Nathaniel

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El cuerpo, y literalmente cuerpo porque realmente parecía que le habían quitado hasta el alma, de Nathaniel permanecía tendido en el suelo con varias heridas bastante profundas y la ropa toda sucia y arañada. Me arrodillé ante su cuerpo tocando su cara para ver si reaccionaba.
-Nathaniel...¡Nathaniel! ¡Nath! Hey, despierta Nathan¡Nathaniel joder!-lo moví despacio varias veces sin éxito y llamé a Jared pidiéndole que llamase a nuestro colega que era médico.
Al cabo de unos minutos Alan y Jared aparecieron en coche y me ayudaron a subir a Nathaniel al apartamento y dejarlo en la cama. Rato después apareció un chico de unos años mayor que nosotros con un maletín y una gran caja donde parecía tener el material para curar a nuestro amigo.
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Unos brazos me agitaron suavemente mientras decían mi nombre.
Abrí los ojos lentamente para ver que era la una de la madrugada. Jared me dijo que se marchaban, que el doctor se había ido hacía media hora y que ellos se marchaban a descansar, que estarían aquí por la mañana para ver que tal estaba y que si necesitaba algo los llamase.
Me adentré en el cuarto para ver a Nathan metido en la cama tapado hasta el cuello con las sábanas con la cara vendada.
Peter.
Ese cabrón se había atrevido a tocar a a Nath. No sabia con quién se estaba metiendo.
Poco a poco la oscuridad se hacía más presente en mis ojos y me quedé dormida en el suelo con la cabeza apoyada en el colchón, con una mano agarrada a la de la única persona en la que confiaba.
*
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NARRA ADAM:

Estaba sentado en la habitación mirando por la ventana. No conseguía centrarme en mis estudios. Esa chica me había besado así como quien le apetece comer y come.
No es normal, esa chica tenía algún tipo de problema, incluso me había hecho discutir con Alice, con quien no había discutido en mi vida.
Alice decía que debía haberla parado y que no debía ser tan idiota y dejar que ella me manejase pero esos labios se sentían tan bien...Su mejilla era tan suave...quería seguir besándola.
Decidí olvidarlo, no volvería a pasar, no cuando ella tenía a más chicos.
Salí para ver a mi padre pasar hacia la habitación sonriendo de lado.
No me daba buena espina. Me dirigí al bar donde trabajaba Alice para buscarla pero no estaba allí. Le pregunté a un chico que creo que la conocía y me indicó su dirección.
Busqué con la mirada alguna entrada pero hasta después de diez largos minutos encontré una pequeña puerta y di un par de golpes secos, esperando a que alguien abriese la puerta.
Narra Alex:
Oí unos leves golpes en la puerta y me levanté para abrirla. Cuando lo hice, ese chico con el pelo algo desordenado y con el cuerpo agitado, imagino que de correr, apareció delante de mis ojos.
-¿Qué haces aquí?
-Lo siento,¿Te he despertado? -miré el reloj en la pared que marcaba las tres y media de la madrugada.- Sí, pero no pasa nada. Adelante - me hice a un lado para dejarle pasar.
-¿Cómo está?
Sabía a que se refería, el también se había dado cuenta.
-Está dormido, hace un par de horas que se fue el que lo atendió.
Asintió mirándome conmovido.
-No hace falta que nos tengas pena, preocúpate de lo tuyo y yo de lo mío - Saqué un cigarro de la cajetilla y lo encendí, aspirando el humo despacio.
-No yo...yo...
Lo miré. Parecía preocupado.
-Deberías irte de allí con tu madre, si seguís así las cosas acabarán mal.
-Sí...
De repente sonó un gruñido. Me levanté rápido y aceleré hacia la habitación donde Nathaniel se quejaba.
Tomé su mano acariciándola despacio y susurrando que se calmara. Poco después se tranquilizó y la paz volvió a su cara.
Salí de la habitación y ví a Adam mirando una foto en la que salíamos Nathaniel y yo de pequeños.
-Nos conocemos desde críos.
-Pero esto no es una casa...es como una institución...¿Acaso vosotros...
Tomé la foto de sus manos y la guardé en el cajón. El me miró sorprendido negando con la cabeza.
-Está bien, si no quieres hablar de ello no lo haremos.
Se sentó a mi lado en el sofá mientras yo miraba por la ventana. Este día se me estaba haciendo muy largo...



Desperté tumbada encima de unas piernas encima del sofá, cuando abrí los ojos y me giré, ví a Adam dormido en el sofá y mi cabeza en su regazo.
-Despierta pringado.
El chico abrió lentamente los ojos mientras yo me incorporaba en el sofá. Me levanté hacia la habitación mirando como estaba Nathaniel, dormía tranquilo por lo que cerré la puerta y me dirigí a la cocina a desayunar.
El chico estaba recogiendo su abrigo por lo que deduje que se marchaba.
-¿Puedes quedarte a desayunar sabes?
El negó con la cabeza.
-No quiero que mi madre se preocupe. Abrió la puerta y se marchó.
No sé que le ocurría, anoche viene con toda la emoción y hoy se marcha así. Me encogí de hombros para mí misma y desayuné tranquilamente en la cocina.
Al rato oí una voz que provenía de la habitación de Nath.
Entré y lo vi con los ojos abiertos mirando desconcertado la habitación.
Me acerqué a él despacio mirándole preocupada.
-¿Cómo te sientes Nath?-me agaché a su lado tomando su mano.
-Shh... estoy bien pequeña Alex...no te preocupes y sobretodo, no llores por esto...
Su mano se deslizó por mi mejilla quitándome una traicionera lágrima.
-No estoy llorando, imbécil
Me abrazó y lo correspondí besando su frente.
Más tarde, Thiago, el novio de Nathaniel, vino a visitarlo.
También se unieron Alan y Jared y pasamos un buen rato todos juntos.
Esto era lo único que tenía. Cuatro personas que me rodeaban y una en la que realmente confiaba. Nathaniel.
*En el multimedia Thiago*

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