados –Dijiste mirando a la camarera que se acercaba con sus pedidos 
-Muchas gracias –Dijeron al tiempo luego de que ella los puso sobre la mesa y se retiró deseándoles un buen provecho

Comenzaron a comer, estaba delicioso, nunca te 
habías comido un helado tan espectacular en tu vida, lo comían lentamente, disfrutando de cada sensación que provocaba en su boca, te atragantaste con una fresa, Mane asustada te preguntó qué había sucedido y con los ojos le dijiste que voltease, al hacerlo también se atragantó, al ver que el desconocido se acercaba a su mesa, luego las dos se miraron desconcertadas, “Guarda la calma” le susurraste a Mane al ver que se estaba colocando de un tono tomate, ella respiró profundamente “Aquí no pasa nada, sigue comiendo, si algo sucede ya sabes cuales son mis señas para comenzar el plan HSM” y las dos agacharon sus cabezas y siguieron comiendo. Las señas eran guiñar el ojo derecho tres veces seguidas y el izquierdo una, aquel plan consistía básicamente en “Hacer Sentir Mal” Con cualquier cosa que aquella persona dijera ustedes dos soltaban la carcajada y comenzaban a ser bastante horribles con sus comentarios, casi siempre lo empleaban con hombres que no les gustaba y que querían que dejara de molestarlas o con hombres a los que no querían, cuando decían algo halagador, comenzaban a reír descontroladamente y a burlarse de su piropo.

-Buenas tardes señoritas, mi nombre es Mathew –Dijo apoyando sus manos a lado y lado de la mesa, Mane y tu se miraron, adoptaste tu lado perverso, levantaste lentamente la cabeza
-Mucho gusto –Dijiste con cierto aire de rudeza - ¿Qué te trae hacia nosotras? –Dijiste entrelazando tus manos y luego apoyando tu mentón en ellas, sin dejar de mirarlo, él sonrió pícaramente
-¿Puedo sentarme con ustedes? –Preguntó con un tono sensual, o al menos eso creía él que hacía, seducirlas
-Claro que si –Dijiste respondiéndole igual mientras corrías un poco tu silla, para que él se sentara a tu lado, pero por el contrario, se dirigió hasta el lado de Mane, esta levantó el bolso de la silla y él se sentó allí, notaste como recorría con la vista el bolso, él tipo aquel comenzaba a darte mala espina, Mane estaba muda, le faltaba lo que llamabas “Malicia indígena” 
-¿Cómo te llamas preciosa? –Le preguntó a Mane 
-Manuela –Dijo esta realmente nerviosa, mientras con los ojos le decías que se calmara un poco
-¿Y tú? –Dijo dirigiéndose a ti 
-___(tn) 
-Hermosos nombres, para un par de hermosas damas –Sonrió sensualmente y realizaste las señas, las dos soltaron la carcajada, él las miró extrañado
-Déjate de esas tonterías –Dijiste tomando compostura
-¿Tonterías? Pero si son dos hermosas damas, miren su belleza –Volvieron a reír salvajemente y él comenzó a desesperarse, se notaba en su expresión 
-Que materialista que eres –Dijo Mane al fin controlando sus nervios- ¿Acaso solo te interesa lo exterior? Pobre de la que se meta contigo –Él levantó una ceja y dijo ofendido
-Muchas morirían por eso –Volvieron a reír fuertemente
-¿Morirían? ¿Acaso son ciegas? Por favor, seamos realistas, solo mírate –Dijiste riendo 
-Tan pequeñas y tan groseras –Dijo mirándote despectivamente
-Definitivamente, ladrón juzga por su condición –Dijiste levantando la ceja como él lo había hecho anteriormente 
-Me harté de ustedes par de niñitas –Dijo levantándose lentamente de la silla
-¿Tú de nosotras? –Comenzaste a reír- Nosotras de ti, gracias al cielo ya te vas, se nos iba como derritiendo el helado –Comiste una cucharada de este
-Si, ahora tenemos espacio para el bolso –Dijo Mane colocando el bolso en el mismo lugar de antes
-Si, en mis brazos 

Dijo y tomó el bolso rápidamente y se echó a correr, Mane y tu se miraron indignadas, las demás personas que se encontraban en el local se levantaron de sus asientos asustados, las dos salieron corriendo en sincronía tras el ladrón, no sabía lo que le esperaba, salieron del local, lo vieron doblando la esquina, gracias al cielo en su colegio enfatizaban el correr en las clases de educación física, comenzaron a correr lo más rápido que podían y eso era bastante, lograron alcanzarlo cuando estaba doblando la otra esquina, al parecer planeaba dar la vuelta y volver por el auto, teniéndole a menos de un metro de distancia te le abalanzaste encima haciéndolo caer salvajemente contra el suelo, respondió con un grito de dolor, le diste un fuerte combazo en la nariz, uno de los puntos más débiles del ser humano, gritó dolorosamente, Mane tomó el bolso de sus manos, comenzó a revisar que todo estuviese, mientras él ladrón se recuperaba y te empujaba, quedando libre de ti y levantándose, se acercó a Mane, pero te levantaste rápidamente y le hiciste la llave Mataleón, pasaste tu mano derecha entre su cuello y cabeza, presionándolo con tu codo interno, luego con esa mano te tomaste el hombro izquierdo para hacer más presión, luego realizaste lo mismo con tu otra mano y comenzaste a apretarlo con muchísima fuerza, al parecer todo estaba en el bolso, Mane se lo puso, luego se levantó y le dio un salvaje puñetazo en la quijada, justo debajo del oído, cosa que lo desestabilizó inmediatamente y eso combinado con un golpe de gancho en la mandíbula y tu presionándolo en su cuello hizo que se fuese desvaneciendo lentamente.

Cuando el hombre ya se encontraba tirado en el suelo, la bocina de una patrulla se sintió y rápidamente un carro con 3 policías estaba estacionado enfrente de ustedes tres, bajaron del auto, la escena no las apoyaba en lo absoluto a ustedes

-Buenas tardes señoritas, ¿Nos pueden explicar que está sucediendo? ¿Qué hace ese hombre allí desmayado y con sangre? – Dijo uno regordete y calo, que tenía un bigote un poco marrón y era un poco más pequeño que ustedes. Hasta ese momento no habías notado que Mathew, si es que así se llamaba, tenía sangre

-Buenas tardes señor oficial –Dijeron al tiempo 
-Mire ese tipo que está ahí tirado en el suelo, quería robarnos, estábamos en la heladería que está aquí doblando la esquina, al llegar notamos que no nos quitaba la vista de encima, luego fue a hablarnos, desde el principio supimos que sus intensiones no eran buenas, así que hicimos que se fuera burlándonos de cada cosa que decía, pero al levantarse de la silla, tomó el bolso rápidamente –Mane le enseñó el bolso al oficial- Obviamente no íbamos a permitir que nos robara, lo perseguimos hasta aquí, las dos estuvimos en clases de defensa personal, así que implementamos unos cuantos trucos para desestabilizarlo y quitarle el bolso y luego otros para que se desmayara –Dijiste lo más seria posible
-Entiendo ¿Me permiten el bolso? –Dijo otro de ellos, uno alto y robusto, con cabello dorado, Mane se lo entregó, comenzó a revisar cosa por cosa- Si, al parecer el bolso si es de las señoritas, en sus celulares solo hay fotos de ellas y en la billetera tienen sus documentos, por cierto, son menores de edad 
-¿Menores de edad? –Dijo el tercero, el más alto de todos y al parecer el más joven, de cabello negro y barba- ¿Qué hacemos con ellas? –Miró a los otros- Persiguen a un hombre, luego lo golpean, luego lo dejan inconsciente, solo porque les robó el bolso ¿Qué era lo más valioso que tenían allí, el rímel? ¿Por qué no nos llamaron? Son un par de niñitas, ustedes no se podían encargar de esto –Dijo burlándose y mucha más ira te dio 
-¿Qué por qué no los llamamos? –Soltaste una carcajada sarcástica- ¿Acaso ustedes llegan cuando se les necesita? Vienen tres horas después cuando el ladrón ya se largó con todo, ustedes no sirven para absolutamente nada, por eso no los llamamos, porque primero muerta antes de poner mis problemas en sus manos ¿Para qué? Para que nunca los resuelvan, ni siquiera sé por qué son policías, si son tan incompetentes, usted que va a saber de lo que yo tenía en mi bolso, puedo ser multimillonaria y usted diciendo esas babosadas, está muy viejo para actuar como un mocoso, llego a ser más madura yo que usted, les damos en bandeja de plata a un criminal más y nos dicen que no debimos haberlo hecho, entonces discúlpennos por haberlo echo –Comenzaste a gritar, mientras los colores se te subían al rostro- No, miento ¿Pedirle disculpas a usted? A un hombre como usted, si es que así se le puede llamar, nunca, a nosotras nos respeta, ¿Qué le sucede? ¿Acaso su madre no le enseñó a tratar a una mujer? Deje la estupidez para otro día y devuélvame esto –Le arrebataste bruscamente el bolso y se lo pasaste a Mane quien lo recibió con sus manos temblorosas- Y si lo golpeamos y lo dejamos inconsciente, pero al menos tenemos más guevos que ustedes, teniendo en cuenta que somos mujeres, porque le aseguró que usted nunca sería capaz de pegarle a un ladrón, porque en la cara se le nota lo cobarde que es, por policías como usted es que este país está como está, porque un robo de “un simple bolso” como usted lo llama, no significa nada, a lo mejor usted es ladrón en sus horas de ocio, porque cara retorcida si tiene, entonces deje de menospreciar a los demás, ¿Ustedes dos cómo se lo aguantan? –Miraste a los otros dos compañeros- Espero nunca más en la vida encontrarme con usted de nuevo y se lo aseguró que haré hasta lo imposible para que todos se enteren de esto, sus días como policía están contados
-Señorita cálmese un poco por favor –Intervino uno de los compañeros- Nosotros somos la autoridad, por favor respete un poco
-¿Qué respete? –Seguiste gritando con más intensidad- Si este tipo no me respeta, yo no lo respetaré, ustedes dos si son mi autoridad –Los señalaste- Pero este –Miraste al policía- No lo es y nunca lo será, porque lo que está ejerciendo es autoritarismo, que respete él, uno siendo víctima y sale siendo el victimario, me cansé de discutir con ustedes, me largó y ustedes verán que hacen con ese maldito ladrón, dentro de poco se despertará –Volteaste y tomaste a Mane del brazo
-Devuélvase inmediatamente –Gritó el policía la que estabas insultando- La arrestaré por irrespeto a la autoridad
-Usted a mi no me da órdenes -Comenzaste a decir muy alterada- Y usted aquí no es autoridad, no sea ridículo, ¿Acaso el coeficiente intelectual no le da para más? ¿Arrestarme usted a mí? ¿No se da cuenta que soy menor de edad? No lo puede hacer, se yo más de las reglas que usted y supuestamente estudió para esto, piense un poco, ponga en funcionamiento el cerebro antes de poner en movimiento la lengua, ¿Qué tal la desfachatez? Lárguese a la mismísima mierda 

Volteaste y agarraste a Mane de nuevo, mientras que los tres policías quedaban estupefactos, anonadados y hasta paralizados por la forma en que los habías tratado, comenzaste a caminar rápidamente, así como cuando uno camina bastante enojado, ella te seguía el ritmo, pero estaba muda, también había quedado aterrada ante tu reacción, llegaron de nuevo a la heladería y el color rojo en tu cara ya había desaparecido, pagaron los helados, se montaron al auto, lo encendiste y lo echaste a andar, por un segundo Mane y tu se miraron y al tiempo comenzaron a reír descontroladamente, las lagrimas les salían, pero de la risa

-Todavía lo recuerdo y siento que fue mentira –Dijo Mane entre carcajadas- Nuca creí que fueses capaz de eso 
-Créeme que yo tampoco –Dijiste mientras seguían riendo

~ Dreams ~ [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora