Fiesta y un te quiero.

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Desperté de nuevo en la cama del apartamento y miré la hora.
-Adam despierta, tenemos que volver.
Se removió en la cama suspirando. Intenté levantarme pero sus brazos me detuvieron.
-cinco minutos más...
Reí mientras me abrazaba. Cedí ante el chantaje y me quedé los cinco minutos entre sus brazos. Nos levantamos y organizamos el poco equipaje que teníamos. Dejamos el apartamento lo más decente posible y dejamos las llaves al conserje de los apartamentos. Tomamos rumbo de nuevo a la ciudad algo cansados, y yo, con una resaca del quince.
La hora y media del viaje Adam la pasó dormido y yo, evidentemente, conduciendo.
Me daba pena despertarlo pero habíamos llegado a su casa y su madre me odiaría si no le dejaba los pocos meses que le quedaban aquí con él.
Lo agité suavemente obteniendo un gruñido como respuesta.
-Adam hemos llegado.
Sus ojos se abrieron lentamente e inspeccionaron su alrededor.
-¿Ya?
Asentí con la cabeza levemente y el se estiró en el asiento, haciendo que sus músculos, no muy trabajados, pero lo suficiente, se marcasen.
-Alex...
-¿Sí?
-¿ Podemos vernos mañana?
La pregunta me pilló por sorpresa. Abrí mis ojos anonadada y asentí con la cabeza. El sonrió en respuesta y besó mi mejilla antes de salir del coche. Tomó sus cosas y se metió en su casa, dejándome sola y aún en shock.
Conduje hacia mi "casa". De nuevo, sola.



-Todo el fin de semana, todo.
-Lo siento Alan.
- Ni un mensaje, nada. Ahora no debería contarte nada de mi vida.
-Te estoy diciendo que...-el sonido de un teléfono, el mio concretamente, nos interrumpió.
Al ver el nombre en la pantalla me extrañé.
-¿Qué ocurre Adam?
- acaban de decirme que el sábado habrá una fiesta en casa de un amigo y que invitase a más gente así que...
-Lo he entendido. El alma más poderosa de una fiesta irá con sus colegas.
-Genial.
-¿Solo eso?
-Bueno si...yo...esto...te quiero...
Esas palabras otra vez. Nunca jamás nadie me las había pronunciado con tanta sinceridad. Nunca nada había sonado tan bien como esas dos palabras. Nada parecido había pasado por mi mente hasta el momento y ni una pizca del amor que sentía. Nada. Él se había llevado mi corazón, y era su dueño, y sabía que era así.
-Yo también te quiero Adam.
Lo imaginé sonriendo y eso hice yo, sonreír, tal y como a él le gustaba. Alan me miró con los ojos como platos.
-Vale...asumiré que te hemos perdido.
-Eso nunca pedazo de marica. El sábado tenemos fiesta.
Asintió no muy convencido, sabiendo que era un auténtico terremoto.
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-¿Burdeos, blanca o negra?
-¿Qué pantalones?
-Los vaqueros oscuros ajustados y las Converse blancas.
-Entonces el top negro.
-Gracias Jared - reí mientras me cambiaba de ropa, con Jared sentado en la cama y mirándome aburrido. Estábamos, más bien yo estaba y Jared esperaba, preparándonos para la fiesta de esta noche, sábado, en la casa de compañero de Adam.
Cuando terminé,  después de una larga e interminable media hora para Jared, nos montamos en su coche y pusimos rumbo a esa casa.
Nada más llegar un escalofrío de felicidad recorrió mi cuerpo al ver la escena. Gente tanto fuera como dentro de la casa bebiendo descontroladamente y bailando. Pasándolo bien sin importar el resto. Nos juntamos con Alan y Carly(que misteriosamente habían aparecido juntos) y nos dirigimos al interior de la casa para buscar a Adam. Todos estos adolescentes encerrados en una casa tres veces más grande que la mía parecían estar en un estado de éxtasis bastante alto, cosa que disfrutaba. Tomé un vaso que estaba en una barra improvisada y le pedí al camarero que me sirviese un whisky con hielo. El chico se fue y volvió segundos después con mi bebida. Inspeccioné el interior esperando no tener ningún tipo de sustancia. Antes de que mi cuerpo reaccionase.
Al ver que no contenía nada di un largo trago y decidí buscar a mi pequeño hombre.
Les indiqué a mis amigos que aquí se separaba nuestro camino y comencé la búsqueda.
Choqué con varias personas hasta divisar un cuerpo entre la multitud conocido. Se movía de un lado a otro al ritmo de la música lo que me hizo mirarle con ojos lobunos.
Me acerqué a él y agarré su hombro despacio. El se giró confundido y al verme su rostro se iluminó con una gran sonrisa y un abrazo de su parte, demasiado efusivo para mi gusto.
Vi sus mejillas sonrosadas y el brillo en sus ojos y sonreí depositando un beso en su mejilla.
-Ven, te presentaré a mis amigos.- sus manos tomaron las mías y me acercó a un grupo de niñatos de su edad o quizá menos- Ellos son Nick, Brad y...Albert...y aquel es mi amigo de la infancia Danny.
Sonreí en modo de saludo y todos me sonrieron en respuesta.
Adam tomó de nuevo mis manos y se acercó a mi oído para hablarme por encima de la música.
-Bailemos- asentí divertida y dejé que me llevase con él. 
Fuimos hacia el centro de todas las personas que había y Adam comenzó a moverse de una forma muy atrevida cerca de mí. Reí siguiéndole mientras mis manos agarraban otro vaso con una bebida desconocida pero suficiente para mi.
Adam tenía un vaso en sus manos también y se le veía más contento que de costumbre. Le dejé beber otro poco para ver como se desarrollaba la situación. Unas horas después estaba aún más eufórico, lo que me causaba risa hasta que vi que las chicas, también afectadas por el alcohol se acercaban cada vez más a él, provocando una ola de ira en mi interior. Pero evidentemente, no podrían competir conmigo. Tomé a Adam del cuello y lo pegué completamente a mí, bailando lo más cerca posible, piel con piel.
Sentí como el mundo a mi alrededor dejaba de existir y la temperatura subía y subía. Sabía que el se encontraba en el mismo estado que yo, ya que estaba borracho aunque no me lo reconocía.
-Adam,¿ como te encuentras?
-Poorr dézzzima vezzz Alexxandra esssgoy perfectamentee. -reí ante su respuesta y él seguía a lo suyo completamente. Le obligué a mirarme a los ojos y él sonrió ampliamente. Sus manos tomaron mi rostro y comenzó a besarme pasionalmente. Sus manos tomaron mi cuerpo pegándolo al suyo.
-Adam...-susurré en sus labios, lo que provocó un sonoro suspiro de su parte. Tomó mis manos sin previo aviso y me llevó escaleras arriba. Abrió varias puertas hasta que entró en una de las habitaciones y cerró con pestillo después de hacerme pasar.
Confusa me giré para encararle pero no me dió ni tiempo a reprochar nada cuando ya tenía sus labios sobre los míos.
-Has venido muy provocativa hoy Alex...-rozó mi zona abdominal con sus dedos en una suave caricia haciéndome suspirar.
-Me gusta mucho esa camiseta- y no mentía. Jugué con el borde de su camiseta negra ajustada al cuerpo.
-Qué pena que vaya a desaparecer...-mordió mi ombligo lo que hizo que soltase un pequeño grito y una risa traviesa por su parte.
Retiró mi top con lentitud y desabrochó mi sujetador sin ningún pudor. Besó mi cuello mordiéndolo salvajemente.
-Si-Sigue...-¡¿QUÉ ACABABA DE DECIR?! Mi voz había salido aguda y temblorosa, no podía creer que yo hubiese suplicado más.
-Claro que sí nena...
¡¿NENA?!  Quién era este chico y donde estaba mi tímido Adam. Pero debo reconocer que me estaba encantando.
Me deshice de su camiseta mientras el exploraba mi cuerpo con sus labios. Tiré de su cuello atrayéndolo hacia mi y besando sus labios de manera desesperada. Tiré de su, ahora hinchado, labio inferior con ganas. Gimió en respuesta y apretó mi cadera con sus manos.
-Adam...-suspiré cada vez más excitada con este juego y él llevó mis manos a su pantalón, haciéndome notar su erección. Jadeé  desabrochando su botón lentamente, maltratándolo. Gruñó en el momento en el que me deshice de sus bóxers y el siguió mordiendo mi cuerpo, quitando mis vaqueros y mi tanga, sí, llevaba un tanga.
Sus manos se apoderaron de mis piernas y me apegó a su cuerpo de una manera rápida, entrando en mí de un golpe. Sus movimientos eran decididos y rápidos, bajaba su cabeza para besarme y morder mi cuerpo como malamente podía. Terminó por correrse soltando un gran y sonoro gemido. Se tumbó en la cama donde habíamos estado durante este rato y me miró con los ojos oscuros.
-¿Qué ocurre Adam?
-Quiero más Alex - besó de nuevo mis labios con impaciencia y me colocó encima suyo.
-Adam pero...
-Shh- posó un dedo sobre mis labios y recorrió el contorno de estos con sus pulgares- Solo si tu quieres...
Fue lo único que necesité para hacerlo entrar en mí de nuevo y hacerlo gemir una vez más.
-Joder Alex...-Gimió mi nombre moviendo sus caderas, haciéndome enloquecer. Siguió apretando mis caderas, dirigiendo mis movimientos. El no paró de moverse y me estaba volviendo loca con sus movimientos. Clavé mis uñas en su pecho con fuerza y el gimió en respuesta. Me moví aún más rápido y el hizo lo mismo para volver a precipitarnos juntos, otra vez. Caí sobre su cuerpo desnudo, completamente agotados y besé suavemente sus labios.
-Alexandra...eres lo mejor de mi vida...
Sonreí antes de quedarme dormida en sus brazos, olvidando que no estaba en mi casa,ni en la suya.
(...)
Desperté con un terrible dolor de cabeza, mire el reloj, las seis de la mañana, me recosté de nuevo sobre Adam, quien dormía plácidamente, hasta que caí en la cuenta.
-Oh, santa mierda... Adam despierta- lo moví suavemente pero al ver que no reaccionaba lo moví con más fuerza-¡ Adam despierta hostia!
Despertó de golpe y nada más incorporarse se tocó la sien con fuerza.
-Joder que mierda...
-Vamos vístete, nos vamos a casa.
Confundido miró a todos lados y cuando se dió cuenta se levantó de un golpe y comenzó a vestirse rápidamente mientras yo lo hacía también.
-Explícame qué ha pasado.
-Te lo cuento en el coche, vamos. Salimos de puntillas de la habitación y bajamos lo más sigiloso posible.
Salí de la casa y busqué el coche con la mirada. Mierda. Había venido con Jared y el muy imbécil no estaba.
-Ven, iremos a pie.
El suspiró frustrado y caminó a mi lado.
-¿ Entonces?
-Entonces te emborrachaste como un cosaco y estuviste de una forma bastante...abierta...hablabas con todo el mundo, bailabas como si no hubiera mañana, follabas como un tigre...
-¡Espera, para! - podía ver el rubor en sus mejillas- ¿ Me viste así? Oh dios que vergüenza...
-Tranquilo, me gusta, te emborracharé más a menudo. Me encantó estar contigo ayer.
El miraba para otro lado pero sabía que estaba sonrojado por todo, aunque sé que se lo pasó bien.
-¿ Cuando otra fiesta de tus amigos?- nos miramos y ambos reímos mientras caminábamos, de la mano, hacia un lugar para desayunar.

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