CAPITULO 2:
El Doctor Fitz coge aire y empieza a hablar.
-Ashley Rose, nacida el veintinueve de Octubre de mil novecientos noventa y nueve, así que tienes 21 años, en Canterbury, Inglaterra. Tus padres se llaman Josh y Mary. No tienes hermanos ni hermanas. Os mudasteis a Londres cuando tenías 9 años y tú acabaste de crecer allí. Trabajabas en un Starbucks, hasta que tuviste el accidente, claro. Y querías estudiar periodismo, aunque bueno... no pudiste. Hasta hoy.
Se levanta, con una enorme sonrisa y cerrando la carpeta.
-¿Eso es todo? –Replico yo.
Me imaginaba que me diera... no sé, un poco más de información, tal vez. ¿Espera que ahora me quede de brazos cruzados? ¿Era maja, simpática? ¿Tenía muchos amigos? ¿Novio?
-Vamos, Ashley. Esto es lo único que pone aquí, tus padres no tardarán en llegar, y cuando te demos el alta esta tarde y te vayas, puedes preguntarles todo lo que quieras.
-¿Me vais a dejar sola con unos desconocidos? -Digo subiendo sin querer un poco el tono.
-Es que... -Se dirige hacia la puerta. –No son desconocidos, son tus padres. –Se va.
Genial. ¿Qué he de hacer ahora? ¿Investigar sobre mí misma? ¿Conocerme? Menuda tontería, mis primeros minutos aquí y ya están siendo los peores. Mejor no pensar en lo que me queda por delante... definitivamente, por alguna razón, tenía que empezar de cero con mi vida. ¿Por qué a mí? Seguro que todo en mi vida iba bien, supongo, espero...
Alguien llama a la puerta, pero no puedo abrir, sigo conectada al suero y la máquina del pitido.
-Pasa. –Murmuré, aunque sonando poco convencida.
Donna viene con una bolsa con un logo en ella. 'Zara'. La abre y me da ropa. Un jersey de cuello redondo, en color crema, junto a unos jeans pitillos.
-Intenta levantarte, Ashley. –Le hago caso, me giro y dejo las piernas colgando.
-Así está bien. Ahora te voy a quitar todo esto y ya te podrás vestir.
Me quedo en silencio y le tiendo el brazo. No voy a mirar. Me asquea la idea de que me saque una aguja y ver que pueda salirme sangre.
-Ya está, voy a esperar a tus padres y los acompañaré aquí en cuanto lleguen. Te dejo para que te vistas. –Con una sonrisa piadosa se va y cierra la puerta.
Me miro el brazo, tengo una marca, pero por suerte no me duele demasiado, solo un incómodo escozor. Bajo de la cama con cuidado y me pongo los vaqueros, acto seguido me desabrocho la bata y me pongo el jersey. Vuelvo a sentarme en la cama y me abrocho los zapatos, unos botines marrones. Espero sentada y miro de nuevo alrededor de la habitación. La máquina está apagada, supongo que se siente bien el no estar atada a ella.
Poco después, Donna entra acompañada de la mujer y el hombre que el Doctor Fitz me había enseñado minutos antes en la foto. Solo que están... ¿llorando? Intento sonreír amablemente, para parecer que soy yo. Suena tan raro todo esto. Algo me dice que los próximos meses van a ser de lo más complicado.
-Les dejo a solas. –Dice Donna, cerrando de nuevo la puerta tras de sí.
-Oh hija... -La mujer se acerca, Mary. Y se me hecha a los brazos. Le devuelvo el abrazo y miro a Josh incómoda. –Me duele tanto que no nos recuerdes... pero que estés despierta lo cambia todo. Te hemos echado mucho de menos.
No tengo nada que responder. No sé qué decirle... Después de un incómodo silencio Josh se acerca a mí.
-Vamos a volver a empezar con esto. –Le toca la espalda a Mary, como queriendo decirle que se tranquilice, paso a paso. –Yo soy tu padre. –Sonríe.
Aunque Josh está intentando aguantar, puedo comprobar que también tiene los ojos llorosos.
Voy a abrir la boca cuando la puerta se abre de nuevo, y un atractivo chico aparece, con el pelo alborotado y un tanto agobiado.
-Dios, siento llegar tarde. –Dice con la voz grave. Tiene los ojos claros y el pelo bastante oscuro, casi negro. Lleva una camiseta deportiva y unos pantalones cortos azul eléctrico.
-Pasa, cielo. –Le dice Mary.
Se acerca a mí y me mira con cautela.
-¿Quién eres? –Le pregunto.
Confuso, gira la cabeza hacia la derecha, buscando la mirada de "mi madre".
-Lo ha olvidado... todo. –Esta vez es Josh el que le habla.
-Soy tu novio. –Sonríe.
-Ah... -Bajo la cabeza. Así que sí que tengo novio... y es muy guapo.
-Ashley cariño, vamos a recoger tus cosas para irnos.
Y entonces, tras escuchar eso de la boca de mi madre, me entra el miedo. Ellos se van y otra vez me dejan sola con el desconocido, con el que dice ser mi novio. Parece de mi edad y he de admitir es extremadamente atractivo. Una vez salen cierran la puerta, el chico se sienta a mi lado y me coge la mano.
-Ashley... yo... no quiero que recuerdes nada de lo que hemos pasado. Quiero que lo vuelvas a vivir. –Al agarrarme la mano, un fugaz pensamiento de que iba a sentir algo rondaba por mi cabeza, pero era todo lo contrario, simplemente sentí el contacto, ni un escalofrío, ni calor, ni me puse nerviosa. Nada. Cero sentimientos, obviamente, porque están olvidados
-¿Cómo te llamas? –No estoy muy segura de si quiero 'vivir' cosas con él. Al fin y al cabo ahora no le conozco, y creo que debería entender que quiera mi tiempo para adaptarme de nuevo a todo, sin novios, por guapo que sea.
Desde donde estoy, puedo oler su perfume, aunque haya estado corriendo, aún es fuerte.
Espero paciente a su respuesta, mientras le suelto la mano, me incomoda un poco que la siga teniendo encima de la mía. Si vamos a empezar de cero, será realmente de cero.
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Secrets {harry styles}
FanfictionDespertar después de pasar unos meses en coma no es muy agradable que digamos. Ashley ha de esforzarse con todo lo que la rodea, ya que no recuerda absolutamente nada de su vida anterior al hospital. Sus padres y su pareja intentan ayudarla en todo...