Narra Adam:
-No sé Alice, yo creo que no deberías exigirte tanto.
-Déjalo Adam, no me ayudas así.
Siguió su camino dejándome atrás. Ella creía que debía tener un 8 de media y no se daba cuenta de que no se la daba bien estudiar. Quizá debía buscar otro método de estudio o echarle más horas...pero se negaba a escucharme.
Aún estaba medio peleada conmigo, por que decía que desde que conocí a Alex no le hacía caso a ella y ni siquiera me preocupaba, aunque eso era mentira, ya que la que no me cogía el teléfono era ella, la que me evitaba era ella y la que no me contaba las cosas era ella.
La verdad era que Alex me tenía muy confuso...por un lado había matado a mi padre pero por otro...me atraía, y yo no quería eso.
Sabía que ella no era buena para mí.
No lo es Adam, ella está en otro nivel, en otro mundo distinto.
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Y ahí estaba yo de nuevo, en ese bar donde Alice trabajaba y donde yo pasaba tomándome copas tranquilamente solo por el hecho de poder verla.
Había días que no aparecía pero veía a sus amigos en la barra bebiendo como si no hubiera mañana.
Hoy sí apareció. Estaba en la barra con sus amigos borracha como una cuba.
Vino tambaleándose hasta mi mesa y me miró seductoramente.
-¿Bailas?
Me levanté despacio y ella tomó mi mano llevándome hacia la pista, o lo que fuese.
Ella giró sobre sus talones y pegó su espalda a mi pecho sin dejar de restregar sus nalgas sobre mí. Mordí mi labio inferior al sentirlo, esto no estaba bien, no lo estaba...pero me encantaba como ella se movía sin vergüenza, como si solo estuviese ella y yo.
Pero eso duró poco, ya que un chico se acercó poco a poco hacia donde estábamos y ella se movió entre los dos.
La ira creció dentro de mi mientras ella se movía entre ambos. Alex estaba conmigo. Sólo conmigo.
La agarré del brazo y la atraje hacia mí, posando mis manos en su trasero, manoseándolo y besando rudamente sus labios. Ella al principio parecía sorprendida, pero luego disfrutó de mí tacto, envolviendo sus brazos en mi cuello.
Jugueteó con mi lengua de una manera provocativa y sensual.
Joder, me estaba costando contenerme. Ahora mismo quería llevarla a cualquier lado, donde sólo estuviésemos ella y yo y hacerla mía hasta que ambos no pudiésemos más.
Se separó un poco de mí, dejando un vacío en mí mientras me miraba provocativamente.
-Vaya, eso sí que ha sido una sorpresa - rió mirándome a lo que yo asentí.
-Vamos, te llevaré a casa- la tomé de la muñeca y la llevé al coche, donde delicadamente la dejé en el asiento del copiloto y seguidamente , me metí yo para llevarla a su casa.
En el trayecto ella se quedó dormida por lo que me tocó buscar sus llaves en sus bolsillos y abrir la puerta. La cogí en brazos y la llevé hasta su cama, dejándola con cuidado sobre esta.
-uhm...-La miré mientras ella gruñía- no te... vayas ...Adam...Nath no...vendrá hoy...no quiero... estar sola...-me agarró del brazo aún suspirando medio dormida, me senté a su lado acariciando su pelo delicadamente a lo que ella respondió con una sonrisa, y un tirón de mí brazo para tumbarme del todo en la cama y abrazarme como si de un oso de peluche se tratase.
Poco a poco su respiración se ralentizó hasta que sentí que se había quedado completamente dormida. Intenté levantarme pero parecía el increíble Hulk, ya que no podía ni moverme.
Decidido, hoy me tocaría dormir aquí.
Así poco a poco me fui quedando dormido yo también, sintiendo su respiración junto con su cabeza, en mi nuca.Desperté con un ruido que provenía de una sala cercana. Cuando abrí los ojos me di cuenta de que no estaba en mi cama, ni en mi habitación, ni en mi casa. Entonces recordé que la había traído a su casa, y que había dormido con ella. Le mandé un mensaje a mi madre para que no se preocupase y me levanté despacio de la cama. Recorrí el corto pasillo con lentitud y llegué hasta el salón, miré hacia los lados observando de dónde salía ese ruido. Entré en la pequeña cocina encontrándome con esa fina chica, con una única camiseta blanca que la cubría únicamente los muslos, mientras hacía unas tostadas, moviéndose de un lado para otro con esas delgadas y bronceadas piernas y ese pelo grisáceo alborotado. Estaba tan guapa, parecía de película...
Al oírme sentar en una silla se giró dándome la cara.
-Buenos días - dije sonriendo.
-Buenos días- respondió ella con media sonrisa.
Puso una tostada en mi lado y otra para ella.
Comimos en silencio, algo incómodo, pero no podía decir nada, las palabras no salían de mí boca.
Cuando terminamos recogimos la mesa, que por cierto, era diminuta.
Llevaba tiempo queriendo decírselo, así que respiré profundo y me atreví a intentar preguntarle.
-Sobre lo de ayer...
-Ah sí, muchas gracias por traerme a casa y cuidar de mí, cuando quieras te invito a una copa.
Asentí nervioso.
-Yo me voy a casa...no quiero molestar y a mi madre no le gusta estar sola.
Asintió mirándome con cierta ternura. Me acompañó hasta la puerta y me despidió allí. Me subí en el coche y me marché hacia casa donde mi madre se encontraba haciendo la comida.
Estaba superando lo de mi padre y eso me alegraba, adoraba ver como mi madre el soltaba volviendo a vivir poco a poco.
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Dangerous
RandomLa ví y temí por mi vida.Esa mujer me daba miedo. Y qué podía hacer yo si era un saco de problemas. Era tan torpe.... -Vamos imbécil,muévete. ******* -¡No puedo dejarte tirado!¡Prometí protegerte! ¡Vamos!¡Me pillarán y me encerrarán si no nos dam...