Vacaciones de primavera

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Tarde o temprano llegarían.
Las vacaciones de primavera estaban a la vuelta de la esquina y todos nosotros, inclusive Adam, estábamos mirando un destino de viaje.
- Yo prefiero un sitio un poco turístico pero sois vosotros los que decidís, yo voy por ella...
-Yo opino que un buen sitio de fiesta estaría bien.
- Tampoco vamos a estar muchos días Jared.
-Lo sé Alan,pero no todos tenemos a Carly para que nos alegre los días.
-No vuelvas a...
-Chicos, lo tengo- hubo un silencio sepulcral entre Alan y Jared que miraban a Nathaniel intrigados.- No me miréis así, hay playa, suele haber fiesta y hay zonas turísticas, es perfecto, además, tan solo está a unas horas de aquí.
-¿Estás seguro de que no es un timo?
-Si, recuerdo que ahí fuimos Alexandra y yo una vez de vacaciones.
-Ah, te refieres a ese pueblo, como se llamaba... ah joder solo recuerdo el nombre del hotel... Beant o algo así...
-Sí, podemos reservar...mm...cuatro habitaciones, tres dobles para Thiago y yo, Alan y Carly y Adam y tu, y luego una individual para Jared.
-Sí, perfecto.
-Genial, partiremos el viernes cuando Adam termine las clases, y podemos regresar....
-El último domingo.
-¿Todos de acuerdo? -todos asistieron y se fijaron las habitaciones y las actividades que haríamos.
-¿Quieres quedarte a dormir Addy?
-No, debo estudiar para mañana y si me quedo no estudiaré- besó mi frente y marchó, dejándome aburrida ya que no tenía mucho que hacer.
Me fui a la cama pronto, ya que había juntado turnos de trabajo para poder irnos de vacaciones, además, Carly y yo cubríamos a Sarah y Kevin, otros dos compañeros que habían cogido las vacaciones esta semana en vez de la siguiente, cuando nosotras iríamos de viaje.
¤
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-¡Qué alguien lo mate!
-Yo lo haré.
-¡No,no, lo haré yo!
Adam miraba a todos algo desconcertado y asustado mientras que yo seguía con la cabeza apoyada en la ventanilla. Estábamos en la furgoneta de Thiago de viaje a Lembert, nuestras vacaciones.
Alan llevaba una hora y media sin parar cantando canciones infantiles y la mayoría, me incluyo, queríamos dormir, ya que eran las siete de la mañana,excepto Carly, a quién le parecía gracioso.
Conseguimos que Alan se callase y dormimos un rato, demasiado corto para mi gusto, pero suficiente para aguantar el día completo.
Una mano sacudió suavemente mi hombro pero no quería moverme, estaba demasiado a gusto.
Pronto unos labios rozaron mi oreja y me susurraron un "hemos llegado" con mucha suavidad.
-Oh vamos Addy - sonreí levemente- cinco minutos más...
-Siento decepcionarte princesa, pero no soy "Addy".
Abrí los ojos perezosamente para encontrarme a un divertido Jared y unos metros más lejos, a un mosqueado Adam mirando la escena. Me levanté del asiento y salí de la furgoneta algo desorientada, encontrándome con un hotel amplio y de buen aspecto. Todos sacamos nuestras respectivas maletas y nos dirigimos al hotel.
Nath cogió las llaves y nos entregó a cada uno la nuestra. Le hice una señal a Adam con la cabeza para indicarle que subiésemos a nuestra habitación. Este me siguió en silencio mientras buscábamos el número correspondiente a nuestra habitación. Una vez allí, colocamos las maletas lo más ordenado posible.
Yo aún no había terminado pero Adam lo había hecho.
-Voy con Alan a dar una vuelta por los alrededores.
Y sin una palabra más salió de la habitación dejándome anonadada. Estaba...¿Celoso?
Me puse el traje de baño y unos vaqueros cortos junto con una blusa. Me calcé unas deportivas y salí de la habitación en busca de alguien.
Me encontré a Carly caminando en dirección opuesta a la mía.
-Hola Carly, ¿Dónde vas?
-Hola Alex, de hecho iba a la piscina, todos están allí para luego ir a comer;¿Vienes?
Asentí y la seguí hacia la piscina.
Carly se sentó en una de las tumbonas mientras se aplicaba crema solar.
Imité sus movimientos y me tumbé al sol.
- Y dime, tu te sabes mi historia, pero yo no sé la tuya. ¿Cómo conociste a Adam?
Hostia. Nunca había pensado en eso, ella no sabe nada, nada de mi trabajo, y si llega a saberlo me odiaría, y es lo último que quiero, es lo más parecido que he tenido a una amiga y no quiero perderlo ahora.
-Yo...eh...me...me colé en una fiesta de adolescentes de instituto y me llamó la atención y...me lancé, al fin y al cabo soy muy lanzada y directa y bueno...cayó en mi red y aquí estamos...
Ella sonrió feliz.
-Vaya, no me sorprende- sonrió,Yo reí nerviosa.- Bueno, voy a refrescarme.
-Bien, te espero aquí.
-Claro.
Se marchó al borde de la piscina y la vi jugueteando con Alan. Busqué a Adam con la mirada pero se encontraba hablando con Nathan y Thiago.
Jared vino a mi encuentro y se sentó a mi lado.
-Bueno pequeña florecilla, ¿no vas a darte un baño?
-No, estoy bien por ahora, además, ni siquiera es verano.
-Solo quiero decirte algo.
-¿Qué?
-Te estás quemando los hombros y las mejillas.
Rápidamente miré mis hombros que, efectivamente, estaban rojos. Saqué un espejo del bolsillo trasero del pantalón y miré mis mejillas, también rojas a causa del sol. Me aparté de allí, poniéndome bajo una sombrilla.
Jared me siguió riéndose de mí. Al principio le miré enfadada pero terminé riendo con él. Se pasó todo el rato haciendo bromas y contando chistes malos. Era una de las cosas que más me gustaban de Jared, siempre hacía que me riese.
Decidimos ir todos a comer y por la tarde hacer un poco de turismo.
Miramos monumentos y pasamos por uno de los museos. Fuimos a la oficina de turismo para coger información para los próximos días.
Decidimos volver al hotel para ducharnos y salir por la noche, habíamos encontrado una discoteca no muy lejos de nuestro hotel que solía tener bastante gente por lo que nos habían contado.
Estaba terminando cuando escuché la puerta cerrarse. No podía ser. Se había ido sin si quiera dirigirme la palabra...¿Qué le pasaba?
...
Después de un largo rato, nos encontrábamos en la discoteca, que evidentemente, tenía bastante gente.
Carly estaba bailando con Alan y Thiago mientras Nath pedía las bebidas junto con Adam, Jared y yo nos encontrábamos hablando y bebiendo en la barra.
-Es que no lo entiendo. Quizá no sea la chica más dulce del mundo, pero ¿eso significa que me tenga que mirar con ese desdén y no me dirija la palabra en todo el día? Es una mierda.
-Creo que deberías hablar con él, aunque parece que está pasándolo bien, seguro que se muere por hablarte, tampoco es que entienda mucho de relaciones pero en fin, supongo que está realmente enamorado de ti.
Miré en su dirección, él se encontraba bailando con los demás como si nada pasase. Tomé el brazo de Jared y lo arrastré hacia el grupo. Mientras bailábamos me acerqué lentamente a Adam. Agarré su brazo y tiré con todas mis fuerzas arrastrándolo hacia el pasillo estrecho donde se encontraban los baños. Al principio me miró desconcertado pero luego hizo una mueca de disgusto y trató de huír, pero mi mano estampó la pared, deteniéndolo.
-Vamos a hablar.
-No quiero.
-He dicho que vamos a hablar.
-Entonces hablarás sola.
-Eres un jodido crío de dos años.
-...
-Adam.
-...
-¿Qué ocurre?
-Nada.
Asentí. Atraje su cuerpo al mío tirando del cuello de su camisa azul celeste, acercando mis labios a los suyos, pero nunca llegaron a hacer contacto, tan solo retiró la cara.
-¿ No quieres besarme?
-No.
-¿ Por qué?
-No me apetece.
- A mí sí.
-Entonces ve a pedírselos a Jared- hizo una mueca de confusión y arrepentimiento, dándome a entender que no quería decirlo y que mis sospechas eran ciertas, estaba celoso.
-Lo siento-su cara mostró decepción y enfado.- pero solo quiero los tuyos- volví a atraerlo hacia mi, esta vez sin resistencia y le di un suave beso.
-No te entiendo.
-Eso es normal, a veces ni yo lo hago- reí.
-No es gracioso.
-No, si lo es. Lo mío con Jared terminó cuando un niñato castaño de ojos color avellana se cruzó por mi camino y cambió todo lo que era.
El sonrió tímidamente a lo que correspondí con otra sonrisa.
-Entonces,¿ Por qué?
-Porque ese chico lleva a mi lado desde hace cuatro años, metiéndose conmigo y sacándome de problemas, porque es mi amigo, porque me aprecia y me apoya, porque le gusta molestar a los demás, no se lo tengas en cuenta, es un buen chico.
El asintió no muy convencido, pero sabía que las cosas serían un poco diferentes.
-¿ Vamos a la habitación?
-Joder Alexandra, tienes un don para cargarte los momentos románticos.- reí, sabía lo mucho que le molestaba eso.
-No, pero bésame.
Sus manos tomaron mi cara y acercó despacio su cara a la mía, rozando nuestros labios, sonreí contra ellos y juntó nuestros labios en un delicado y cálido beso. Nos separamos en busca de aire y decidimos juntarnos de nuevo con nuestros amigos.
Cuando quisimos salir de la discoteca eran las 4:30 de la madrugada. Todos nos miramos al salir de allí y nos entendimos en seguida. Nos montamos en la camioneta y nos dirigimos hacia el nuevo destino, el "after".
Una vez allí vimos la gente. Si, aquí si que sabían como montar un after.
Había gente por todos lados y estábamos al lado de la playa. Rápido fuimos a por bebidas sin importar mucho que estuviésemos un poco perjudicados.
Seguimos bailando y bebiendo durante un buen rato, quizá más de lo que debíamos.
Carly, que era la menos perjudicada, condujo hacia el hotel. Una vez allí,  cada uno se fue a su habitación.
La mano de Adam sostenía la mía mientras íbamos hacia la habitación. Una vez dentro nos desvestimos y nos pusimos nuestros pijamas para dormir. Me metí en la cama junto a su cuerpo y me abracé a él como si mi vida dependiese de ello. Sus brazos se juntaron en mi espalda y su barbilla sobre mi cabeza. No tardé mucho en quedarme dormida con su calor.
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Me giré en la cama. Una, dos, tres veces. Pero estaba vacía. Entonces agudice el oído y escuché el agua de la ducha.
Minutos después la puerta del baño se abrió, dejándome ver a un peinado y vestido Adam, que olía a perfume desde la cama.
Me dedicó una tierna sonrisa y se acercó a la cama para besar mi mejilla.
-Levanta o no llegaremos a comer.
¡¿a comer?! Miré el  reloj para darme cuenta que marcaba la una y media de la tarde. Me levanté a la velocidad del rayo y me metí bajo la ducha. Me vestí y salí del baño cepillándome el pelo. Adam recogió mis cosas y las juntó en un bolso que posteriormente me entregó cuando estuve lista. Bajamos al comedor para encontrarnos con una especie de mesa llena de zombies( podría decirse que eran mis amigos pero en ese momento no lo parecían).
Adam y yo nos sentamos con ellos y Nathaniel nos comentó el planning de esa tarde.
Todos subimos a nuestras habitaciones para coger un par de cosas antes de salir. Fuimos en la camioneta ( que esta vez conduje yo) hasta el monte por el que íbamos a caminar, según decían, por las maravillosas vistas que había.
Todos cogimos nuestras mochilas y comenzamos a caminar hacia lo alto del monte. Entramos por un bosque, que era más bonito de lo que pensaba,para que mentir. Adam caminó todo el rato a mi lado, agarrado a mi mano, preocupándose de si estaba cansada o necesitaba beber agua.
Pasaba el rato y yo no veía avance, pero cuando miraba atrás veía que si avanzábamos, más lentos de lo que me gustaría, pero avanzábamos.
Poco a poco comenzó a verse el final.  Cuando todo el mundo paró miramos con alucinación la vista. Debajo de nosotros se veía un valle, que ahora el sol abandonaba poco a poco, pero seguía siendo hermoso.  Todos nos quedamos maravillados un rato, creo que por una vez en la vida nos sentíamos normales.
Bajamos de nuevo, más tarde de lo previsto por lo que nos tocó cenar y arreglarnos más rápido. Aunque el cuerpo no tuviese la mejor forma, esta noche saldríamos de nuevo.
Esta noche quería impresionar a Adam, por lo que me puse el vestido granate de manga larga pero no tan largo de piernas, con encaje en los brazos. Siempre que me ponía ese vestido se ponía loco.
Cuando salí de la habitación hacia la entrada del hotel todos me esperaban en la camioneta. Nos subimos y llegamos a la discoteca en menos de quince minutos. Cuando salimos, Adam me miró de arriba a abajo y sonrió, como embobado.
Le sonreí de vuelta mientras su mano agarraba la mía para caminar hacia la discoteca.
El bullicio dentro era enorme. Había mucha gente y mucho ruido, y aunque a mi me gustaba así, sabía que algunos del grupo lo pasarían un poquito mal.
Pasaban las horas y el local seguía igual de lleno, la gente( incluidos nosotros) más borrachos y más sociables.
En una de estas que fuimos a pedir a la barra, mi cuerpo chocó contra el de un chico de espaldas. Este se giró algo mosqueado pero en mi se encendió la bombilla.
-¿Eddie?
El chico me miró atónito pero en cuanto me miró a los ojos y al tipo que tenía al lado lo entendió. Abrazó mi cuerpo con mucha fuerza y chocó la mano cariñosamente con Nathan.
-¡No puedo creerlo! ¿Cuantos años han pasado? ¿cinco? ¿Seis? ¡Oh dios mío, esto es genial!
Nos alejamos los tres un poco para poder escucharnos mejor. Eddie nos contó que en cuanto cumplió los 18 salió de esa cárcel que llamaban horfanato.
Ni siquiera sé cuánto tiempo pasó hasta que nuestros amigos nos encontraron y se reunieron a nuestro alrededor escuchando viejas anécdotas.
Intercambiamos números los tres y juramos quedar pronto, quise preguntarle por Dakota, pero tenía miedo, no entiendo el motivo, pero lo tenía.
Al rato de estar bailando me di cuenta de que Adam se veía borracho.  Me acerqué a él pero nuevamente se retiró.
-¿Te encuentras bien? - el asintió vagamente pero veía que sus ojos brillaban más de lo normal.  Esta era mi oportunidad.-¿Estás enfadado?
-No.
-Dime la verdad Addy...
-N-no me llames así...
-Venga Addyyy... - estiré las últimas letras poniendo una voz suplicante.
-Es sólo que...
-¿Qué?
-No he... No he estado contigo en toda la noche.  Ya está, lo he dicho.
Mis ojos se abrieron como platos ante tal declaración.
-Oh Addy...
Mis labios se pegaron a los suyos en un corto beso.
Bailamos juntos durante un rato más hasta que nuestros amigos se cansaron culpando al alcohol que llevaban en el cuerpo.
Llegamos al hotel como pudimos y cada uno se marchó a su habitación.  Seguí a Adam por el pasillo a paso desganado a causa de la borrachera.
Entramos en el cuarto y cerramos la puerta con llave. Acorralé a Adam contra la pared y él me miró desconcertado.
-¿Qué hac...?
No había terminado de hablar cuando posé mis labios sobre los suyos y los moví desesperadamente. Al principio resistió pero acabó cediendo y devolviéndome el beso.
Mis manos se metieron por su camiseta y el las agarró sacándolas fuera. 
-Alexandra no. Estoy enfadado, deja de hacerme esto.
-Addy... Te prometo que mañana lo hablamos... No me dejes así... Llevamos dos días sin hacer nada...
El suspiró y pareció pensarlo.  Pero no le dí tiempo para ello. Besé su cuello justo por debajo de su oreja, dejando pequeños mordiscos a lo que respondió con un suave gemido.
-Que lo jodan.
Su cuerpo agarró el mío y en un movimiento brusco mi espalda tocaba la pared y su cuerpo se pegaba al mio ansioso. Con una mano sujetaba mis muñecas y con la otra tocaba mi cuerpo con deseo, rápido. Sus labios se movían sobre los míos con una voracidad increíble que me hacía perder la cabeza. Sus labios comenzaron a bajar por mi cuello y cuerpo mientras liberaba mis muñecas para deshacerse de mi ropa.  Ni siquiera me daba tiempo a reaccionar.  Sus manos se introdujeron en mi vestido y lo quitó con velocidad. Dos de sus dedos se colaron en mi interior haciéndome gemir.  Mis manos revolvieron su cuerpo hasta quitar su camiseta mientras el seguía jugando con mi cuerpo. Mordí su hombro fuerte intentando detenerlo.  Me estaba volviendo loca.
Me llevó hacia la cama y se quitó los pantalones. Volvió a meter, esta vez tres,  de sus dedos haciéndome sentir en el paraíso. Iba a hacerle sentir bien yo también pero su otra mano detuvo de nuevo mi muñeca juntándolas por encima de mi cabeza.  Este chico estaba volviéndose muy atrevido.  Lo estaba cambiandoSacó los dedos dejándome vacía pero esta vez se bajó el bóxer y entró en mí lento, doloroso.
Gimió salvajemente a consecuencia de haber bebido tanto mientras se movía dentro y fuera de mi.  Ni quiera podía pensar con claridad. 
Ambos comenzamos a gemir cada vez más fuerte, más seguido, más rápido. 
Y entonces paró.  Y se introdujo de nuevo de golpe.  Una. Dos. Tres. Cuatro. Cinco veces. Volvió a parar y de nuevo gruñó de forma animal cuando se introdujo en mí en un golpe seco y fuerte en el cual se vació dentro de mí, haciéndome gritar, irme con él.  
Se tumbó en la cama boca arriba, respirando superficialmente.
-Adam...
-¿Si?
-Te quiero.
-Yo también...
Estuvimos hablando durante un rato más y nos dormimos al rato, agotados.
Un golpe.
Dos.
Tres.
Cinco.
¿Qué cojones...?
Me levanté de la cama desconcertada y abrí la puerta para encontrarme con Alan y Jared. 
-Qué...
-Vamos a comer, son las dos del mediodía. 
-¿¡Las qué?!-miré el reloj atolondrada y abrí los ojos como platos- en seguida bajamos.
Cerré la puerta y sacudí suavemente a Adam. 
-Vamos, es la hora de comer.
Gruñó y se dio la vuelta sobre sí mismo, dándome la espalda.
Suspiré.  Era como un niño pequeño.  Lo sacudí nuevamente y este tomó mi cintura arrastrándome a la cama con él. Ambos reímos. 
-también podemos quedarnos todo el día en la cama. Dormir un poco más y luego continuar lo de anoche... Seguir teniendo sexo durante el día...
-Muy tentador querido, pero no sé si eres consciente de que estamos de vacaciones y tenemos que disfrutarlas.
Casi arrastrándonos por el pasillo bajamos a comer. 
La rutina nos estaba matando, quedábamos con Eddie que ahora vivía allí y podía mostrarnos más lugares y indicarnos más zonas para visitar. 
Un día, mientras Adam dormía decidí llamar a Eddie y quedar con él. 
Quedamos en una cafetería cercana al hotel,  y hablamos durante un buen rato. 
-¿Y Dakota?
La solté. Solté la pregunta que llevaba meses comiéndome el tarro.  Incluso tenía pesadillas con Dakota desde que lo abandoné.  Necesitaba saber de él, no podía seguir así. 
-Oh.. Pues una familia lo adoptó... Unos ricachones que tienen una multinacional en la ciudad donde tu vives. Lo llamé hace unos meses pero no he vuelto a contactar con él, sigue siendo el de siempre, de hecho, tengo una foto con él.  - puso su móvil delante de mi cara con una foto de ambos delante de mi empresa,  es decir,  la de mis ex jefes. 
Joder, me había cruzado varias veces con Dake y ni siquiera lo había reconocido.  Sabía que era él, mierda me ha estado atormentando.
Cambié de tema rápidamente,no podía seguir hablando de él.
Me dolía todo esto, más de lo que me gustaría. 

DangerousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora