viaje

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Narra Adam:
Estaba metiendo la ropa en la maleta para marcharme con Alexandra. Había sido una decisión un poco egoísta pero la verdad que quería hacerlo y así iba a ser. Me dí una ducha rápida y me vestí. Efectivamente tardó una hora y ya estaba llamando a mi timbre. Me despedí de mi madre y salí de casa. Guardé la maleta en la parte trasera del coche y me introduje como copiloto.
Ella tenía la cara neutra y llevaba unas gafas de sol que se balanceaban en su cara cuando movía su cabeza al ritmo de la música.
Arrancó el coche y tomó rumbo hacia donde ella decía que me llevaría. No quería hacer preguntas, prefería una sorpresa.
El trayecto pasó rápido entre risas, carcajadas, bromas y música.
Cuando llegamos aún era pronto y decidimos salir a dar un paseo. La verdad que el pueblo era bastante bonito y el bosque que lo rodeaba era extenso y te daba la sensación de estar en otro mundo.
Caminamos entre los árboles con cautela y calma, hablando de cosas triviales.
-Me alegro de que me hayas traído aquí, creo que es precioso.
- Sí, ¿ verdad? Una vez tuve que venir aquí para escapar de la policía y me enamoré de este sitio, desde ese día, vengo siempre que necesito espacio, además tengo algún conocido.
-  Eso está bien, te sientes...
-Protegido- dijimos al unísono.
Sonreí y Alex hizo lo mismo.
Seguimos caminando durante un rato hasta que nos entró hambre y decidimos comer en un pequeño restaurante cercano al apartamento que Alex había alquilado.
Nos sentamos en una mesa en un rincón junto a una pequeña ventana por donde se veía que había comenzado a llover.
-Menos mal que no nos ha pillado en mitad del bosque.
- Sí, hemos tenido suerte- respondió ella sin más.
-Alexandra ¡Qué placer volver a verte!
-¡Bob!
Narra Alex:
Bob se había acercado a saludar. Era uno de los que me acogió cuando llegué aquí.
-Él es Adam, mi chico.
-Encantado.
-¡Lo mismo digo!-Bob sonrió amablemente mientras tocaba mi hombro- ¿Nada nuevo?
- Sí, me he reinsertado en la sociedad. Ya no soy una asesina pasa-droga. Trabajo en un restaurante y pronto Adam y yo viviremos juntos.
El viejo Bob sonrió junto con un "Me alegro por ti chica ". Después tomó nuestras órdenes y se marchó a atender de nuevo.
Adam y yo continuamos hablando mientras cenábamos y decidimos correr hasta el apartamento que estaba a cinco minutos, ya que la lluvia había comenzado a pegar fuente.  Pagamos la cuenta de la cena y salimos corriendo hacia nuestro cobijo para la noche. Aún así llegamos empapados pero sobretodo felices. Nos quitamos los zapatos y los abrigos para estar más cómodos.
-Ven, te enseñaré algo.
Adam me siguió hasta el baño donde abrí la puerta para mostrarle mi pequeña sorpresa. Un pequeño pero acogedor jacuzzi se situaba en el baño.
-Estás  loca.
-Oh vamos, es fantástico.
El rió conmigo ante la tontería de que para solo un fin de semana, teníamos un jacuzzi para nosotros solos.
Lo miré detenidamente y él hizo lo mismo conmigo.
-Alex...
-¿Qué?
Su voz se volvió ronca y un poco más baja.
-Entre la camiseta que está empapada y tus labios que tienen pequeñas gotas de agua...estoy empezando a...
-Bésame- lo interrumpí.
Sus manos se apoderaron de mi rostro para acercarlo al suyo y besarme apasionadamente. Nos fuimos moviendo hasta chocar con la pared y él comenzó a tocarme la cintura y los muslos por encima de la ropa.
-Tu también estás muy provocativo- toqué su abdomen por encima de su camiseta húmeda y el jadeó en respuesta. Segundos después me deshice de ella como él  de la mía. Me subió con agilidad a su cuerpo y enganché mis piernas en su cadera. Él  se apretó más contra mí haciéndome gemir suavemente. Nuestras manos, locas ante el deseo, se fueron deshaciendo de todas las prendas de ropa que fueron quedando tendidas en el suelo en nuestro camino hacia la habitación.
Me depositó con rudeza sobre la cama y se subió encima, pero esta vez no quería obedecer.
De un movimiento él quedó debajo y yo encima. Le puse el preservativo y me metí su miembro de un golpe, rápido y seguro. Me moví lentamente sobre él,  uniendo nuestros gemidos. Ambos nos movíamos locos y cegados por el deseo. Todos mis sentidos se nublaron en el momento en el que me corrí para él  y él para mí. Besé sus labios de nuevo,con ternura y pasión.
-Te quiero.
-Te quiero más.
Nos dijimos antes de quedarnos dormidos.

Desperté en unos brazos fuertes y desnudos. Miré la cara de Adam mientras dormía. Sus facciones estaban relajadas y respiraba tranquilamente. Me quedé mirándolo hasta que sus párpados se movieron levemente y abrió los ojos, despertándose.
-Buenos días.
-B-buenos días - se removió incómodo.
-¿Qué ocurre?
-Yo...me da...me da....vergüenza-su cara enrojeció suavemente- quiero decir tú...yo estoy todo desaliñado y...
-Y yo igual idiota- sonreí tiernamente y besé sus labios.
-¿ Qué haremos hoy? Tenemos que salir pronto yo mañana tengo que levantarme pronto.
-Sí,  levántate y date una ducha, haremos planes después.
Tomó mi mano y me arrastró entre risas hacia el jacuzzi.
Nos dimos una ducha y nos metimos en el jacuzzi juntos. Mis piernas estaban enredadas en su cintura y el me miraba con brillo en sus ojos.
-Alexandra. ¿Qué es lo que te gusta de mí?
La pregunta me pilló por sorpresa. Abrí los ojos involuntariamente y mi cerebro comenzó a "hacer palomitas"
- ¿ A parte de tu increíble miembro...?
- A-a parte- me interrumpió sonrojado.
-Pues...no se...supongo que eres de los pocos que se ha quedado a pesar de todo y me has perdonado una y otra vez...supongo que tu forma de quererme y preocuparte, tu buen humor y tu sonrisa. También tus ojos, cuando me miras es una sensación...no se como explicarlo...es...no se bueno. Eso también a parte de tu forma de ponerme de los nervios, la verdad no había encontrado a nadie igual.
Se quedó mirándome con media sonrisa en el rostro.
-¿ Y a ti de mi?
-  Diría que la totalidad de ti, pero te estaría mintiendo- hice una mueca, eso no era nada amable- pero a parte de tu físico, eres más dulce de lo que aparentas ser, siempre das todo por los tuyos y haces que la gente se vuelva loca por ti en cuestión de segundos. Si quieres puedes tener todo. Tienes una facilidad para hacer todo lo que te propongas. Eres valiente y tienes agallas, a parte eres la persona más depravada que he conocido.
Reí ante su último comentario. Nunca pensé que a una persona le encantase esa forma de ser, esa forma de ser tan sumamente pervertida.
-¿ Sabes qué?- lo miré con lujuria.
-¿Q- Qué?
- Antes de irnos esta tarde, vas a ver las estrellas.
Ahogó un suspiro mientras me miraba como salía del jacuzzi.
-Vamos chico lento,  voy a enseñarte el pueblo.
Lo vi salir mientras se ponía una toalla en la cintura. Nos vestimos y salimos de la mano hacia el pueblo. Le enseñé la iglesia, los caminos, la plaza, y el encanto en general del pueblo.
Decidimos comer en un bar y marchamos de nuevo a pasear por los alrededores.
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-No debiste aceptar el reto de Bob. Ahora mírate, tengo que llevarte a las espaldas y encima no sabes ni lo que haces.
-No digas bonberíass que estoy perfectamente.- dije como pude agarrada a su cuello. El negó con la cabeza y me pareció escucharlo susurrar algo como " mira las estrellas que estás viendo..."
-¿Qué essstrrellazs?
-Joder Alexa...no son ni las cinco de la tarde...
-Vamos a casa...
-Sí,  estamos yendo al apartamento.
Sonreí en silencio mientras lo veía caminar. Escuché unas llaves y una puerta cerrándose.
Me depositó en el suelo con delicadeza.
-Ve a la cama. -hice un puchero.
-Ven tú conmigo.
-Alex...
Me acerqué a él y lo pegué a mi cuerpo.
- Addy...
-N-no me llames así...-susurró con los ojos suplicantes y sus mejillas sonrojadas.
Besé sus labios despacio, tirando de su labio inferior. Suspiró suavemente y jadeó.
-Alex...
Sonreí cegada por la lujuria una vez más. Besé la comisura de sus labios y mordí su cuello. Sus brazos se ciñeron a mi cintura y los míos a su cuello.
-Bésame - supliqué. El respondió tomando mis labios con ternura pero con la suficiente pasión como para encenderme. Nuestros cuerpos se apegaron más aún y pude notar su erección. Gemí y sus brazos se movieron para retirar mi camiseta. Yo hice lo mismo con la suya y sus manos se movieron por mi cuerpo desordenadamente.
Mis manos tiraron de su cinturón desesperadamente sin éxito. En cambio él hizo todo lo posible para ayudarme y lo consiguió. Todo por eliminar todas las barreras para unirnos. Fuimos dando tumbos hacia la habitación  y quitando el resto de la ropa restante.
Caí en la cama con el encima mío. Sus labios besaron los míos de nuevo con pasión y ganas. Besé su cara luego su cuello y por último su pecho.
El se excitó aún más, gimiendo suavemente.
Lo incité juntando su cuerpo al mío, desnudos. Su cuerpo se agitó una vez que entró en mí. Lo hizo varias veces, cada vez con más potencia, provocando un intenso placer en mí. Gemí con  fuerza cuando volvió a entrar llenándome, esta vez,por completo.
Siguió dándome hasta que ambos llegamos al clímax.
Caímos ambos rendidos en la cama. Con nuestras manos entrelazadas y nuestros cuerpos pegados.

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