Mi culpa

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Narra Adam
Mi mundo se paraliza en el instante en el que las palabras de Nathaniel resuenan en mi cabeza.
Tomo mi cazadora y las llaves del coche lo más rápido que mi cuerpo me permite.
-¡Mamá luego te llamo!
Mis pies corren hasta el coche y en pocos segundos me encuentro conduciendo en la carretera. Mi pie presiona el acelerador mientras el corazón bombea en mi cabeza.
Llego al sitio y aparco. Salgo lo más rápido posible del coche y corro dentro del hospital. Busco el pasillo que Nathaniel me ha indicado y corro abriendo puertas y mirando en todas direcciones.
Cuando por fin lo encuentro mis pies se detienen frente al chico castaño, que me mira sin expresión en el rostro pero con los ojos enrojecidos e hinchados.
-¿Cómo está?¿ Qué ha ocurrido?
-Yo...no...yo no lo sé, tan solo me llamaron diciéndome que se la habían encontrado tirada en la calle...yo no estaba..yo...no...
Sus ojos se empapan otra vez de lágrimas y Thiago, que se encuentra con él, lo abraza.
Me siento en una de las sillas libres tomando mi cabeza entre mis manos con los codos apoyados en las piernas. No puede ser verdad...
Ella está bien...me prometió que estaría bien...
Unas voces me despertaron de mi sueño que ni sabía que había estado en ello.
-Sí,  está estable pero aún no despierta...esto puede durar un par de horas o quizá semanas...aún no podemos decirles nada más.
No. No podía ser verdad.
Me incorporé lentamente de la incómoda silla y miré a Thiago y a Nathaniel, quienes suspiraban pesadamente ante la noticia.
Me senté de nuevo en la silla, suspirando, tendría que llamar a mi madre para avisarla que no iría a dormir.
Fue mi culpa, la tenía que haber llevado a casa en coche y así nada de esto estaría ocurriendo, nadie habría pasado ese cuchillo en su estómago, y ella no estaría inconsciente en una cama de hospital.
Nathaniel intentaba animarme pero claramente no lo conseguía.
Hasta el día siguiente no podríamos verla , o eso había dicho el doctor. Caminé por el pasillo y miré por la pequeña ventana que tenía la puerta,mirando su interior para encontrarme con una más pálida de lo habitual Alex, con sus ojos cerrados y un monitor a su lado que indicaba que estaba bien,por lo menos sus constantes eran normales.
Volví al asiento donde minutos atrás había estado y me senté, agotado y volviéndome a quedar dormido.



Dos días, han pasado dos puñeteros días y ella no despierta.
Las clases empezaron ayer pero no fui, no he salido del hospital en ningún momento, esperando que abra los ojos pero no lo hace.
Alan y Jared me acompañaron ayer y hoy Nathaniel está aquí. Son las siete de la tarde pero parece que llevo siglos aquí. Me duele el cuerpo de esa incómoda silla en la que dormito parte del rato pero ya no siento nada. Ella no se mueve ni un poco y mi paciencia se agota ya que los médicos no me dicen nada.
De nuevo me levanto, voy a la cafetería del hospital a comer algo y vuelvo a la sala donde llevo dos días metido.
Me acerco a la pequeña ventana de nuevo, mirando como sus ojos siguen cerrados.
Joder, está guapa hasta cuando está así,  pálida y destrozada. Pero entonces veo que sus dedos se mueven lentamente y sus ojos tiritan hasta abrirse, poco a poco pero lo hace.
-¡Doctor! ¡ Ella está...!
El doctor camina apresurado por el pasillo hasta llegar a la habitación y tras indicarme que espere fuera entra.
Veo que la dice algo y ella responde aun adormilada, la examina y sale de la habitación.
-Ella está bien, su herida se está curando sin problemas y con suerte en un par de días la daremos el alta, si sigue así, tan solo la tendremos un par de días en observación.
Asiento levemente con la cabeza y me indica que puedo entrar pero que no esté demasiado tiempo y la deje descansar.
Abro la puerta y me cuelo en la habitación mirando sus ojos oscuros, que sonríen junto con su boca al verme.
-Hola chica mala.
Ríe levemente y se toma el estómago dolorida a lo que respondo con una mueca de disgusto.
-Lo siento.
-No es nada, siéntate y cuéntame que ha pasado este tiempo.
La explico que lleva dos días dormida y que ya han comenzado las clases pero no me he apartado de su lado. Sonríe ante mis declaraciones y me toma la mano delicadamente. Acaricio  con el pulgar su mano sonriendo  y decido enviarle un mensaje a Nathaniel para darle la noticia. El me responde eufórico y nervioso pero le explico que será mejor que vengan mañana. El acepta algo decepcionado y dejamos de escribirnos.
-Márchate a casa, descansa,ve mañana a clase y descansa otra vez,llevas tiempo sin descansar.
Su voz sale en un susurro y veo que tiene los ojos entrecerrados. Está cansada pero se niega a reconocerlo.
Beso su frente con cariño y despacio para mirar como sonríe levemente y cierra sus ojos para dormir de nuevo. Salgo de la sala y marcho hacia casa, cansado.
Cuando llego todo esta en silencio. Subo a mi cuarto y me meto en la cama con la esperanza de descansar, hasta  que el sueño termina por vencerme.
*
*
*
Hoy le dan el alta a Alexandra y estoy realmente emocionado, ya que tras los últimos acontecimientos realmente parecía serio, pero estaba mejor de lo que pensábamos.
Seguía dando guerra y con su humor particular.
Cuando salió caminando despacio de la sala del médico me hizo una mueca y empezó a sujetar mi brazo con fuerza mientras yo la miraba histérico.
-¡Eh Alex!
Su cara comenzó a transformarse en una mueca de dolor para luego estallar en carcajadas.
-Tenías que haber visto tu cara- se agarró levemente el estómago encogiéndose y gimiendo en bajito por el dolor del estomago.
-Eres idiota.
Caminé enfurruscado hacia la salida seguido de ella.
-¡Oh vamos,no te enfades! ¡Era una broma!-rió de nuevo metiéndose en el coche mientras yo encendía el motor.
-Ja ja ja, me parto contigo Alexandra.
-Ni se te ocurra...
-"volver a llamarme así, desgraciado"-imité su aguda voz riendo.
-Ahora el idiota eres tú...
Ambos reímos y así pasó el trayecto de vuelta a casa. Entre carcajadas.

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